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LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

viernes, 4 de marzo de 2011

QUÉ ES SER LIBERAL? OSCAR CAPRAV

Para entender qué es ser liberal, primero debemos tener en cuenta que el hombre es el único ser sobre la tierra que no tiene asegurada automáticamente su supervivencia, tal como ocurre con las plantas y el resto de los animales.   El hombre posee una naturaleza específica y sólo puede sobrevivir adquiriendo conocimiento. Para ello debe recurrir a un método que le es propio por su naturaleza, también único entre todos los seres, que le sirve para conseguir ese conocimiento: la razón. Ayn Rand define a la razón como la facultad que identifica e integra el material enviado por los sentidos.

Me puse a pensar qué pasaría si el hombre estuviera sólo en una isla desierta. Llegué a la conclusión que en ese caso no habría problema en entender que el hombre puede hacer lo que le plazca y tiene derecho a la propiedad de su vida y la de todos los bienes que pudiera adquirir de la naturaleza o que pudiera producir por transformación.

El asunto se entra a complicar cuando el hombre, que es un animal social, empieza a descubrir que es más sencillo sobrevivir intercambiando valores con sus semejantes, gracias a lo que hoy en día se conoce como la división del trabajo y la ley de asociación de Ricardo donde el débil y el fuerte salen ganando por su mutua cooperación. Se puede deducir de ello que al interrelacionarse cada ser humano con el resto de su especie crea diversos grupos, pero nunca pierde su individualidad y que por su naturaleza es libre (derecho natural).  Las acciones humanas no son nunca cambiantes en esencia y el hombre necesita para conducirse una ética objetiva que puede ser descubierta y puede ser efectiva, y una ética política basada en la libertad, es decir en el derecho natural del hombre.

ANGEL DE LA LIBERTAD
La ética de la libertad es la ética de la propiedad, porque la primera y principal es la propiedad de su propio cuerpo y mente, y por tanto, cada uno tiene el derecho de preservarlo tanto a ellos como a los bienes que puede producir y aquellos que pueda adquirir en los intercambios voluntarios. De acá nacen los que llamamos derechos a la vida, a la libertad y a la propiedad, que en realidad se puede resumir en el derecho de propiedad, que es la causa y origen de los demás.  De este Derecho Natural surgen las leyes naturales porque son intrínsecas a la naturaleza humana, que gobiernan las relaciones entre los hombres  y  permiten a cada uno buscar su propia felicidad y bienestar como individuos libres y soberanos que se entrelazan cooperando en forma voluntaria  para beneficio mutuo.

El derecho natural de propiedad -que como dije presupone los derechos a la vida y a la libertad- es negativo en el sentido que no representa demanda sobre la energía o producción (en definitiva sobre la propiedad) de otro que no sea sin  su consentimiento voluntario.

De lo anterior se deduce la que para mí es la principal ley natural “ningún ser humano tiene el derecho de iniciar el uso de la fuerza, o amenazar con ella, para obtener valores de otros hombres”. Esto vale tanto para cada individuo como también para cualquier asociación de ellos, no importa el nombre que adopte (gobierno, sindicato, etc.).

Llegado a este punto  podemos hablar de los derechos de la ética, que significa que el hombre puede defender su propiedad (en sentido amplio, su vida y sus bienes) de aquellos que quieran sacársela por la fuerza. Esa defensa puede hacerla por su propia cuenta o contratando en forma voluntaria a una empresa productora de seguridad para que vele por él.

Ser liberal significa, como primera medida, reconocer la ética de la libertad, que no se puede ejercer coerción sobre otro y que cada hombre, así como es parte inalienable de sí mismo, también debe sustentarse por su propio esfuerzo productivo alcanzando cada uno de ellos el nivel que su capacidad y talento le permita, implicando que ha de hacerse responsable de sus propias acciones que realiza libre y voluntariamente. Ninguna persona tiene la obligación de pagar las imprudencias, errores o desidia de ninguna otra. Desde el punto de vista del derecho natural ningún hombre tiene el derecho de hacerse mantener por otro a la fuerza o bajo amenaza de ella. Esta actitud  a todas luces es inmoral, pero lamentablemente el lavado de cerebro realizado  es tan fenomenal  que hasta muchos de los que se dicen “liberales” lo aceptan como “natural”.

Como dije antes, todo individuo tiene derecho a proteger su propiedad por su cuenta o a través de terceros especializados en la materia (división del trabajo) por contratos y honorarios voluntariamente establecidos por ambas partes.

