El
gobierno de Maduro es tan tarambana, y manifiestamente desquiciado, que no me
extrañaría que el producto de la venta de Citgo se emplee para comprarle
gasolina a los Estados Unidos.
Pero
eso si la vende, pues con la venta de la poderosa transnacional lo más seguro
es que suceda lo que pasó con el aumento del combustible, el cambio único o
dual y la reforma de la economía.
Pura
habladera de paja de un gobierno trasnochado que, de lo único que entiende, es
de reprimir y asesinar manifestantes, negarle a los presos políticos el derecho
al debido proceso, e instrumentar una compra desesperada de medios impresos y
audiovisuales para que trasmitan boberías como las campañas de Cheverito o los
discursos de Maduro.
Entre
tanto, en los hospitales públicos mueren los enfermos por falta de medicinas o
equipos y material médico-quirúrgico, y en las calles el hampa de todos los
signos deja noche a noche, y día a día, tal cantidad de víctimas que ya el
ministro de Interior y Justicia, el general y “periodista”, Miguel Rodríguez
Torres, no volvió a hablar de cifras, ni de planes para combatir el crimen.
Pero
no termina en las salas de hospitalización, los quirófanos y las morgues el
calvario de los crucificados del socialismo “a lo Maduro”, porque después
tendrán que hacer colas para que las funerarias -pasados días o semanas-, les
procuren los ataúdes, y ya en los cementerios y enterrados, verán profanados
sus restos por vándalos que buscan objetos de plata u oro, o reliquias para
ritos satánicos.
Nada,
sin embargo, que mueva a la élite cívico-militar, o militar-cívica a percibir,
a darse cuenta, de la colosal tragedia a donde ha conducido a los venezolanos,
y muy en el estilo de aquellas bandas de piratas que asolaron a América Central
y el Caribe durante los siglos XVI, XVII y XVIII, parece que no aplicaran otro
lema que el de: “Mata y deja matar”
En
concordancia, Maduro anunció hace tres semanas que había comprado 130 nuevos
equipos antimotines, no se sabe si a su proveedor favorito, Brasil, o a
cualquier otro país que haya decidido violar las leyes internacionales para
complacer a neodictadores del “Socialismo del Siglo XXI”.
Hacia
Ciudad Guayana, donde ya empezaban a prenderse las protestas de los
trabajadores de Sidor, envió a uno de sus generales goriloides favoritos, a un
tal Padrino López, o López Padrino, que por dos semanas intentó ganar otra de
las únicas batallas que ha empeñado en su vida: gasear, y dispararle perdigones
y balas a obreros y estudiantes indefensos.
Es
un oficial “de confianza”, a quien hace unos meses vimos regurgitar una serie
de manuales mal leídos y peor aprendidos sobre la alianza cívico-militar o
militar-cívico, dicen que en un intento de convencer a Maduro para que lo
nombrara Ministro de la Defensa, para solo lograr mantenerse activo después del
retiro de ley y en un cargo menor: comandante de un organismo de inspiración
cubana que llaman CEO.
El
presidente “que habla con los pájaros” también anunció por esos días que
negociaba una nueva compra de equipos militares, no se sabe si con Rusia,
Bielorrusia o Irán, países cuya obsolescencia en la fabricación de armamentos
quedó en evidencia otra vez con el empantanamiento de los separatistas
prorrusos en Crimea, y el arrase que llevan a cabo los drones de Estados Unidos
contra los “Yihadistas” en el Kurdistán irakí y Siria.
Pero
por esos anacrónicos ideológicos que piensan que la Unión Soviética no
desapareció, y está a punto de ganar la “Guerra Fría”, que Cuba es el “mar de
la felicidad” y China país comunista, mueren los venezolanos de mengua en los
hospitales, son asesinados en las calles, y luego no encuentran ataúdes para
recibir cristianas sepulturas, ni paz en los cementerios.
Por
ellos los obreros de Sidor fueron reprimidos durante las últimas dos semanas,
42 ciudadanos asesinados en el curso de los meses de febrero a junio, y 1000
niños palestinos que perdieron sus padres y familiares en los enfrentamientos
entre Israel y Hamas en la Franja de Gaza, son traídos a un país donde no hay
leche, carne, harina pan, azúcar, aceite, ni papel toalet.
Una
labor humanitaria que bien pudo ser asumida por cualquiera de los países
árabes, todos en su mayoría con políticas económicas más sensatas que las de
Maduro, y sin pronunciarse en un conflicto donde la presencia de un grupo
terrorista como Hamas, le hace un daño irreparable a la causa palestina.
Más
urgidos de atender el nuevo peligro que emergió en el seno del fundamentalismo
islámico, el grupo o secta de los Yihadistas, promotor de una geoteología que
se creó en los primeros siglos que siguieron a la muerte del Profeta Mahoma.
El
“Yihadismo”, una nueva forma de terrorismo que, incluso, ha contado con el
rechazo de Al Qaeda, con unos niveles de fanatismo que los lleva a asesinar
cristianos por el solo hecho de serlo, que estuvo a punto de desbaratar al
gobierno chiita de Irak en días, y constituirse en una amenaza para Irán, el
Kurdistán, Líbano y Jordania y contenido por la voluntad del gobierno demócrata
de los Estados Unidos, el cual, en menos de una semana, puso fin al horror de
sus atrocidades.
Revelando
de manera contundente que el sistema democrático existe y existirá siempre para
defender la libertad, los derechos humanos y el estado derecho, en un orden
mundial donde, al par de reconocérsele a los países la soberanía que se ganan
en cuanto respetan la pluralidad, la disidencia y las garantías individuales,
los hace también objetos de sanciones y de aplicación de medidas coercitivas
para que abandonen el poder y le abran paso a quienes demuestran capacidades
para hacerlo.
Ya
algunos funcionarios del gobierno de Maduro fueron objeto de la prohibición de
ingreso a los Estados Unidos por la violación de los derechos humanos de los
venezolanos ¿y qué duda cabe que podrán ser objeto de sanciones más severas si
insisten en comportarse como matones de oficio contra ciudadanos inermes cuyo
único delito es ejercer un derecho consagrado en la Constitución: protestar.
Maduro
debería aprender mucho de los acontecimientos que, ante sus ojos, corren a toda
velocidad en el mundo y convencerse de una vez por toda que ya no existen Unión
Soviética, mar de la felicidad cubano, China Comunista, ni Piratas del Caribe.
Manuel
Malaver
manumalm912@cantv.net
@MMalaverM
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