¿Quién se podría imaginar que despojarían en
algún momento a la diputada María Corina Machado pasando por encima de la
Constitución como si estuvieran haciendo churros caseros en el TSJ?
Nadie, pero nadie podría haber visualizado
semejante cosa, que pone en evidencia la manera cómo se maneja en Venezuela la
justicia. Con la decisión tomada, le
pasan por encima a la voluntad popular e irrespetan la institucionalidad de
Poder Judicial y del mismo parlamento con una interpretación de la
Constitución, que sienta un precedente fatal en nuestra historia, al igual que
sucedió con la destitución de los Alcaldes de San Cristóbal y San Diego.
Una acción incomprensible, que incluso,
violenta el derecho a la defensa de la diputada María Corina Machado, quien no
tuvo un juicio previo para establecer su posible falta, que trajera como
consecuencia la perdida de su envestidura.
Lo grave del asunto del despojo a la
diputada, es que en Venezuela poco se puede hacer, a menos que haga una acción
contra la sala Constitucional pro-gobierno que tenemos e intentar activar a los
suplentes para que revisen la decisión. Por ello, la diputada no tiene otra
alternativa que gritar a los cuatro vientos en el mundo del fallo dado por el
TSJ y evidenciar que el Estado venezolano se encuentra fuera de ley violando
los derechos humanos.
Y me parece, que esa va a hacer la gestión de
la diputada, quien acudirá a los organismos internacionales para denunciar la
estrategia del oficialismo, que vulnera la confianza de los venezolanos en el
voto como instrumento democrático, fuera de la posibilidad de defensa y
apelación.
Yo les digo, sinceramente, apreciados
lectores, que en Caracas, nos quedamos perplejos el martes 1 de abril, cuando vimos al gobierno
apertrechado en las calles para impedir que la diputada llegara a la asamblea.
Fue impresionante, como acordonaron la plaza Brión en chacaito de donde
partiría la diputada rumbo al parlamento. Una lluvia de bombas lacrimógenas fue
disparada, como si fueran cerbatanas en carnaval.; trancaron vías, llamaron a
su militancia para acordonar las
cercanías de la asamblea, cerraron las estaciones del metro, apostaron
batallones de la guardia nacional alrededor del mismo y hasta escupitajos al
aire parecían una cortina de lluvia en abril, para armar una especie de
barrera.
La diputada salió de la plaza Brión a pesar
de todo. Se acercó al parlamento, pero no pudo entrar y cuando se dirigió al
TSJ para introducir un amparo, pues se lo impidieron. La pobre mujer parecía
que estaba peleando contra un monstruo de siete cabezas. Fue una impotencia
bestial.
Yo estuve allí, en medio del tráfico, el
bululú que hacían los militantes de bando y bando frente al TSJ y vi con estos
ojos los acontecimientos. Fui testigo de la impotencia de la diputada por
defender su envestidura. Tan solo pude quedarme viendo la bandera ondeando por
el viento, pero luego me quedé comiendo churros, churros con azúcar, que es lo
único que se puede conseguir por allí.
Luis Alfredo Rapozo
luisalfredorapozo@gmail.com
@luisrapozo
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