Si bien es fácil concebir el origen contractual  de un sistema competitivo de proveedores de seguridad, es inconcebible que los propietarios firmen un contrato que les asignaran para siempre y en forma irrevocable el poder definitivo de toma de decisiones de su propiedad (incluida la de su persona) y el poder de cobrarse el “servicio” a la fuerza  a través de impuestos y además con el cinismo de decir que lo hacen en nuestro propio beneficio.

Resulta absurdo pensar cómo alguien podría estar de acuerdo con un contrato que le permitiera a otro determinar en forma permanente lo que podría hacer o dejar de hacer con su propiedad, dado que al hacerlo se estaría rindiendo indefenso frente a semejante tomador definitivo de decisiones. Y más inconcebible aún, es pensar como alguien puede estar de acuerdo con un contrato en donde el proveedor del servicio determinara unilateralmente, sin consentimiento del cliente, la suma que debe pagar por el mismo.

Pero esto que parece tan ridículo, si no fuera trágico, es lo que tenemos hoy en todo el mundo y exacerbado en la Argentina: se llama “estado”.

 Ser liberal consiste en comprender cabalmente estos conceptos impuestos  en la mente de la gente por un lavado de cerebro, al decir de Rothbard, de muchos siglos. Primero por una alianza entre la iglesia  y los gobernantes para hacer creer que estos  cumplían su misión por derecho divino,  y después reemplazados por los intelectuales que hacen creer que cualquier cosa que hagan  los gobernantes está avalado por la voluntad de la mayoría. Esta alianza hoy es muy efectiva por la socialización (estatización)  de la educación, basada en  escuelas y universidades estatales o subsidiadas por el estado con programas y bibliografía impuestos por los gobernantes de turno (adoctrinamiento estatista).

Todo estado se asienta sobre la necesidad de que muchas personas deben ser coaccionadas para que varíen su comportamiento hacia el deseado por los políticos. De lo contrario su existencia  sería irrelevante.

Ser liberal es comprender que los gobernantes “legalizan”su poder en la fantasiosa idea de la soberanía estatal. Le es lícito al estado (siempre recordando que son hombres sus integrantes) imponer su ideal de mundo porque tiene la soberanía. Absoluta falsedad.

Pero esto es lo que hay y si no lo podemos desarticular totalmente, por lo menos deberíamos esforzarnos en reducir al máximo su campo de acción y no convalidar ninguna de sus tropelías y flagrantes violaciones a nuestros derechos a la vida, a la libertad, a la propiedad y a la búsqueda de nuestra propia felicidad

Entonces dentro de este sistema estatista, que por ahora nos toca vivir:

ser liberal significa comprender  que todo legítimo concepto de  ley debe estar basado en los derechos naturales y en la ley natural. La soberanía individual, única legítima y moral, debe ser el fundamento de todo sistema legal legítimo y ético. La declamada seguridad jurídica debe ser entendida como la protección irrestricta de los derechos individuales a través de una legislación objetiva y no arbitraria.

La ley debe tener como única misión la protección de la propiedad privada (esto de acuerdo a lo que dijimos antes comprende la propia vida de cada individuo, sus bienes y la libertad para realizar todas las acciones voluntarias y pacíficas que no representen el inicio o amenaza del uso de la fuerza para lograrlo). Debemos comprender que la UNICA función del gobierno es que ello se cumpla en la práctica. El gobierno debe estar para aplicar la justicia no para crearla. Como el “estado” es un monopolista jurisdiccional, lo que hace constantemente es causar y provocar conflictos para arbitrar e imponer su decisión de última instancia.

Ser liberal significa entender que ninguna asociación de personas, cualquiera sea el nombre que reciba, como por ej. gobierno, sindicato, gremio, cámara empresaria, pueda tener derechos distintos a cualquiera de sus individuos que la integran. Cómo puede ser que si ninguno de ellos puede legítimamente obtener valores de los demás usando la fuerza, misteriosamente mediante un edicto que hacen llamar “ley” se autoarroguen tal facultad. Esto es inmoral y debería ser delictivo como lo es para cualquier particular.

Ser liberal significa, en definitiva, comprender que la economía de mercado o capitalismo es  la  resultante necesaria  de la  actuación de todos los hombres de acuerdo a la ética de la libertad en el intercambio de sus valores. Esto implica que únicamente deberán tenerse como válidos los contratos en los cuales las partes intervinientes presten consentimiento expreso y voluntario. También todo liberal debe sostener y defender la postura, para ser consecuente con su pensamiento, que ninguna ley votada por las legislaturas puede regular, desvirtuar, impedir o anular dichos acuerdos porque ello comprende el uso de la fuerza y, por  tanto, deben considerarse nulas, ilegítimas e inmorales. Tampoco podrá defender el otorgamiento de monopolios legales ni privilegios ni prebendas de ningún tipo a determinados individuos y/o grupos, ya que ellos representan restricciones o cargas para el resto.

