MALÚ KIKUCHI |
La
pregunta puede parecer disparatada, pero no lo es si hablamos de la Argentina
de estos últimos tiempos. Que se ha caracterizado exactamente por la falta de
Justicia en el poder judicial. ¿Se habrá producido un milagro?
El
ejecutivo tiene fecha de vencimiento, puede que ese hecho contribuya al
milagro. Los escándalos son tantos, tan visibles, tan conocidos, que llega el
momento en que es difícil esconderlos.
No
importan tanto las razones para que de pronto gran parte del poder judicial
encuentre el coraje que hasta ahora parecía faltarle. O de pronto, aparecen
jueces y fiscales a los que no se puede apretar.
“Apretar”
en argentino, se define como: no existen papeles que los puedan acusar de algún delito comprobable. Están
limpios de culpa, actuaron de acuerdo a derecho. Algo normal
en un país serio, hoy acá, es milagroso.
Todo
empieza con Jorge Lanata en su 1°
programa PPT (2013), donde con todo el apoyo logístico de “la corpo” y de
Magnetto, descubre “la ruta del dinero”. Ahí nos enteramos que la plata (de la
corrupción) se pesaba, era tanta, que no había tiempo para contarla. Se la
pesaba. Luego se la lavaba.
Tardó
un tiempo, las ruedas del poder judicial o las de la Justicia, son lentas.
Fueron apareciendo hechos, cada vez más difíciles de ocultar. Y el ejecutivo
usando toda su imaginación, que es mucha, contestó con cortinas de humo,
espesas humaredas para despistar. Pero…
Argentina
venía de un tiempo muy cercano, en que ante las acusaciones gravísimas que
pesaban (pesan) sobre Amado Boudou, vicepresidente de la Nación, éste, ante un
grupo de periodistas al que no se les permitió preguntar, denunció al fiscal
Carlos Rívolo que lo acusaba, al juez Daniel Rafecas que lo investigaba y al
procurador general de la Nación, Esteban Righi de maniobras para perjudicarlo y
otras yerbas.
Resultado,
sacaron del caso al fiscal y al juez; Righi renunció. Y de esa Argentina
pasamos a la de hoy. El juez Ariel Lijo (fiscal Moldes) ha procesado a Boudou,
causas múltiples y vendrán otras. Desde la dirección en un médano, pasando por
la compra de Ciccone, hasta el abandono de la novia, Agustina Kampfer. A Boudou
le soltaron la mano, quema.
El
domingo 16/11 Lanata denunció las irregularidades de Hotesur, empresa de la
familia presidencial. El 17, Margarita Stolbizer lo hizo ante el poder
judicial. El caso cayó en el juzgado del juez Claudio Bonadío. ¿Se dieron
cuenta que ya no cae ningún caso en el juzgado de Oyarbide? Bonadío ordenó
allanar Hotesur, que no presentó balances desde 2010.
El
ejecutivo, con munición gruesa, salió a atacar al juez. El juez (que no es
“apretable”) contestó con un pedido de declaraciones juradas de Cristina,
Máximo, Florencia, Lázaro Báez y Romina Mercado. Los Kirchner ya enviaron sus
declaraciones al juez. Reconocen “el olvido” y pagan una multa de ¡¡¡$3.000!!!
Si fuera el quiosco de la esquina, lo cierran y la multa es mayor.
Anteriormente,
al fiscal Campagnoli, por averiguar más de lo que le correspondía, y llegar
hasta Lázaro Báez (si hubiera sido NN no importaba), lo suspendieron a pedido de Gils Carbó, reemplazante de Righi y
se intentó destituirlo. La pasó muy mal. La opinión pública, quizás hasta la Justicia
que apareció cuando menos se lo pensaba, lo impidieron. Campagnoli está en su
lugar.
Al
mismo tiempo atacan los defraudados e impagos hold outs y sus investigadores
llegan a las 123 empresas fantasmas, todas con la misma dirección, abiertas
desde Panamá, en Nevada, EEUU. Lázaro Báez y sus hijos están en los
directorios, se dice que en alguna estaría Máximo, se dice.
A
los hold outs nuestra corrupción les importa un ardite, lo que quieren es
cobrar. Es su derecho, por terrible que sea.
Cuando se haya solucionado el tema, esperemos que ya actúe la Justicia
en el poder judicial argentino, y se
siga la investigación hasta el final, para encontrar la verdad.
Y
mientras tanto la abandonada pista suiza, porque Argentina no contesta los
pedidos de Suiza, ha descubierto la cuenta de una fundación “familiar” a nombre
de Lázaro Báez y sus 4 hijos, de US$ 22 millones.
La
procuradora de la Nación Gils Carbó, ha sido denunciada por un abogado de Mar
del Plata, Andrés Barbieri (larga historia de los 70, siempre los ojos en la
nuca), y
acusada de abuso de autoridad por el fiscal Eduardo Taino.
Contraataca
la AFIP, Etchegaray denuncia que el Banco HSBC ha ocultado 4.042 cuentas de
argentinos en Suiza, de las cuales hay escasamente declaradas unas 200 y
algo. La denuncia implica al directorio
del banco, al presidente Gabriel Marino, a Cable Visión, a Alfonso Prat Gay y
sigue a lista.
Todos
hablan de hacerle juicio a la AFIP por mentir. Le hicieron la misma jugada a
Enrique Olivera en 2005, que era inocente de todo, salvo de presentarse a
elecciones con Carrió y cuando llegó la desmentida, el mal ya estaba hecho.
Por
1° vez desde 2003, el Grupo de los 6
(las 6 cámaras empresariales de Argentina) se pone de acuerdo y plantea hacer
juicio al gobierno por la inconstitucionalidad de la ley de abastecimiento y
pide que hasta que se expida ¿la Justicia o el
poder judicial?, se abstengan de ponerla en vigencia.
¿Apareció,
estaba dormida y despertó, el final del ciclo la liberó del miedo? ¿Será
posible que la Justicia se empodere del poder judicial argentino? Venga,
recemos juntos “La oración a la Justicia” de María Elena Walsh:
“Señora
de los ojos vendados, que estás en los tribunales (…) Actualiza la balanza y arremete con la espada, que sin tus buenos oficios, no somos nada”.
Malu
Kikuchi
maluki@fibertel.com.ar
@malukikuchi
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