Tomo
prestado el título de esta nota de la excelente película de principios de los
años 80’s (¡Airplane! en idioma original) protagonizada por Leslie Nielsen y
Peter Graves, donde se parodiaba la tragedia de un avión, que sin control de
nadie, llega al final a aterrizar por casualidad, luego de las mil peripecias
de pasajeros y tripulantes.
Me
vino a la memoria esta comedia luego de contemplar la tragedia de lo que nos
está pasando, que como en la película de Nielsen, nadie al parecer controla la
insurrección que ha comenzado, ni quien la dirige ni mucho menos que alguien
pueda aterrizar este avión donde todos los venezolanos somos los aterrorizados
pasajeros. Esto es algo tan serio que merece una reflexión, aunque lo
acompañemos con una parodia.
Es
de suponer que el régimen es el primer interesado en saber quién controla lo
que sucede. De hecho todo este gorilismo militar demostrado en contra de los
estudiantes, Leopoldo Lopez, los Alcaldes opositores, María Corina Machado y
todo aquel que luzca dirigir esta insurrección, está condenado sin juicio
alguno dictatoriamente. Justamente están en la búsqueda de esa inteligencia, de
esa sala de control que no aparece por ninguna parte. Y una cosa es que no la
encuentren y otra muy diferente es que no exista.
Lo
que sabemos los ciudadanos comunes es que hay un gravísimo problema que lo
representa la permanencia en el poder de este régimen, al que hay que a todas
luces desalojar de una manera No Violenta y constitucionalmente. Pero de allí a
que alguien controle lo que debe hacerse para que eso pase, qué aplicar en cada
caso y cuando, qué pasará después y quiénes serán los pilotos que aterricen el
avión, hay muchísimo trecho. Entonces tiene que existir esa inteligencia. Y si
no la hay, alguien debe crearla así la busque el régimen después debajo de las
piedras…
De
acuerdo a Gene Sharp (referenciado en los Apuntes para una Lucha No
Violenta
http://ticsddhh.blogspot.com/2013/01/apuntes-para-una-lucha-no-violenta-ii.html),
hay 4 tareas fundamentales que realizar para poder salir con éxito de este
régimen: a) Fortalecer a la población en su determinación de luchar, en la
confianza en sí misma y en sus aptitudes para resistir; b) Fortalecer grupos
sociales e instituciones independientes; c) Crear una fuerza poderosa de
resistencia interna; y d) Desarrollar un amplio y concienzudo Plan Estratégico
global para la liberación y ejecutarlo con destreza.
De
allí subrayo en especial la última, a mi parecer la más importante: UN PLAN
ESTRATEGICO. Obviamente ese Plan debe ser ejecutado por personas en Resistencia
Civil. No indicaré aquí que debería contener ese Plan pero es claro que debería
contestar preguntas como las formuladas anteriormente. No es posible mantener
la Resistencia Civil sin ese Plan y ALGUIEN lo debe formular y ejecutar con la
destreza que indica Sharp.
Una
oposición entregada y colaboracionista obviamente no es quien lo hará. Tampoco
deberían hacerlo solamente los estudiantes sino conjuntamente con otros
factores de la sociedad consustanciados con esa Resistencia Civil interna. Las
personas inspiradas en las ideas de Sharp que iniciaron el movimiento de
resistencia que terminó en la Plaza Tahrir seis años más tarde, con la salida
de Mubarak en Egipto, tuvieron un Plan y mucha pero muchísima paciencia para
ejecutarlo. Eso es lo que tenemos que hacer aquí.
Cuando
observo que los gochos están planteando una valiente y heroica insurrección
civil en el Táchira pero esta no es seguida por el resto del país de la misma
manera, esto es un claro indicativo que no hay un movimiento organizado de
Resistencia Civil con un Plan en la mano. ¡Y así somos los venezolanos!
El
11A-2002 una poderosa manifestación hizo caer al dictador de Miraflores pero
quienes estaban allí no tenían un Plan de qué hacer, con las consiguientes
nefastas consecuencias. De hecho creo que nunca pensaron que el dictador caería
y la improvisación se adueño de la situación dejando al azar los
acontecimientos que siguieron después. Esto es lo que nadie en un movimiento de
Resistencia Civil con un mínimo de organización debe permitirse. La Junta
Patriótica Estudiantil y Popular podría ser el germen de esa organización pero
requiere de la fuerza que solo puede darle la sociedad civil organizada,
gremios, y otros factores consustanciados con la idea de resistir de una manera
No Violenta al régimen.
Cuando
indiqué en mi ponencia en la Cátedra Pio Tamayo del 31-3-2014 (ver
http://ticsddhh.blogspot.com/2014/03/el-largo-camino-de-las-guarimbarricadas.html)
que no desestimaba ningún método de protesta sino evaluar la efectividad de
ellos en relación con otros métodos internacionalmente conocidos de Lucha No-Violenta,
implicaba igualmente que todo método que se aplique debe enmarcarse en un Plan
con una estrategia. Trancazos, barricadas, marchas, o cualquier acción deben
estar dentro de un PLAN que controle alguien. Y ese alguien debe establecer
riesgos y aplicabilidad, evaluando la posible violencia que vendrá del régimen,
e incluso si hay que hacer una retirada estratégica a favor de un mejor
posicionamiento futuro, siempre dentro de un marco de Lucha No Violenta. Si no
es así el avión se estrella sin piloto y con todos nosotros adentro…
Don
Rafael Grooscors me indicaba que esta situación se origina por lo que él llama
la falta de una "estrategia insurreccional contra un orden histórico"
en Venezuela. Y en efecto eso es en resumen lo que hace falta, una ESTRATEGIA
INSURRECCIONAL. Y como en la física, en la política tampoco existen los vacíos.
Algo los llena. Esta forma de lograr a bandazos algo que naturalmente debe
tener un control, hace que la solución tarde en llegar, origine más víctimas de
las que debiera y cuando llega es la peor de todas. Es como la parodia que me
cuenta Don Rafael, semejante a la de la película de Nielsen, que bien podría
pasar en Venezuela si los factores que están en la calle hacen caso omiso de
estas tareas fundamentales que enumera Sharp.
Un
avión se estrella en la selva y solo sobrevive un mono que iba en el aparato.
Al buscar al sobreviviente los rescatistas tuvieron que buscar a un traductor
de señas para que el mono dijera lo que pasó. Y esto fue lo que contó: el
piloto y el copiloto se unieron a una pequeña fiesta con las aeromozas y se
emborracharon con ellas hasta desmayarse. Y a la pregunta obvia de los
asombrados rescatistas, ¡¡¡¿¿¿Y quién piloteaba el avión???!!! Su respuesta con
señas no se hizo esperar, ¡Pues yo!...
Luis
Manuel Aguana
luismanuel.aguana@gmail.com
@laguana
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