Uno de los casos más emblemáticos de ficciones contractuales que ha ganado la aprobación de muchos “liberales” es la legislación laboral, basada en su totalidad en la teoría de explotación marxista, demolida desde un punto de vista consecuencialista hace 120  años por Eugen Bohm Baverk pero el tema queda resuelto, a mi criterio definitivamente, por George Reisman  en su libro “Capitalismo” y éticamente por Israel Kirzner en “Creatividad, Capitalismo y Justicia Distributiva”. Los liberales debemos tener bien claro que en realidad estas reglas laborales sólo son muy buenas para los fines de los políticos, burócratas, sindicalistas, abogados y tecnócratas que medran con ellas.

Ser liberal significa entender qué es la  producción Esta comprende sólo aquellos bienes y servicios que se venden libre y voluntariamente. Entonces productor es la persona que vende libre y voluntariamente a quien le quiere comprar de la misma forma.

Ser liberal significa, si se entendió lo que recién expuse, que hay sólo dos métodos de obtener ingresos  para que cada hombre pueda sustentar su vida. Adoptaré la clasificación que hizo el pensador Franz Oppenheimer quien habla por un lado del método de la producción, voluntario y pacífico, propio del comercio,  consonante con la ética de la libertad y de la propiedad. En segundo término se refiere al método político, que utiliza la extorsión y la violencia para apropiarse de los bienes y servicios producidos por los demás. Este último es el método de los asaltantes particulares que es eventual y esporádico, pero también es el de los gobernantes que es permanente y sistemático.

Ser liberal significa comprender que  el método político es el de los parásitos, que necesitan de una producción previa para posarse sobre los productores como sanguijuelas y chuparles la sangre. Es un método a todas luces inmoral y contrario a la ética de la libertad y de la propiedad.

Ser liberal significa no confundir el robo (cobro de impuestos) con el reparto del botín (es decir a quién destinado).

Ser liberal significa darse cuenta que a los políticos lo único que les interesa es  asegurarse el cobro de impuestos y para ello usan mil pretextos basados en  “la justa distribución de la riqueza”, cuando en realidad lo único que proponen es robo y violencia contra los creadores de riqueza (los productores) creando agencias de inteligencia, espionaje y persecución llamadas: DGI, Aduanas, AFIP, Direcciones de Rentas provinciales y cualquier otro nombre que se les dé, poca importancia tiene, todas son aprendices de la GESTAPO, de la KGB o de la policía secreta cubana. Por eso la gente se deja robar, por miedo a las represalias del estado. Evasión es un delito sin causa creado artificialmente por los parásitos dominantes.

Ser liberal significa entender cabalmente que democracia no es libertad, ni son términos sinónimos, es una simple regla de la mayoría y para ilustrarlo claramente podemos recordar dos dichos.  Jefferson. decía “es como poner a votar a dos zorros y una gallina qué van a comer en la cena”. Jorge Luis Borges por su parte se refería a la democracia como el abuso de la estadística.

Confundir esto es el problema de los liberales utilitaristas, quienes creen en el mayor bien para el mayor número, sin pasar por el tamiz de la ética lo que se propone.

Los derechos naturales a la propiedad, a la vida y a la libertad no pueden nunca jamás estar sujetos a la votación de nadie, pues son anteriores a la formación de cualquier gobierno, no importa cómo haya sido elegido.

En resumen, sólo la libre interacción humana puede ser coherente con la ética, sólo cada individuo puede saber lo que le beneficia o perjudica, nadie puede obligar a otro a nada si no es con su consentimiento libre, voluntario y expreso. La ética se basa en el individuo y en la propiedad privada, y cualquier actuación que vulnere este principio es anti-ético.

Finalmente debo decir que un liberal íntegro debe basar su postura en argumentos éticos y morales. Sólo estas  convicciones le brindan a uno el coraje y la fuerza necesaria en la batalla ideológica. Pocos están dispuestos a aceptar sacrificios si a lo que se oponen es simple error y derroche.

Leonard Read decía al respecto: “Quienes se oponen al socialismo están en una posición muy débil si suponen que van a convencer con argumentos materialistas o estadísticos a grupos que asumieron como derechos los privilegios que disfrutan. Mientras los socialistas pusieron de su lado supuestos “derechos humanos”, nosotros creemos que vamos a salir airosos recordando el índice del costo de vida, el ingreso per cápita o  cuestiones de pesos más o centavos menos”

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