Sí;
este mundo a través del internet con todos sus avances, nos está asombrando
cada vez más y más. Estamos frente a un desarrollo tecnológico, acorde con el
siglo en el que vivimos; con las nuevas generaciones; con toda esa innovación
que a pasos agigantados nos ha llegado en algunos casos para bien y en otros,
para cosas no tan buenas.
Si
analizamos lo que pasa a nivel de estudiantes, vemos cómo el facilismo está
en auge. Ya una gran mayoría de ellos, no se toman el trabajo de leer,
de investigar, pues con solo preguntar en los portales de internet, encuentran
los temas de sus tareas.
Ya
la época de abrir las páginas de los libros, de acariciarlas y sentir esa
cercanía de la ciencia con el pasar entusiasmado de sus hojas, dejándose llevar
por la enorme satisfacción de ir encontrando poco a poco las respuestas a los
temas propuestos en el colegio, parece que se acabó.
Es
la tecnología; es la fuerza del ciber espacio; bueno, si lo analizamos desde el
punto de vista económico, por el alto costo de los libros, malo, porque está
alimentando el facilismo en los estudiantes de hoy.
Qué
decir de las personas que buscan diagnósticos virtuales para sus dolencias y remedios
para las mismas, y se auto recetan, con posibles efectos dañinos, ya que una
supervisión médica personal y una formulación adecuada son necesarias para una
buena salud.
Pero
lo que hemos tratado hasta aquí, no es tan grave, como lo más candente en el
momento actual: este mundo virtual está influyendo notablemente en las personas
de una manera dañina, degradante, perjudicial; está acabando con el contacto
físico de quienes se han metido de lleno en este género, a través de los besos
virtuales, el sexo virtual, los regalos virtuales.
Es
impresionante el furor, el apasionamiento, el ensimismamiento de innumerables
cibernautas, adictos a estos temas que cada día cobran más fuerza y mayor
difusión, con seguidores de todos los sexos y todas las edades. Cada vez es más
frecuente el registro de parejas que se conocen a través del internet; algunas
con resultados buenos: encontrar a su media naranja y ser felices.
Otras,
no tanto; que han sido engañadas, estafadas y hasta asesinadas por personas
peligrosas, contactadas de esta manera. Pero algo más riesgoso y asustador está
ocurriendo: la suplantación de perfiles, los fotomontajes con los que personas
delincuentes, morbosas, de costumbres y acciones dañinas, les están haciendo
mucho mal a quienes caen en sus manos.
Cuánta
gente chatea en Facebook o Twitter y envía todos sus datos personales, sus
fotografías, con el ánimo de frecuentar a sus familiares ausentes, a sus
amigos, pero están expuestos a que de pronto tomen su identidad, la cambien, la
deformen, les atribuyan cosas degradantes y les causen enorme daño a sus vidas,
pues sabemos que el envío de correos es infinito y llega hasta los lugares más
recónditos.
Dañar
la imagen de una persona, es un delito muy grave y de enorme repercusión. Lo
peor es que quien hace algo como esto, está amparado por el anonimato, no da la
cara, no responde por su acción.
Ante
este maremágnum de cosas más malas que buenas del ciberespacio, se hace
necesaria una acción preventiva por parte de los padres de familia, para
evitarle a los hijos consecuencias graves de un mal manejo de la internet y
también una precaución responsable y atenta por parte de las personas adultas,
para no verse involucradas en situaciones peligrosas a través de este gigante
de las comunicaciones: el mundo virtual
Zenair Brito Caballero
britozenair@gmail.com
@zenairbrito
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