OMAR ÁVILA |
Culmina
el 2014 y con él –lamentablemente- nos queda el saldo de tener un régimen que
sigue empeñado en engañar al pueblo, en someter a todo el que disiente de él a
través de la represión, de torturas y detenciones por solo protestar, sumado a
los presos políticos y los que tuvieron que irse al exilio o simplemente los
miles de jóvenes que no ven una oportunidad de desarrollo en nuestra Patria y
han decidido abandonar nuestra tierra.
Por
otro lado y debido a la grave situación económica, la calidad de vida y el
poder adquisitivo del venezolano, cada día que pasa sufre una merma mayor
debido a la inseguridad reinante, a la inflación galopante y a la escasez que
ya sobrepasa el 60%.
Todo
esto indudablemente es responsabilidad de un gobierno incapaz, ineficiente e
irresponsable que dedica su estrategia, a seguir creando el caos, la
incertidumbre, el miedo, con el simple objetivo de tratar de mantener inmóvil y
desmotivada a la población.
Sin
embargo, a pesar de este saldo rojo – rojito con el cual culminamos este año,
hoy más que nunca tengo fe y esperanza en que esa luz al final del túnel está
cada vez más cerca, así lo demuestran, no solo todos los estudios de opinión,
sino nuestro roce y contacto diario con la gente, donde cada día se suman más
venezolanos a esta inmensa mayoría que aspiramos un cambio en paz, en
democracia, por la vía pacífica y constitucional.
Son
esos millones de ciudadanos los que nos inspiran, los que nos dan fuerza para
seguir adelante en esta lucha por la recuperación de la democracia y por la
reconciliación de todos los venezolanos. El 2015 será sin duda alguna, un año
crucial para poder comenzar esa ruta hacia ese cambio que está reclamando a
gritos el 75% de nuestro pueblo.
Para
las próximas elecciones parlamentarias está prohibido equivocarse, por ello los
invito a pisar tierra, colocarse del lado del pueblo realmente. Hoy en día
sigue más vigente que nunca el discurso que llevó al difunto Hugo Chávez a la
Presidencia de la República en el año 1998, inclusive en mayor proporción ha
aumentado la corrupción, esa “cúpula podrida” que fue su bandera, hoy la
conforman sus herederos políticos que forman parte del gobierno.
Por
ello hace falta -entre otras cosas- solidaridad, desprendimiento, dejar de
pensar en los intereses personales; a aquellos que sueñan con ser Presidente
los invito a reflexionar y dejar el egoísmo porque con esa actitud jamás podrán
llegar a Miraflores. En el mismo orden de ideas, también convido a los
políticos de oficina a dejar el confort de las mismas y a salir a recorrer el
país, a sentir y palpar los problemas de la gente y con la gente, en fin, a
sudarse esa camisa.
Igualmente
quiero solicitar, una vez más, la construcción de una Unidad real, superior y
100% incluyente, de una amalgama total, para que esa sinergia pueda terminar
siendo efectiva en los resultados que demandan los venezolanos y que necesita
con urgencia nuestro país.
Para
finalizar insisto en que al gobierno no se llega por inercia, debemos
despolarizar el país, unificarnos, reconciliar a todas las partes y estratos
sociales; organizarnos de abajo hacia arriba, sólo así podremos salir de esta
pesadilla en la que hoy nos encontramos sumergidos y construir esa organización
que necesitamos para derrotar con votos y conciencia a la mentira y el poder
secuestrado por este régimen autoritario.
Omar
Ávila
oavila1973@gmail.com
@omaravila2010
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