Este gobierno no es socialista y dista mucho de ser
revolucionario. Tal condición es una impostura del régimen, la cual asumió ante
la necesidad de una excusa ideológica para justificar su proyecto hegemónico de
poder.
Realmente pudo apropiarse de cualquier etiqueta, siempre que ella
luciera conveniente. En efecto, si ser
de "derecha" hubiese sido una buena coartada, el gobierno la habría
asumido sin pena y sin asco.
Pero prefirió autodefinirse como
"izquierda" pese a su marcado rasgo militarista y para propiciar la
confrontación entre dos polos, procedió a calificar como "derecha" a
toda expresión opositora. El tema viene a colación porque algunos creen que
atacan al gobierno acusándole de "izquierda" o
"socialista", lo cual viene a reforzar su estrategia de polarización
y reafirmar la supuesta condición de "derecha" del atacante.
El gobierno ha querido colocar el debate en el terreno político y
quiénes creen que lo atacan acusándolo de "socialista" no hacen más
que complacerlo, por una parte y por la otra, facilitarle apoyos
internacionales y agredir a factores de izquierda democrática que forman parte
de la oposición. Pensar que esos “ataques” pueden fortalecer una referencia
política liberal, neoliberal o de derecha –aun siendo un objetivo legítimo- es
un craso error pues el dilema realmente no es entre izquierda y derecha. El
centro del debate debe ser lo social, las condiciones de vida de las grandes
mayorías, la calidad de los servicios, las garantías de salud, educación y
vivienda para la población, la posibilidad de ejercer sus derechos y la certeza
de un futuro mejor.
Hace tiempo que Cuba dejó de ser un socialismo para convertirse en
una vulgar dictadura caribeña. Hasta el comunismo en China evolucionó,
asumiendo una audaz postura en los satanizados mercados internacionales y
convirtiéndose -en lo económico- en un capitalismo salvaje, casi brutal. En nuestro país, aunque quedan en el gobierno
algunos trasnochados de izquierda que no se han enterado que el Muro de Berlín
se cayó, el excesivo y muy evidente poder militar aleja a este régimen del
modelo socialista democrático que existe en buena parte de Europa y que exhibe
notables éxitos en países como Noruega o Finlandia. Para ilustrar la idea, vale
preguntarse ¿en Venezuela quien representa a la izquierda? ¿Teodoro Petkoff o
el Teniente Diosdado Cabello? ¿Pompeyo
Márquez y Américo Martín, o el Capitán Ameliach?
En todo caso, si acaso quedaba algún incauto pensando que el
régimen es de izquierda, debe estar en medio de un verdadero sacudón, viendo a
este "gobierno socialista" vendiendo a PDVSA, poniendo a CITGO en
bandeja de plata a alguna transnacional gringa o china. Y si esta traición a la patria no les parece
suficiente, bastará ver cómo se ha perdido la Soberanía Nacional con esa
invasión cubana en las altas esferas del poder, cómo la FAN está subordinada a
fuerzas extranjeras, cómo prácticamente han entregado nuestro territorio al imperio
británico que ocupa el esequibo o cómo se hacen los locos ante el conflicto
fronterizo con Colombia y hasta le rinden pleitesía a la narcoguerrilla que
azota a la hermana república. En fin,
hay que ser muy fanático para creer que esto es socialismo o tiene otra
vocación distinta al poder y el dinero.
Richard Casanova
richcasanova@gmail.com
@richcasanova
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