ANTONIO SÁNCHEZ GARCÍA |
“Hay
hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son
mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que
luchan toda la vida, esos son los imprescindibles.” Bertolt Brecht
“Muchos
jueces son incorruptibles, nadie puede inducirlos a hacer justicia.” Bertolt
Brecht
“Pobre
de aquella generación cuyos jueces deberán ser juzgados”
El
Talmud
Tuvimos con mi esposa, Soledad Bravo,
la inmensa fortuna y el honor de acompañar esta mañana 3 de diciembre de 2014 a
María Corina Machado a su presentación ante la Fiscalía General de la
República. La misma fiscalía que se ha negado durante 14 años a hacer justicia
por simple notitia criminis, como en el pasado, o a requerimiento de la
población venezolana, perseguida,
atropellada, escarnecida, encarcelada, desterrada e incluso asesinada por un
régimen que pretende quedarse para siempre en el más puro estilo totalitario,
violentando todos los preceptos constitucionales.
Esa
pieza esencial del aparataje seudo jurídico en torno al cual se ha movido la
maquinaria de la persecución del Estado chavista. Una institución que
cristaliza, sublima y condensa la hipocresía, la falsedad, la cobardía de una
camarilla que se ha negado a reconocer el sol de la verdad, tapándolo con el
sucio dedo de sus iniquidades. Sólo porque, montado el tinglado por un caudillo
en andas de una mayoría circunstancial y entronizado por el poder del abandono
de sus obligaciones por parte de todas las instituciones violadas –
particularmente de esta fiscalía, de este sistema judicial, de esta policía y
de estos ejércitos – se ha hecho con el más brutal, inhumano, cruel e injusto
de los poderes: el de decidir por el capricho del caudillo a quién se le
persigue, encarcela y destierra. En último termino, el poder sobre la nuda
vita: a quien se le despoja de todo atributo de humanidad y se le deja a la
intemperie del horror, desnudo de todo derecho. Aherrojado en brazos de la
muerte.
El solo hecho de que ésta fiscal y
sus predecesores fueron de izquierda revolucionaria cuando yo también lo era,
justifica mi decisión espiritual de apartarme de toda complicidad con esa
izquierda. Pues si quienes siguen considerándose de tales cometen tales
iniquidades, la izquierda revolucionaria debe ser la cloaca del resentimiento,
del odio y la injusticia. Y el estalinismo ningún azar de la historia, sino el
atributo esencial de tal ideología, el marxismo leninismo: mentir, robar,
asesinar y culpar de mentirosos, ladrones y homicidas a sus enemigos. Todo por
el ansia de saciar la sed de Poder que los corrompe. Como lo señalara Hannah
Arendt en su estudio sobre el totalitarismo: los totalitarios hacen de las
víctimas, victimarios y ellos, los victimarios, se proclaman sus víctimas.
Nada más irrebatible. Quienes
intentaron asesinar a un presidente de la República electo en condiciones
ejemplares, ametrallando la Residencia Presidencial en la que moraba su
indefensa familia y montándose en las escalinatas del Palacio Presidencial con
sus tanques artillados, librándose de una muerte segura el entonces asediado y
legítimo presidente Sr. Carlos Andrés Pérez gracias a su sapiencia y coraje,
ellos, quienes ocupan los más altos cargos de la República sin que se lo
impidan sus manos manchadas de sangre y sus conciencias manchadas de estupros,
usan la sórdida mano de la fiscal general para acusar de pretender asesinar a
quien la manda y ordena.
Sentando
en el sillón de los acusados a una de las más limpias conciencias de la Patria:
María Corina Machado. A quien, obedeciendo la épica brechtiana bien le cabe el
título de “María Coraje”. Para mantenernos en la única moral que ha logrado
instituir el marxismo, “una mujer imprescindible”. A juzgar por el amor y la
pasión con que hombres y mujeres humildes de nuestro pueblo dejaban a nuestro
paso por las calles del centro de Caracas sus labores y sus oficios para salir
a abrazarla, gritándole desde sus balcones “¡valiente, valiente!”, comienza a ser, sin duda, LA IMPRESCINDIBLE.
No estuvo la fiscal general frente
al límpido rostro de la Patria que ya no le pertenece, pues los suyos se la han
entregado en bandeja de plata, como Salomé la cabeza de Juan el Bautista, al
tirano cubano. Quien haya sido se vio enfrentada a la mujer que no sólo
representa el honor y la honra de Venezuela. Sino que, casi sin lugar a dudas,
la combatiente que un día no muy lejano ocupará la presidencia de la República.
Ese día, los fariseos de la fiscalía y de todas las instituciones hoy
pisoteadas, serán expulsados de sus templos. Ese día, los victimarios deberán
enfrentarse a sus víctimas. Ese día el deshonor será limpiado del rostro de la
Patria “y pagarán sus culpas los traidores”.
Escríbalo.
Antonio
Sanchez Garcia
sanchezgarciacaracas@gmail.com
@Sangarccs
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