CARLOS CANACHE MATA |
El gran daño económico (entre otros) causado
al país por el régimen, en los 16 años de ejercicio del poder, se mide
dramáticamente por la extrema vulnerabilidad a que nos arrastra la caída de los
precios petroleros. Para 1999, cuando Chávez accede a la presidencia, nuestro
ingreso de divisas sólo dependía en un 70% de las exportaciones petroleras,
ahora depende en un 96%. Se ha pulverizado la diversificación de la economía
que estaba en marcha.
Por haberse destruido la alternativa en
ascenso a la dependencia petrolera, nos esperan perspectivas peores, si el
régimen persiste en sus políticas equivocadas. El precio promedio del barril de
petróleo venezolano cerró la semana pasada en 61,92 dólares, muy por debajo del
promedio de 91,74 dólares en lo que va de año y de los 98,08 dólares del 2013 y
de los 103,42 dólares del 2012. Esa baja de precios, como es sabido, está
determinada por la menor demanda originada por la desaceleración de la economía
mundial y por la sobreoferta causada por EEUU al colocar más petróleo en el
mercado (produce 4 millones de barriles diarios de petróleo de lutitas mediante
la técnica del “fracking” y ha disminuido en un 62,27% sus importaciones de
crudo en los últimos ocho años). Y como, según expertos norteamericanos, la
técnica del “fracking” es incluso viable, en ciertos casos, con un barril a 50
dólares, es por lo que la mayoría de los analistas pronostican que en el 2015
el precio del barril se moverá entre los 60 y 70 dólares.
Las
implicaciones del desplome de los precios del petróleo para Venezuela son
varias y agravan la crisis económica que ya teníamos con el barril en torno a
los 100 dólares. Los más altos voceros del régimen han declarado que se ha
reducido en un 35% el ingreso de
divisas. Con menos divisas, habrá menos importaciones (habían caído en un 21,8%
en el primer semestre de este año), lo que a su vez trae como consecuencias: a)
mayor escasez y desabastecimiento de productos de primera necesidad, como
alimentos y medicamentos; b) menor disposición de materias primas e insumos
para la producción nacional, y ya sabemos, aun cuando el BCV oculte la
información, que en el año que está por terminar la economía ha tenido una
contracción de alrededor del 4%.
Además, la drástica reducción del ingreso de
divisas va a obligar a particulares y agentes económicos a conseguir dólares en
el mercado paralelo, y éste seguirá volando a alturas mayores de las que ya ha
alcanzado. Esto contribuirá a que la inflación continuará disparándose y
arruinando el poder de compra de los venezolanos, potenciada por la
inconstitucional e irresponsable impresión de dinero inorgánico por el BCV para
saldar parcialmente el abultado y festivo déficit fiscal.
Si el régimen, por miedo al costo político,
no toma las medidas necesarias, la sostenibilidad financiera, que está
comprometida, puede colapsar.
PD: mi solidaridad con María Corina,
Leopoldo López, Ceballos, Scarano, y demás presos políticos.
Carlos
Canache Mata
canachemata@gmail.com
@CarlosCanacheMa
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