JOSE FELIX DIAZ BERMUDEZ |
Texto
esencial para las religiones por la profundidad de su mensaje, por
la sabiduría que contiene, al vincular como lo hace de manera única
y extraordinaria al ser humano en su diálogo con Dios. La Biblia es
un libro complejo, de riqueza y multiplicidad excepcional que puede ser
considerado desde distintos ámbitos: la Biblia y la religión, la Biblia
y la historia, la Biblia y la sociedad, la geografía, las costumbres,
la literatura, la guerra, la paz, la filosofía y la política,
y en este aspecto advertir la noción que la misma establece sobre
el hombre, sus derechos y la libertad.
La
libertad domina diversos episodios de este libro sagrado: hombres encarcelados,
pueblos oprimidos, naciones esclavizadas aparecen allí en
su constante lucha y sacrificios, implorando la protección de Dios que
se materializa muchas veces reforzando la fe de los que sufren. La liberación
del pueblo de Israel como pueblo de Dios alcanza la más maravillosa
dimensión al presentar su sufrimiento y cómo logra combatir
y superar a lo largo de los siglos los peores males de la humanidad:
la tiranía, el exilio y de la esclavitud.
La
libertad está en la esencia de la promesa que Dios hizo a los
hombres
a través de sus elegidos: Abraham, Moisés, Jesús, quienes de
distintas
formas cumplieron la elevada misión de: "... pregonar la
libertad
de los cautivos...", y "... poner en libertad a los
oprimidos"
(Lucas, 4:18).
En
los Salmos abundan expresiones de liberación y salvación; se condena:
"la opresión del impío" (Salmo 55,3), se reivindica la protesta:
"Clamo en mi oración, y levanto el grito... (Salmo 55, 2); se
sujeta al gobernante al mandato de Dios y en caso de faltar le es advertido
que: "El rey no se salva por la multitud del ejército" (Salmo
33,16), señalamientos todos que revelan las condiciones esenciales
de lo que debe ser la vida del hombre y de los pueblos
libres.
Igualmente
en la Biblia se aprecian constantes llamamientos a la actuación
de Dios frente a las injusticias pero también la exigencia a los
hombres para el cumplimiento del deber y se les reconoce la existencia
de la libertad individual, el poder discernir y asumir sus consecuencias
cuando se indica: "yo he puesto delante de ti hoy la vida
y el bien, la muerte y el mal" (Deuteronomio, 30,15).
El
sentido de la libertad alcanza en la Biblia un mayor desarrollo en el
Libro del Nuevo Testamento, tal y como lo han señalado los expertos.
Se declara, por ejemplo, en el mismo el concepto de la liberación
del hombre a través de Cristo e igualmente se proclama de manera
específica su fundamento moral, -base angular de un futuro derecho
en el que se sustenta la cultura occidental- a través de las palabras
de San Pablo quien señala que: "...vosotros hermanos, a libertad
fuisteis llamados..." (Gálatas, 5,13).
Jesucristo,
por su parte, citado por San Juan, hizo alusiones profundas
al tema de la libertad indicando en admirable expresión rica en
múltiples y fecundos significados que: "la verdad os hará libres" (Juan
8,31).
Otro
aspecto notable que se aprecia en la Biblia es cómo los profetas se
enfrentan a los reyes y los reprueban por sus faltas, actitud que asumieron
Samuel, Nathan y Elías entre otros. Jesús de manera dramática
también enfrentó a la autoridad que lo juzgaba y condenaba sin
doblegar sus convicciones aún en la propia inminencia de su muerte.
La
exploración de la Biblia "política" está constituyendo uno de los aportes
más reveladores de la investigación, como es el caso de Armand
Laferrère, lo cual abre nuevas consideraciones al análisis, desde
la noción de la conciencia individual según San Pablo hasta las posibles
influencias del judaísmo en la obra de los grandes pensadores políticos,
filósofos y juristas de los últimos siglos como lo son Bodin,
Montesquieu, Selden y Locke.
La
Biblia define la misión del hombre en la Tierra y su mensaje implica
la constante transformación del ser humano a través de la exigencia
que le formula Dios para que el mismo realice: "lo bueno y lo
recto", para que la humanidad logre alcanzar de manera sostenida un destino
superior de generación en generación; adoctrina liberar a los hombres
de las cadenas del pecado para que adquieran la conciencia de su
propia plenitud como imagen y semejanza de Dios.
Jose
Felix Diaz Bermudez
jfd599@gmail.com
@jfd599
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