La
religión y la política son campos abonados para los conversos. Todos conocemos
descreídos, que ante la adversidad, la enfermedad se convierten en seguidores
de causas religiosas. También, aunque en menor cantidad, los hay, que siendo
juiciosos fieles, con el tiempo se trasforman en agnósticos
Ser
converso es un derecho tanto como ser disidente. Molesta el fanatismo con que
acogen las nuevas causas. La figura del diablo, por ejemplo, es la conjunción
de disidente y converso. Se supone que es un ángel que abandona el bien, acoge
el mal y representa la desobediencia.
Menos
mal que cada vez hay menos, que creen en la existencia de tal ser. La creencia
hace que tenga seguidores que hacen mucho mal. Si nadie creyera en el demonio,
no tendría fanáticos demoníacos. En política también hay conversos. Churchill
fue uno de ellos.
Entre nosotros, venimos observando a quienes se proclaman socialistas-comunistas, luego de proclamarse marxistas, socialistas-comunistas y por supuesto ateos, ahora, cuando hablan nombran a Dios, a Jesús y a la Virgen, aunada a rituales de santería, de bilongos y de otras sectas religiosas.
Cuando
se cambia de bando se cambia de ropaje. Se defienden otras concepciones y se
actúa a veces con alguna coherencia con
la nueva militancia o creencia. Los conversos no son traidores, a menos que
utilicen la vieja vestimenta para engañar desde la nueva orilla, o se coloque
la nueva insignia para imponer su primigenia concepción
.
Es
bien sabida que la confusión sobre todo la religiosa, es una herramienta muy
efectiva para manipular y engañar masas. Los conversos, para alejar cualquier
duda sobre ellos, sobreactúan su nueva militancia, su nuevo compromiso. Es
molesto, pero es la seña de su apostasía. Si no son visiblemente fanáticos, o
no son conversos, o son traidores.
Un
gobernante, o alguien en tránsito hacia el poder, aprecian a los conversos y
desprecian a los traidores. Los primeros son necesarios para comprender al
contrario, son útiles para su aniquilación o para la alianza, si fuera el caso.
Alejandro Magno convertía al vencido que lo enfrentaba designándolo su
representante.
En
la política venezolana ya los conversos están en extinción, por gracia, que
casi todos los partidos representan las mismas ideas, el mismo modelo
económico, y además los políticos en gran número de casos se dedicaron a
oficiar de gerentes de la corrupción, en lugar de crear soluciones sociales.
Venezuela
necesita gente que defienda con vigor sus ideas, necesita que haya creencias
distintas, aún creencias opuestas. Hoy pululan las mañas que enmarañan las
convicciones. Desde mi parte de avestruz, prefiero no creer en que exista el
diablo, me evita diferenciar entre ángeles y demonios que de esos tenemos
muchos en Venezuela.
Zenair
Brito Caballero
britozenair@gmail.com
@zenairbrito
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.