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jueves, 17 de octubre de 2013

SAÚL GODOY GÓMEZ, A LA MANERA MARCIANA

Esta novela corta es un clásico de la época de oro de la ciencia ficción, publicada en 1952. Isaac Asimov recoge en ella cuanto se sabía en la época sobre el planeta rojo y elabora una historia con ribetes políticos, pero se trata, en realidad, de una narración sobre viajes espaciales, con la particularidad de que el profesor Asimov se atiene a todas las variantes científicas que se conocían en aquel momento, convirtiéndose en un paradigma de lo que se llamaría la “ciencia ficción dura”.

La historia está protagonizada por un grupo de recolectores de basura espacial que, con sus naves, van y vienen entre la Tierra y Marte recogiendo chatarra espacial, sobre todo tanques de combustible desechados, los cuales reciclan a buen precio.

Para ese momento, la economía de Marte es casi exclusivamente minera, hay una colonia de humanos, algunos de ellos son ya tercera generación de terrícolas-marcianos, nacidos y criados en las bases, viviendo completamente en ambientes artificiales, bien sea debajo de la superficie o en las estructuras de superficie.

La colonia marciana depende de la Tierra para el suministro de agua, el agua de Marte no es suficiente para mantener la vida y la Tierra suministra la diferencia. Justo en el momento que se inicia la historia hay un político terrícola que alega que los humanos en Marte le cuestan mucho dinero a la Tierra y no hay reintegro que lo justifique, que están desperdiciando el preciado líquido y propone que se les corte el suministro, una manera de presionarlos para que retornen a su planeta de origen.

El agua era necesaria no sólo para la vida diaria de la colonia, sino también para la propulsión de las naves, para los trabajos de minería, para los cultivos hidropónicos, que son la fuente de comida… de modo que la colonia marciana, o encuentra otro suministro de agua, o va a tener que regresar a la Tierra, cosa que es impensable para los marcianos arraigados en su planeta y su propia forma de vida.

Ted Long y Mario Esteban Rioz son dos marcianos recolectores de basura espacial, tienen suficientes horas de vuelo y experiencia en los viajes espaciales, que son directamente afectados por las medidas de racionamiento de agua que impone la Tierra sobre Marte; de ellos nace el plan desesperado de ir hasta Saturno en la búsqueda de asteroides ricos en agua.

Efectivamente, gran parte de los asteroides que existen en el sistema solar son grandes pedazos de hielo; si son capturados y remolcados hasta Marte, pudieran significar definitivamente la emancipación del planeta.

Pero es un viaje de muchos peligros, de rutas desconocidas y supone un consumo de agua importante, se tiene que movilizar veinte naves, que se necesitan para poder remolcar un asteroide suficientemente grande, para ir  de Marte a Saturno hay que cubrir la fabulosa distancia de 700 millones de millas, a una velocidad de un millón de kilómetros por hora, un viaje de meses, solamente para llegar.

Lo impresionante de las descripciones que hace Asimov del viaje, como si él lo hubiera hecho, es ese irrefutable realismo, los datos que aporta sobre cómo serían las condiciones de una aventura tal se someten estrictamente a los hechos científicos del momento; un ejemplo, cuando explica lo que es trabajar fuera de la nave espacial en condiciones de cero gravedad, dice: “Trate de manejar una unidad común de proyectores de calor.  Puede ser manipulado a pesar de que mide dos metros de alto por ancho, y estar hecho de metal solido, esto, porque pesa menos que una onza.  Pero su inercia permanece igual, lo que significa que si no es movida muy despacio en posición, puede seguir en trayectoria arrastrándole consigo…”

Esta historia demuestra, de manera fehaciente, porqué Asimov era un maestro de la ciencia ficción. Pleno de situaciones extremas, personajes verosímiles, descripciones realistas y un trepidante ritmo de acción, que conducen al éxito o al fracaso de sus escenarios, A la manera marciana es uno de sus mejores relatos, lo recomiendo especialmente para aquellos que no están familiarizados con este genio de la literatura moderna. – 

saulgodoy@gmail.com

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