Queridos
amigos, como en Las doce Uvas del Tiempo del querido bardo Andrés Eloy Blanco,
mientras muchos celebran que lograron culminar un años mas, muchas familias en
Venezuela, lloran a sus hijos, padres y hermanos asesinados por la desidia del
gobierno.
Pero
hay unas cuantas familias que lloran una tragedia aún peor. Ellos lloran porque
sus familiares, padres, esposos, hermanos y amigos cada dia mueren en vida por
crímenes que no cometieron.
Una
de ellas que especialmente me duele en el alma, es la familia de Iván Simonovis
que llega al final de un año mas con su padre, su esposo, su hermano aún en
prisión. Tambien me duelen las familias de nuestros otros presos políticos.
En
honor a ellos he escrito esta humilde crónica que bien podría ser la carta
nunca escrita de Ivanna Simonovis. Por favor, les ruego la lean y si les
parece, ayuden a divulgarla en todas sus redes como una presión mas contra un
gobierno sin alma que se empeña en mantenerlos presos como trofeos de una
guerra que aun no termina. Con mis mejores saludos
Iván
Fernández.
Crónicas
de un Buhonero. Iván Fernández. Una Carta Tardía para El Niño Jesús.
Querido
Niño Jesús:
Ya
sé que esta carta está retrasada. Pensé mucho antes de escribirla porque hasta
ahora, mi ruego no ha sido escuchado. La gente baila, ríe y celebra mientras mi
padre y sus compañeros languidecen en prisión, condenados por un crimen que no
cometieron. Tú sabes que ellos sólo protegieron las vidas de la gente que
protestaba contra un dictador y sus acólitos que saquearon y aún saquean a mi
país. Tú sabes que mi padre y sus compañeros no mataron a nadie. También el
país lo sabe. Lo saben incluso quienes acompañan a los saqueadores en un festín
sin fin que ya dura quince largos años. Pero aún así, mi padre y sus compañeros
recibiran otro año nuevo en prisión.
En
tiempos normales, ejercería mis derechos para alegar el debido proceso, para
mostrar la carta apostillada de un ladrón que al perder el afecto de sus
colegas, confiesa desde el exterior la forma en que fue montada la conspiración
contra mi padre y sus compañeros. En tiempos normales, la presión de la
comisión interamericana de derechos humanos, la intervención del Papa Francisco
hubiese producido la inmediata liberación de mi padre y sus compañeros.
Pero
tú sabes que nuestro país no es normal ni sus gobernantes son normales. Ellos
que violan día tras día no solo la Constitución sino las más elementales normas
de Derechos Humanos, las mismas que sirvieron para liberarles cuando dieron un
golpe de estado que acabo con la vida de muchos venezolanos, se niegan a
liberarlos y por el contrario, contra la opinión del país, les exhiben como un
trofeo de guerra. La justicia ya no existe en nuestro país porque todos los
órganos de ella, están en manos de golpistas y corruptos. La justicia ya no
existe en mi país porque un gobernante, ya difunto, dejó una inmensa fortuna
que su familia hoy exhibe y nos restriega en nuestras caras. La justicia no
existe porque muchos de los golpistas, sargentones hoy son diputados,
ministros, gobernadores y millonarios.
Por
esas razones querido Niño Jesús, estos últimos días de mi infancia los he
dedicado día tras día a rezar, a suplicar la libertad de mi padre y sus compañeros.
Año tras año he esperado tu gracia pero sé que tienes mucho trabajo y por ello
preferí enviar está súplica después de las navidades. Por favor, suplico tu
intersección para que mi padre pase los años que le quedan de vida con sus
afectos, con mi madre, con sus hijos, sus familiares y sus amigos, muchos de los cuales ya
adelantaron el viaje final para el encuentro con Dios. Como sabes, no he pedido
nada para mí. Solo te pido, te suplico ayudes a mi padre que muy enfermo
languidece en prisión mientras día tras día espera por una liberación que se
hace tarde.
Mientras
mi padre sigue en prisión, la vida sigue su curso. Se termina nuestra infancia.
Hemos
cumplido años, nos han ocurrido cosas tristes como el fallecimiento de mi
abuela, han pasado muchas navidades tristes
y a nuestro padre se le ha impedido acompañarnos.
¿Acaso
el dictador fallecido mereció más que mi padre un indulto presidencial?
¿Por
qué mi padre y sus compañeros sólo reciben insultos de ese señor que hasta se
permite cambiar el delito por el cual injustamente les condenaron?
¿Por
qué los asesinos de llaguno fueron liberados y mis padres y sus compañeros no?
Por
favor, revisa eso, habla con tu papá y envíen a mi padre y sus compañeros a
casa.
Te
quiere:
Ivanna
Simonovis.
Ivan
Fernandez
chicho2512@hotmail.com
El
Buhonero de La Resistencia.
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