Para ser Ciudadano se tiene como requisito
básico ver y entender al gobernante o
autoridad como un servidor público y saber que
tenemos derechos y deberes.
En sus discursos el “político” ofrece sus
promesas de beneficios “para el pueblo”, si alguien gana una medalla dedica su
triunfo “al pueblo”, o el religioso
habla “del Pueblo de Dios”. También se recuerdan algunas expresiones famosas,
por utilizar este cliché, como “el pueblo es soberano”, “del pueblo, para el
pueblo y con el pueblo”, “ la voluntad del pueblo” “trabajamos junto al pueblo”
“somos pueblo”.
Este concepto tan utilizado nos remonta a las
épocas cuyos gobiernos de régimen dictatorial o totalitaristas, lo utilizaban y
aun hoy en día lo utilizan como un sinónimo de las personas desposeídas con una cierta identificación de un grupo
ideológico o partidista . Posteriormente, con el conflicto ideológico, el tema
del pueblo se ubicó a la tendencia de izquierda, para diferenciarlo de la
burguesía.
El término pueblo es un sinónimo muy
discutido, pero muy extendido, del concepto de ciudadanía, principalmente en un
país como Venezuela, donde se pretende describir a “nuestra gente” y desdibujar
al Ciudadano con el remoquete “pueblo”.
Por ello, es muy importante hacer una
diferencia entre “pueblo” y Ciudadanía.
El primero es una concepción pasiva y receptiva de las órdenes que debía recibir de la autoridad, mientras que ser ciudadano tiene como requisito entender al gobernante o autoridad como servidor público, lo que nos brinda una visión más activa, pues somos sujetos de Derechos y Deberes Constitucionales.
El primero es una concepción pasiva y receptiva de las órdenes que debía recibir de la autoridad, mientras que ser ciudadano tiene como requisito entender al gobernante o autoridad como servidor público, lo que nos brinda una visión más activa, pues somos sujetos de Derechos y Deberes Constitucionales.
Y lo más increíble es observar cómo hasta
personas con altos niveles de estudio y “grandes líderes políticos” hacen uso
de este término, a veces por inconsciencia, como bagaje de superioridad, Esto
se traduce en el terrible estado estructural en la conciencia colectiva en que
se encuentra nuestra sociedad, con tal autoconcepción, más bien dirigida a
sentirnos pueblo, por lo tanto servidumbre, que el ser Ciudadanos, sujetos de
derechos, capaces de exigirlos y de hacerlos respetar.
El tema roza en la dignidad de las personas,
por ello, deshacerse de la pesada herencia que nos hace pensar que hay grupos
privilegiados y otros despojados, que se traduce en nuestro lenguaje y nuestra
actitud ante la vida y ante los gobernantes.
Debemos comenzar por convencernos en reubicar
nuestra identidad personal y nacional, y en enseñar a las nuevas generaciones
el papel del Gobierno en la esfera del servicio al Ciudadano, en la práctica de
nuestros derechos y responsabilidades.
Por todo lo antes expuesto, refuerzo e
impulso la aparición de Ong con corte Ciudadano como DECIDO ( Democracia y
Ciudadano Dómine) que lleven al Ciudadano a un nivel de participación tal, que
sea capaz de desarrollar la Nueva Gerencia Publica Ciudadana irrumpiendo en los
espacios que les son propios en nuestra Constitución, mas allá de ser simple
elector- observador de los procesos que involucren Políticas Publicas de
Estado.
Maximiliano
Donat
maximilianodonat@gmail.com
@maxidonat
Coordinador
Nacional DECIDO.
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