Al
cumplirse un mes del cierre de fronteras en horas de la noche, podemos evidenciar
el más rotundo fracaso de los responsables del plan contrabando cero, quienes
no solo violaron la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su
artículo 50.
También atropellaron los derechos a los pobladores, interrumpieron
el libre tránsito a Viajeros Internacionales, aplazaron tratamientos médicos a
enfermos de los dos Países, los estudiantes de horarios nocturnos perdieron
materias, y humildes padres de familia abandonaron el único sustento de su
hogar a través de empleos con horarios de trabajo en la noche, tanto del lado
acá como del lado allá, mientras loa anaqueles en el lado Colombiano siguen
llenos de productos Venezolanos, y en el lado Venezolano están vacíos, y
continúan las colas en todas las estaciones de gasolina.
El
sistema cambiario en la frontera debe modificarse progresivamente y sin demoras
hacia un tipo de cambio, competitivo y libre, las medidas que hasta el momento
a tomado el gobierno Nacional de cierre nocturno y el Chip o código de barras
pegado en el parabrisas del carro fracasaron, en la frontera queremos negocios
y empresas que abran y crezcan, queremos que en nuestro Estado Táchira y en
toda Venezuela los anaqueles de las tiendas estén llenos de productos con el
sello "Hecho en Venezuela", que toda la población de la frontera se
sienta orgullosa de consumir productos fabricados en el País y podamos
vendérselos sin egoísmos ni atropellos a nuestros hermanos Colombianos.
Necesitamos
una economía fuerte, estable, productiva e innovadora, que genere bienestar y
oportunidades para todos, porque las medidas tomadas hasta ahora por el
gobierno Nacional, en la práctica crean obstáculos para la producción y ventas,
en lugar de apoyar el desarrollo y la confianza entre comerciantes y
consumidores; A un mes de las medidas de cierre solo acrecentaron los ingresos
de algunos funcionarios del resguardo Nacional, centralizaron el contrabando en
pocas manos, engordaron los bolsillos de algunos propietarios de fincas que
bordean el río Táchira, y los 2.219 kilómetros de frontera con Colombia ahora
son como nunca antes en ningún otro gobierno, el gran negocio para poder llevar
comida a sus casas los hijos de la crisis y el desempleo del gobierno de Juan
Manuel Santos y de la revolución socialista del siglo XXI.
En
la frontera se tienen que poner reglas claras: aumentar los medios de
producción, brindarle a toda la población seguridad jurídica y estabilidad
laboral, modificar el sistema cambiario entre el peso y el bolívar, recuperar
los servicios públicos, invertir en créditos y respaldo a pequeños, medianos y
grandes comerciantes y empresarios, y poner a todos los cuerpos de seguridad y
orden público en la defensa y seguridad de todos los pobladores y visitantes,
porque una economía no puede generar bienestar sin seguridad y crecimiento, y
no puede crecer sin el bienestar que le brinde la inversión y la seguridad del
Estado.
Nestor
Solano
solano.nestorep@gmail.com
@SolanoNestorep
Néstor
Solano, coordinador del Frente por la Defensa del Tachira y Director del Centro
Democrático en Venezuela
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