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LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

miércoles, 17 de diciembre de 2014

LORENZO GARCÍA TAMAYO, LA ÚLTIMA VÍA; FORZAR LA RENUNCIA…

LORENZO GARCÍA TAMAYO
“Mucha gente, especialmente la ignorante, desea castigarte por decir la verdad, por ser correcto, por ser tú. Nunca te disculpes por ser correcto, o por estar años por delante de tu tiempo. Si estás en lo cierto y lo sabes, que hable tu razón. Incluso si eres una minoría de uno solo, la verdad sigue siendo la verdad”    Mahatma Gandhi

Digo la última, porque existencialmente la renuncia constituye un ultimátum. Cuando llega el final, no hay nada que sustituya la esencia de la vida. Y esta no es otra, que el imperio de los ciudadanos.  La Democracia.  Ésta, como tal,  la contrapartida al colaboracionismo electoral. Esto, que puede verse incongruente, es decir, lo de una gestión electoral como contrapuesta a democracia, es la simple elocuencia de cómo algo bueno,  puede servir como instrumento de maldad. La vida está llena de ejemplos.
Las primarias, la constituyente, las candidaturas y el diálogo,  elementos válidos y propios en una democracia, son por ahora parte importante del “sostén” del Régimen. ¿Podrán los partidos que le dan soporte a la MUD digerir este bocado?
La propuesta de Vente Venezuela sobre el Congreso Ciudadano, al no definir con certera exactitud el objetivo primario, presenta visos de ambigüedad.  Bien sea porque unas veces parece destinada a la escogencia de candidaturas electorales,  y en ocasiones a respaldar acciones colaboracionistas parecidas u acordes de los partidos de la MUD, o en otras, falta de cohesión firme y absoluta con su Líder M.C.M.
Esta posición dubitativa,  que transita un doble camino por el que se va a la renuncia o por el que se busca participación electoral ciudadana, es al menos confusa. Sin ambages afirmo que se trata de una postura ambigua, por cuanto, en un momento tan crucial para la vida republicana, la actitud colaboracionista electorera nos resulta incompatible con la solicitud de renuncia. Caminando juntas, ambas se tornan débiles y terminan en el mismo saco; dándole sustento a la autocracia.
El Congreso Ciudadano, apartándose de las ambigüedades,  debería servir para aglutinar voluntades en torno a una especificidad cierta: forzar la renuncia.
Vamos a estar claros, la calle la enfrió el Gobierno y la oposición colaboracionista. María Corina Machado, igual que a Leopoldo,  la tienen al borde de la descalificación. Es la guinda que le falta poner a la MUD para rematar su objetivo de cuidar privilegios colaborando. 
El 233 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece que la falta absoluta que genera la renuncia del Presidente de la República,  si se produce en los primeros cuatro (4) años del periodo constitucional, se procederá a una nueva elección, universal, directa y secreta, dentro de los treinta (30) días consecutivos siguientes.
Forzar la renuncia, tácitamente pone en su sitio, todas las acciones colaboracionistas. La percepción que la gran mayoría de la población del País tiene sobre la gravedad y las consecuencias del momento económico y social que se vive, definitivamente no son prioridad para el Régimen ni sus conmilitones,  empeñados en defender privilegios.
Los sueños apocalípticos de quienes esperan que ocurra un milagro que excluya todo lo que no les gusta y les devuelva la ventura del paraíso perdido, se traducen solo a eso, pretensiones vanas sin sustento político real y efectivo, en una Venezuela devaluada institucionalmente. Hasta los golpes de estado son negociados. Querer enmendar el camino imponiendo la máxima de la exclusión, es por decir lo menos, una torpeza. La Paz de Colombia, la de hoy, es un buen ejemplo de cómo se “bate el cobre” en el siglo XXI.
Si bien es cierto que el sistema imperante controla todos los estamentos de poder, incluida la justicia y la fuerza militar, el atajo constitucional es la última salida. El último reducto. La crisis hay que “parirla”. En principio, salir de Maduro es salir de Chávez. No me parece descabellado pensar que muchos miles de conciudadanos, incluidos los adversarios que el ilegítimo mandatario tiene dentro de sus filas, desbordarían las calles por esta iniciativa, que luce a punto
Lorenzo García Tamayo   
lorenzogarciatamayo@hotmail.com  
@novapath1       

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