Cuando tengas dudas regresa a los principios…Volví a
recordar esa piedra filosofal del pensamiento al conversar con profesores muy
estudiados en el área legal y política en relación al tema constituyente, al
estos tratar de explicarnos que “era imposible realizar una constituyente de
acuerdo a la actual normativa”. Recordé la máxima, no porque yo tuviera dudas
en relación al tema que nos ocupa, sino porque sentí con qué facilidad los
eruditos se meten tanto en la norma que olvidan los principios que las
fundamentan. Y no es porque no los conozcan, sino porque los consideran irrelevantes.
Eso no me dejo en paz. ¿Por qué a personas de un
altísimo nivel de interpretación política y jurídica había que explicarles, en
primer lugar, que una norma electoral, a todas luces injusta y distorsionada
por un gobierno delincuente, había que imponerle el poder supremo de la
soberanía del pueblo, no solo para cambiarla sino para restituir lo que es fin
último de cualquier pueblo en todos los tiempos, que es la búsqueda permanente
de la justicia y la libertad? ¿No es acaso la norma una consecuencia de eso, y
cuando esta deja de ser lo que debe y tiene que ser, deja como consecuencia de
constituirse en norma y debe ser ignorada? Esa es precisamente la razón de las
luchas libertarias de la humanidad en todas las épocas.
Mucho de lo que ha sucedido en Venezuela en los
últimos años es que esos principios fundamentales se han olvidado. O peor aún,
los que deben orientarlos, que son quienes más han estudiado la materia,
insisten en enterrarnos en la norma injusta y decir que “es imposible convocar
al Soberano” porque la norma pervertida no lo permite. ¿Cómo podríamos aceptar
como buena la normativa del CNE, no solo para elegir una Constituyente sino
para elegir a cualquier autoridad en nuestro país? ¿Cómo todavía se nos
argumenta en contra de convocar al Soberano depositario de la Soberanía
pensando que vamos a subrogar su manifestación de voluntad a órganos
pervertidos? La nuestra es una lucha de y por principios fundamentales.
Cuando insistimos en convocar al depositario de la
Soberanía, no es solo porque podemos hacerlo porque la Constitución nos lo
permite, sino porque el momento del país así lo exige. Y no menos importante,
no es para que esa manifestación de voluntades sea “contabilizada” o
“reglamentada” por delincuentes. Es para demostrarle al mundo, aquí y afuera,
que el país entero, no solo el mínimo establecido en la Constitución, desea que
haya un cambio fundamental en el rumbo que le imprimió al país un resentido
social que en mala hora resultó electo Presidente de la República en 1998.
Y si aún así, demostrando con las voluntades en la
mano que el Pueblo Soberano tiene el derecho de solicitar a viva voz la
convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente con las reglas justas y
transparentes que este mismo se dé, a pesar de lo que digan unos delincuentes,
el régimen impide este reclamo de la única manera que puede hacerlo, con la
fuerza, entonces habremos acabado con esta especie de pseudo democracia de
papel donde la oposición oficial insiste en elecciones para enderezar un árbol
constitucional que nació torcido, entendiendo de una buena vez que hay que
sembrar otro completamente diferente.
Y esto me lleva de nuevo a los principios. En una
extraordinaria y magistral conferencia dictada en la Universidad Francisco
Marroquín de Guatemala por José Piñera, quien fuera ex ministro de Trabajo y
Previsión Social de Chile y responsable de la reforma al sistema de pensiones
de ese país, titulada “Los Padres Fundadores de los Estados Unidos de América y
lecciones para América Latina” (les sugiero encarecidamente a todos dedicar una
hora de su tiempo para verla en http://newmedia.ufm.edu/pinerapadresfundadores,
o leer la transcripción en mi blog en
http://ticsddhh.blogspot.com/2014/09/los-padres-fundadores-de-los-estados.html),
se nos muestra como una democracia de pantalones largos como la norteamericana,
ha perdurado y crecido fuerte en el tiempo, precisamente porque está construida
sobre sólidos principios.
Indicaba Piñera, que en su universidad le “habían
enseñado muy buena economía, pero no me
habían dado el marco global de principios y valores de una sociedad libre.
Y descubrí que el gran secreto del éxito de Estados Unidos es que había
tenido una generación de hombres
extraordinarios; los que los
norteamericanos llaman los padres fundadores o Founding Fathers.”. Y llega a la
conclusión que “el secreto del éxito de los Estados Unidos es que esta
generación de hombres estableció estos principios desde ya en dos documentos claves que son: la
Declaración de Independencia de los Estados Unidos y la Constitución de los
Estados Unidos.”.
Los principales Padres Fundadores a los que se
refiere José Piñera son Thomas Jefferson (1743-1826), John Adams (1735-1826),
James Madison (1751-1836) George Washington (1732-1799), Alexander Hamilton
(1755-1804) y Benjamín Franklin (1706-1790). No pretendo aquí darles el resumen
de esta conferencia que sugiero que vean o lean completamente. Solo deseo
establecer que ninguna democracia puede sobrevivir si no existen principios que
la sostengan.
Y para muestra un botón de algo que me impacto de
esta conferencia: “si yo le tuviera que recomendar a alguien estudiar ciencia política, y no tuviera más que dos minutos, yo le
diría: "lea el preámbulo de la declaración
de independencia de los Estados Unidos", porque en un párrafo está la esencia de una
teoría de gobierno, en un párrafo. Y le leo ese párrafo y se lo voy a
explicar. Es el párrafo en que la
declaración dice lo siguiente: "Sostenemos que estas verdades son
evidentes en sí mismas. Que todos
los hombres son creados iguales. Que su
Creador los ha dotado de ciertos derechos inalienables; Que entre estos
derechos se encuentran la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad" (y, aquí viene algo
clave), "Y que para asegurar esos derechos, los hombres instituyen gobiernos entre ellos,
los cuales derivan sus poderes de los ciudadanos". Bueno. En este
párrafo está el principio básico de la
democracia.”. (Subrayado nuestro)
Lean bien: los poderes de los gobiernos derivan de
SUS CIUDADANOS. De nosotros. Esa teoría está contenida en el Artículo 347 de la
Constitución venezolana. Thomas Jefferson, autor de la Declaración de la
Independencia norteamericana estableció ese principio fundamental de la
democracia. Eso sigue siendo una bomba atómica ahora en cualquier país, como
dice Piñera lo fue en 1776 en Norteamérica.
Entonces, después de leer esto, ¿todavía creen
ustedes que un organismo controlado por un país extranjero como el CNE debe
dictar y normar para decidir si somos o no los que somos para cambiar el futuro
de los venezolanos? Bueno, aquellos que todavía lo crean, regresen a los
principios…
Luis Manuel Aguana
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
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