El cambio de la línea editorial y el despido
de periodistas de Globovisión marca el último capítulo del cerco del régimen, a
la manera franca y libre de dar las noticias en el momento en que están
ocurriendo, sin edición ni censura previa, como estábamos acostumbrados a
verlas los venezolanos.
Quizás no todos hemos comprendido lo que esto
significa, pero todo aquel que haya tenido la oportunidad de denunciar las
violaciones de sus derechos, o simplemente de enterarse “en vivo y en directo”
de acontecimientos que lo afectan, si saben lo que significa perder medios
libres, con periodistas y personal valiente, como Globovision.
También se ha
anunciado la venta de la Cadena Capriles a un grupo “cercano” al régimen, y ya
hace tiempo que vemos cambios en los programas en la radio, donde botan o les
hacen la vida imposible a los periodistas que no están dispuestos a que les
impongan la línea editorial o los amordacen. Para completar el cuadro solo
falta agregar el veto que tienen los representantes y líderes de la oposición
en los canales del gobierno, y la censura previa en los demás canales
"privados".
Ante todo esto se ha incrementado el uso de
las redes sociales, y los canales de TV por cable. Habría que hacer un estudio
muy serio sobre el alcance de estos medios alternativos y hasta qué punto lo
que se dice por las redes se conoce en la calle.
Ahora bien, ¿qué quiere
ocultar el gobierno? ¿Por qué la censura a la noticia? Si pensáramos de forma
simple y sencilla, dijéramos que sólo tratan de ocultar el peregrinaje de la
gente por los supermercados y su consecuente indignación cuando no consiguen
los productos de la cesta básica, el dolor de las madres y padres, o cualquier
familiar en las puertas de la morgue esperando el cadáver de su ser querido
víctima del hampa, las denuncias sobre secuestros, sicariato, corrupción,
incumplimiento de promesas, interrupción y falta de los servicios básicos,
violaciones a los derechos humanos y todo aquello que sufre el venezolano todos
los días.
Pero ¿qué es lo que verdaderamente teme el régimen y por lo tanto trata de silenciar? La respuesta es ésta frasecita: " ustedes se robaron las elecciones".
Eso es todo amigos. ¿Qué hace
un régimen que se sabe ilegítimo, que está cuestionado nacional e
internacionalmente y se cubre bajo el manto de la "legalidad formal",
que ni siquiera es tal porque en Venezuela no hay poderes ni instituciones
independientes, para así tratar de imponer, por medio de la censura, una
"sensación de normalidad"? La respuesta es bien sencilla: lo que ha
hecho este “gobierno” hasta ahora.
Cuando un niño está perdiendo el control
sobre sus pequeñas posesiones, como un juguete, patalea para llamar la
atención.
Cuando un régimen neototalitario está perdiendo el control porque se
sabe cuestionado en su legitimidad, descubierto en su trampa, y desnudo ante el
mundo, también patalea.
La diferencia es que el niño patalea con sus piernas y
sus gritos, mientras que los regímenes patalean con el abuso del poder y el uso
de la fuerza.
La mordaza es el primer paso, porque sin los medios de
comunicación, la gente común, el ciudadano de a pie, no se entera de como el régimen
va extendiendo sus tentáculos y persiguiendo y oprimiendo a quien se le opone,
y el silencio va acallando la protesta del ciudadano.
Al paso del tiempo, sin
el conocimiento de lo que sucede en “Lo Grande”, en lo verdaderamente
importante, el ciudadano se refugia en lo urgente, en la solución de sus
problemas diarios, y el papel toilet, la crema de dientes y el pollo, pasan a
ser sus principales objetivos, indignándose con la libreta de racionamiento, y
no con el verdadero problema: la ilegitimidad de quien dice llevar las riendas
del país.
La ilegitimidad no es algo abstracto.
Imagínesela en su vida diaria. Por ejemplo, ¿cómo sería su vida, si hubiera
forjado su acta de matrimonio, y su relación conyugal en verdad no es tal? ¿Qué
todo lo que hagan como matrimonio es ilegal y en algún momento serán
descubiertos, con graves consecuencias? Y ¿qué tal si usted comprara su título
universitario y luego actúa como el profesional que no es? O ¿cómo sería si en
la elección de su junta de condominio su grupo hizo trampa y ganó y se imponen
a la fuerza ante su comunidad?
Creo que todos nosotros hemos decidido alguna
vez cuando éramos niños, echar nuestra suerte a cara o sello con algún amigo y
quizá la moneda fue deliberadamente lanzada para que al caer decidiera a favor
de alguno de los dos. Le ha puesto a que usted, todavía recuerda este episodio,
como una trampita "inocente"...
Entonces estimados lectores, ¿cómo puede una
persona encargarse de la Presidencia de un país, si la mitad de éste le está
reclamando su ilegitimidad y exigiendo que se repitan las elecciones?
La
respuesta es fácil. En un país democrático y fortalecido en sus instituciones,
ya se hubiera escuchado el reclamo, se hubiera hecho lo que había que hacer
para investigar las denuncias de forma expedita y transparente, y se habría
tomado la decisión que contempla la ley, contribuyendo así a la paz social.
En
nuestro país, ha pasado todo lo contrario. Se ha tratado de callar al líder de
la Oposición, descalificándolo públicamente, secuestrando los espacios
comunicacionales para que su denuncia no pueda ser conocida por todo el pueblo,
se le ha amenazado y junto con él a los principales actores y representantes de
la oposición, y se le ha impuesto una mordaza a todos los medios para
cohibirlos y amedrentarlos.
Para que no digan la Verdad. La criminalización de
la protesta pacífica, las falsas acusaciones sobre magnicidios y el intentar
aparentar fuerza y unión mostrándose perennemente en eternas ruedas de prensa
junto a los militares y demás miembros del gobierno, sumamente cuestionados,
forma parte del combo cuya etiqueta pareciera decir: "!yo tengo el poder y
tengo la fuerza. ¡Tenme miedo!".
Lo que ellos saben y nosotros también, es que
el poder en un país con raíces democráticas como el nuestro e inmerso en este
mundo globalizado y multipolar, solo se ejerce y se acata cuando se tiene la
legitimidad necesaria para ejercerlo. Es lo que se llama la legitimidad de
origen. Los usurpadores no pueden distraernos de su ilegitimidad porque no
conseguimos papel toilet. Si no fuesen tan increíblemente incompetentes hasta
podríamos pensar que lo están haciendo a propósito.
Tamarasuju96@gmail.com
@tamara_suju
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