La
tarjeta de racionamiento de alimentos y otros bienes, sea digital o como el
otrora Kardex o el viejo cuadernito ajado del pulpero, es eso, una vulgar tarjeta de racionamiento, como la
que se estila en Cuba. No entremos en eufemismos. Pero, las causas de la
escasez de bienes y servicios, entre ellos los alimentos, a las que el gobierno
llama desabastecimiento cuando está de buenas y que en sus ataques de rabia
llama acaparamiento, son hartas conocidas. Estas se centran, en primer lugar,
en el modelo económico adoptado a pies juntos por el gobierno y digo adoptado y
no adaptado de manera ecléctica, para dejar lo bueno y combinarlo con otras
medidas como han hecho algunos países también socialistas. Este modelo está
sustentado en la utopía comunista, reflejada en su socialismo del siglo XXI. En
segundo lugar, en la falta de idoneidad en materia de conocimientos y
experiencias, de preparación general o especializada para el cargo, del
gobernante y en tercer lugar, en la corrupción de los funcionarios en el
ejercicio de sus cargos.
Hemos llegado a un punto donde el aparato productivo no se da abasto para satisfacer la demanda de bienes y servicios y esto lo están sustituyendo con importación; pero, todos sabemos y parece que quienes gobiernan no se han percatado, que para importar hay que tener dólares y para tener dólares hay que exportar y para exportar hay que tener un aparato productivo que produzca para consumir y exportar. Como vemos, es una culebra que se muerde el rabo o circulo vicioso que le dicen.
Para
transformar este círculo vicioso en virtuoso hay que producir… y ¡Producir con eficiencia!; es decir, bajar
los costos y aumentar los beneficios o lo que se llama PRODUCTIVIDAD. Esta
disminución de costos no se debe hacer como en el modelo llamado neoliberal,
como resultado de que los gobiernos de corte capitalista entiendan a su manera
las recomendaciones del Banco Mundial y del FMI y lo hagan botando gente, para
disminuir sus costos, sino aumentando la producción, reinvirtiendo en sus
fábricas y manteniendo un buen sistema de adiestramiento y remuneración, para
que la gente produzca con entusiasmo y tenga movilidad vertical ascendente. Es
darles estabilidad a los empleados y contribuir con el estado en sus medidas de
seguridad social (salud y pensiones). Como vemos, alcanzar un modelo productivo
como el que existe en países avanzados, como Alemania y Japón, para decir solo
dos. Ahora bien, ¿cómo se hace esto? ¿Cómo hicieron esos países?
Para
aumentar la producción hay que empezar devolviéndoles a los particulares o a
las familias - como se les dice en
Teoría Económica - la propiedad de los factores productivos: TIERRA
CAPITAL Y TRABAJO, respetando el ancestral principio de PROPIEDAD PRIVADA.
Hay que educar al ciudadano y prepararlo para
que pueda acceder al aparato productivo y que sea idóneo y competitivo al
enfrentar la selección y no haya que importar mano de obra especializada.
Debemos reactivar las otrora escuelas técnicas, los institutos
tecnológicos, las universidades de
ciencia y tecnología. Hay que garantizarle al joven graduando que encontrará su
primer empleo y hay que respetar los sindicatos profesionales de carácter
gremial y no político, ni infiltrarlos con claques del gobierno.
Hay
que estimular y fomentar a los empresarios y no etiquetarlos en dos clases:
“empresarios socialistas, patriotas comprometidos con el gobierno” los que
gozaran de todos los beneficios y “empresarios apátridas, traidores y
neoliberales” a los que hay que expropiar, confiscar, perseguir, presionar con
el SENIAT y otros organismos de servicio y apoyo a la producción transformados
en agentes de represión.
Hay que
entender que en la lógica económica no existen algunas categorías que son
propias de otros sistemas como la ética y moral. Vale decir, que en una empresa
se persigue la optimización del beneficio al menor costo. Por ello es que se
justifica y recomienda la intervención dosificada del estado para controlar el
cumplimiento de las leyes laborales, bajo la fórmula de: “tanto estado como sea
necesario y tan poco como sea posible”... Por eso, era válido y justificable el
modelo tripartito de Estado-empresa-trabajador, satanizado por los
COMACATE, porque en la llamada cuarta
república llegaron a conspirar los dos primeros para explotar al tercero.
Los
tres factores deben ser autónomos e interdependientes, no dependiente, el mas
débil, de los otros dos, en perjuicio de sus intereses, no que los dos primeros
exploten al trabajador, uno en los cargos públicos y el otro en las empresas
privadas; pero, ambos sacando provecho de la plusvalía que no le pagan al más
débil del trio. Esto ha sucedido en varios países donde han intentado el
socialismo, como sucede eventualmente en los países autollamados socialistas
incluyendo Rusia y China, donde pasan cosas como en Cuba, la cual envía médicos a nuestros países, y cobran
130.000 dólares por cada uno y al médico le pagan sólo el salario mínimo del
país visitado. ¿No es esto lo mismo que el maldito neoliberalismo explotador?
Así los países llamados socialistas devienen en capitalismos de estado.
La
combinación ecléctica exitosa resulta de la articulación de la inversión
pública con la del sector privado, sea
ésta última proveniente de la inversión doméstica o la extranjera, ambas debida
y adecuadamente controladas por el estado, donde se le garantice al país
inversionista como al venezolano, la recuperación de su inversión y la
reexportación de su beneficios o dividendos y la seguridad jurídica para que
sus inversiones no les sean expropiadas o confiscadas, como eventualmente
ocurre.
Los
planes deben articularse y armonizarse entre los dos sectores, público y
privado y los bancos deben ser instruidos para apoyar con sus carteras
especializadas la producción de todos los ramos, el estado debe aportar los
dólares o divisas fuertes para que el empresario pueda honrar sus compromisos,
para que éste pueda pagar las importaciones de materias primas y tratar
eventualmente producirlas en nuestro país.
Es necesario percatarse que cuando se importa se le da empleo al trabajador del país de donde se importa y se incrementa el aparato productivo de ese país. De paso, con un control de cambio como el nuestro se crean las condiciones para que la obtención de las divisas signifique un mercado negro donde unos pocos se benefician y que no es más que un negocio ilícito más, de los muchos que nos acogotan.
En
resumen, la tarjeta de racionamiento no es más que la expresión evidente y
escandalosa, de que el sistema actual es un fracaso, que no pueden solucionar
el problema estructural, no pueden no quieren o no saben o las tres juntas. Es
gastar en un nuevo sistema para eternizarse en el poder como hicieron en Cuba.
Es demostrar la incompetencia, es no saber cómo es que se crea riqueza, para
después poderla distribuir.
Eddy
Barrios
eddybarrios@gmail.com
@eddybarrios2
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