"Odiar
a Israel, es odiar a los judíos" Horacio Vásquez-Rial
El
chavismo como expresión de una propuesta de odio y resentimientos, desde sus
inicios se alió con la clase política venezolana que albergaba rencores contra
el sistema partidocrático de la mal llamada Cuarta República, luego se expandió
por Latinoamérica y el mundo, reclutando a toda clase de resentidos sociales,
fanáticos y fascistas.
Dentro
de una gran legión de personajes fascistas latinoamericanos, el chavismo logró
captar a Norberto Ceresole uno de los ideólogos de la derecha Argentina, para
diseñar su proyecto político. Chávez siempre estuvo consciente que el odio une
más que el amor y por esto cultivó el odio antisemita y anti americanista como
un complemento vital para la ideología que luego impulsaría.
La
judeofobia chavista no es distinta a todas las conocidas y se camufla en la
condena al anti sionismo y la defensa a ultranza y visceral en favor, de la
"causa Palestina", desconociendo los derechos históricos ancestrales
de Israel sobre las tierras que ocupa.
Chávez
como un furibundo antisemita y anti americanista, logró ganar adeptos de la
izquierda en diversas partes del mundo hasta convertirse en una referencia
mundial. Al fin y al cabo las ideologías como conceptos acabados y dogmático,
sirven en mucho para la cimentación de odios de todo género.
El
chavismo ha sido acusado de antisemita por distintas organizaciones judías,
como el Congreso Judío Latinoamericano, sin embargo, el sucesor en el trono del
poder en Venezuela Nicolás Maduro, ha dicho en un intento por confundir a
algunos incautos y despistados, que él en lo personal no es antisemita, porque
sus abuelos fueron supuestos criptojudíos de descendencia sefardita!
El
argumento de Maduro por demás pueril obvia, que existen judíos genuinos como
Noam Chomsky gurú de la izquierda estadounidense y mundial es un furibundo
enemigo de Israel, y ha apoyado a los "progres" estadounidenses como
Robert Faurisson, un negacionista de la Shoa y a la sazón impulsor del
expansionismo islámico.
Pero
Chomsky no es el único judío judeofóbico, dentro del propio Estado de Israel,
aprovechando las libertades y amplitudes democráticas que se niegan en los
Estados totalitarios influenciados por los poderosos grupos islamistas, operan
sectas y organizaciones harakiristas que propugnan la destrucción del Estado
hebreo e incluso se identifican con el régimen genocida de los Ayatolas
iraníes. Tales son los casos de la organización Matzpen de corte marxista
leninista y los Naturei Karta una secta ortodoxa judía anti sionista.
Los
temas antisemitas y el anti americanistas aún sirven para unificar y dar
sentido de pertenencia al lumpen y a los resentidos sociales de toda ralea. Los
castro y los chavistas lo saben, ellos jamás, desperdiciarían el uso de estas
armas efectivas y letales para alcanzar sus objetivos malsanos. Así es la
naturaleza de las neo-democracias totalitarias de las izquierdas
reaccionarias.
Etiquetas:
antisemitismo
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