...Votos, incautos, creyentes, adeptos,
fanáticos, chavistas o gafos... poner a la gente a completar la frase fue un
ejercicio interesante. Y lo hice con
toda mi intención luego de saber de los encuentros de María Gabriela con Fidel.
Pues resulta que la hija del Comandante
Supremo comienza a sonar como el As bajo la manga del chavismo que, consciente
de que Nicolás va en picada poniendo en riesgo su eternidad -y la de los
Castros- en el poder, ven en María Gabriela la única opción que rescataría y
capitalizaría el sentimiento chavista, dándoles unos años más a esta
neodictadura.
Entonces
¿qué es lo que busca la hija de Chávez en Cuba? ¿Por qué visita a Fidel?
¿Cuál es la verdadera razón de esas reuniones secretas? ¿Visita de cortesía al decrépito mentor o
inicio del entrenamiento? ¿Quién financia esos viajes? Mi hipótesis que, sólo
el tiempo permitirá comprobar o desechar, no luciría descabellada: "si le
ordenaron a Maduro que se autoproclamara el hijo de Chávez y con eso logró
¿ganar? las elecciones -a duras penas; pero lo logró- María Gabriela, siendo
una hija de Chávez -de verdad, verdad, por cuyas venas corre la sangre del
difunto presidente- ¿es la próxima
ocupante de la Silla Presidencial?"
Reza la vieja conseja popular "piensa
mal y acertarás". Y de Fidel, me sobran razones para pensar mal. Para
nadie es un secreto las penurias por las que pasa Maduro para intentar llenar
el vacío que dejó Chávez. Es más, Diosdado se encarga de recordarle a Nicolás a
diario que en este país no existe sino el chavismo -que ni se le ocurra pensar
que existe el madurismo. Supongo que lo "persuade" de cualquier
intención de sentirse supremo y autónomo, recordándole quién tiene el control
del poder militar. Eso por un lado. Por el otro, las más recientes encuestas,
incluso las que paga, y muy bien, el gobierno
-que no habrían hecho falta porque es público y notorio- arrojaron que
aproximadamente un 74% de los consultados responsabiliza directamente a Nicolás
de todas las calamidades por las cuales atravesamos. Ya hasta los chavistas y
oportunistas le atribuyen al actual Presidente la culpa de lo que nos pasa. Con
otro agravante: aquí, quien realmente manda, es una banda de malandros y
delincuentes que usan a Maduro como el perfecto monigote, para perpetrar sus
desmanes contra la cosa pública y el tesoro nacional.
Eso también lo sabe Fidel. Imponer a Nicolás
como el sucesor de Chávez quizá no fue una decisión acertada -pero, tal vez la
única viable para ese momento. Y el zorro viejo de Castro necesita remendar el
capote. ¿Cómo? Pues María Gabriela pareciera su comodín. Es verdad que @Maby80
-como se identifica la hija de Chávez en Twitter- no tiene fogueo político. A
simple vista no sería más que una comunicadora social, dada a publicar selfies y fotos en las redes
sociales, una conducta típica de los nuevos socialité boliburgueses. ¡Pero es
la hija de Chávez... por ahora! Y eso es suficiente como para que sea el nuevo
"delfín" de Fidel -o delfina, para no ofender a los del régimen que
aman escribir y hablar diferenciando los géneros.
¿Qué importa que María Gabriela no tenga
mayores atributos? ¿Qué importa que no sea una erudita ni una intelectual
destacada del socialismo del Siglo XXI? ¿Qué importa que no acumule méritos
académicos, ni premios, ni condecoraciones? ¡Es la hija de Chávez! Y eso, para
Fidel, es más que suficiente. Porque Maduro no cala, ni siquiera gritando a los
cuatro vientos que él es el Presidente obrero-autobusero de todos los
venezolanos y se ponga detrás del volante de un Metrobús para corroborarlo. En cambio ella, María Gabriela, representa a
Chávez. Es la continuidad de Chávez, si hasta se parece a Chávez. Ergo es
Chávez. Entonces, quien mejor que ella para asumir la reencarnación de ese
Comandante Intergaláctico y Supra terrenal que Maduro no ha logrado suplantar.
Si hasta debe ser lo que le han recomendado a Fidel las brujas que siempre le
rodean –esas que lo mantienen vivo y a las que siempre ha consultado- apestando
a tabaco rancio, en medio de sesiones espiritistas: ¡Ella es la sucesora!
Para Fidel, ya Nicolás es un esperpento
político lleno de torpeza, un enano mental con fecha de vencimiento, y necesita
apelar a ese aire místico que rodea todavía hoy a la figura de Hugo. El
venezolano que creyó y votó por esta Revolución se dispersa y comienza a
criticar al desgobierno. Ya no es tan fácil convencerlo de que la culpa es del
Imperio o de Obama cuando las cosas en el país se ponen color de hormiga. Y un
pueblo que otrora apoyó a Chávez incondicionalmente, hoy descontento, no es tan
fácil de convencer y puede empezar a buscar nuevas opciones. Y Fidel comenzó a
preparar esa nueva opción; pero, que le garantice a él y a su revolución que el
maná venezolano seguirá fluyendo sin obstáculos.
¡Chávez vive, María Gabriela sigue!... ¡qué
desgracia!
José Domingo Blanco (Mingo)
mingo.blanco@gmail.com
@mingo_1
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