UNASUR anunció el pasado 20 de Marzo la entrada en vigencia de la clausula
democrática, con lo cual se suma a otros organismos regionales y hemisféricos
que han asumido un compromiso con los valores de la democracia como es el caso
de la OEA y MERCOSUR, lo que nos obliga a recordarles la importancia de que se
mantenga el patrimonio
común original de la construcción de una arquitectura latinoamericana
comprometida con el pluralismo.
La clausula democrática es el resultado del testimonio de hombres como Rómulo
Betancourt, quien sobrevivió a los atentados tanto del extremismo de Fidel
Castro en Machurucuto como de las bombas de Leónidas Trujillo en Los Próceres.
Es el reconocimiento a los sacrificios de hombres como Víctor Raúl Haya de La
Torre quien tuvo que soportar años de asilo en Lima por la impostura militar; o
la valiente actitud de Belisario Betancur ante el asalto del Palacio de
Justicia por los narco terroristas. En Venezuela los aportes de Rafael Caldera,
Carlos Andrés Pérez o Luis Herrera Campins en pro de la democracia se sumaron a
propuestas de Presidentes de la talla de Fernando Henrique Cardoso, Eduardo
Frei, José María Sanguinetti, por no mencionar sino a algunos de los
benefactores e inspiradores de la cláusula democrática, junto a cientos de dirigentes que lograron
erradicar el pasado militar.
El 11 de Setiembre del 2001 se firmó la Carta Interamericana
Democrática, con lo cual se sellaron décadas de acción en pro de la
democratización del Hemisferio. Lamentablemente la luna de miel duró muy poco
tiempo, ya que con la irrupción del llamado Socialismo del Siglo XXI, se trató
de sustituir la noción de democracia por el concepto de una “democracia
popular” que había fracasado en la Europa Comunista, y que de repetirse en
nuestros países, podría transformar la clausula democrática en una “patente
de corso” en beneficio de un “Club de Amigos” integrado por Gobiernos que
violan los Derechos Humanos, desconocen el Estado de Derecho y pretenden
eternizarse en el poder
La represión que vive actualmente Venezuela muestra un régimen que incumple los artículos de la Carta Democrática al arremeter contra miles de jóvenes indignados que protestan y exigen ejercer sus derechos cívicos denunciando la crisis económica, social, política y ética.
El trágico saldo de
muertos, torturados, heridos o sometidos a prisión injustificadamente, se
equipara a situaciones que habíamos denunciado durante la nefasta etapa de los
regímenes militares que enarbolaron la Teoría de la Seguridad Nacional. Ello no
es desconocido, porque la grave situación venezolana ha sido ampliamente
reseñada por la prensa internacional, y ha sido recogida por resoluciones
adoptadas por los Parlamentos de Chile, México, Estados Unidos, además del
Parlamento Español, del Parlamento Europeo y otros. A ello se suma la
preocupación manifestada por el Secretario General de la ONU, por el Papa
Francisco y hasta por reconocidos artistas del mundo.
Los Cancilleres de UNASUR que nos visitan, tienen una gran
responsabilidad especialmente en momentos en que deberán actuar en aplicación
de la clausula democrática. El compromiso de los miembros de UNASUR no debe
limitarse a expresar una solidaridad automática con el Gobierno, sino escuchar
el clamor de los indignados venezolanos y asegurar una solución pacifica
inspirada en los valores de la libertad y del pluralismo. De no actuar así,
contribuirían a enterrar el gran logro alcanzado en América del Sur
Milos
Alcalay
milosalcalay@yahoo.com
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