La expresión latina significa “voz del pueblo”, se utiliza para expresar que una cosa es conocida y sabida por todo el mundo, en consecuencia se considera como verdadera.
La comunidad internacional da como aceptada la tesis, que en Venezuela el régimen se robó las elecciones y que la presencia del Maduro en el gobierno es ilegítima.
También dejó de ser un rumor la ineficiencia del gobierno y la terrible crisis económica que enfrenta el país, como consecuencia de la gestión de Chávez y su combo.
La terrible realidad sirve para demostrar como el socialismo del siglo XXI resultó un estruendoso fracaso, arrastrando la economía venezolana, productora de petróleo y con un barril a un precio record mundial, a la más trágica ruina, donde faltan hasta los productos más indispensables.
El mundo entero sonríe, cuando los titulares de la prensa internacional ironizan sobre el estado de la limpieza intima del pueblo venezolano, legado por el vencedor del imperio.
Lo que vivimos y la gente comenta, comenzó desde el principio de este régimen, continuamente hacemos el ridículo, proclamamos salvar al mundo sin posibilidad real de realizar nada, sin poder ni siquiera mantener la producción petrolera de la 4ta república.
Se han anunciado guerras, invasiones, rompimiento de relaciones, atentados, magnicidios, conspiraciones, sin jamás presentar una prueba, sin detenidos ni investigaciones. Toda una mamarrachada pública en la que ya nadie cree.
Se han hecho alardes de “coraje”, amenazado, insultando a jefes de estado y a políticos de la oposición, siendo un “Por qué no te callas” la respuesta más contundente que se la dado a este gobierno, la opinión internacional no ha considerado que sea necesario ir más allá.
Es vox populi que estamos en manos de ineficientes, de gente poco preparada, sin instrucción y sin educación. Las rancheras, los silbidos y los eructos han sustituido las ideas, en consecuencia nuestros supuestos gobernantes se han convertido en las marionetas de los hermanitos Castro, a quienes con tan mediocre material, no les fue difícil colocarlos a sus órdenes y al servicio de sus proyectos.
Ese pueblo ignorado, traicionado, olvidado, está consciente que así no se puede seguir, que vamos directo a un despeñadero y que reaccionamos o perdemos el país.
Los venezolanos sabemos que necesitamos diálogo frente al monólogo, que necesitamos concertación frente a la desunión, que necesitamos revitalizar la producción nacional frente a las expropiaciones y la ruina de productores y empresarios. Estamos conscientes que necesitamos espacios donde denunciar la verdad, frente al control total de los medios de comunicación.
La sociedad civil sabe que no tenemos tiempo que perder, que es necesario un cambio.
Necesitamos un líder que escuche y que actué respetando lo expresado por el pueblo, queremos terminar con iluminados que se creen poseídos por espíritus sobrenaturales en forma de pajarito.
Aspiramos se nos dé la cara, no más discursos grandilocuentes o exageraciones narcisistas. No mas gobierno a través de peroratas televisivas, creemos merecer una respuesta objetiva, soluciones verdaderas a los problemas y que sean producto de un dialogo nacional.
La aspiración de todos es salir de la crisis política, social y económica, sin retórica, con eficiencia. Que dé cuenta de los recursos de los venezolanos y que cumpla con metas y objetivos establecidos. No queremos más improvisación, bailoteos, chistes malos y vulgaridad, ya no nos da risa pasar horas y horas buscando los productos de primera necesidad, mientras vemos como se regala el dinero nuestro a otros pueblos.
Todos sabemos que los planes de Fidel fueron siempre apoderarse de nuestros recursos para imponer su hegemonía en el continente, todos sabemos quiénes se lo han permitido.
Para el mundo no pasamos de ser un mal chiste, dicen por ahí, razón no les falta, que seriedad puede tener un gobierno que ha arruinado al tercer exportador de petróleo del mundo, que se asocia a las más grandes lacras mundiales sin ningún rubor, con una corte de aduladores que incluye, terroristas, guerrilleros, dictadores, autócratas, extremistas islámicos y mantiene con su dinero a una banda de chulos aprovechadores, en detrimento de su propio pueblo.
Donde un ministro declara públicamente detener un espía, con un plan destinado a llevarnos a una guerra civil. Un plan dirigido desde el imperio con satélites, dólares y filmado a todo color. Sin embargo el pretendido agente se va de la noche a la mañana como si nada y se archiva el expediente.
Eso somos, así se maneja el país, antes por “Aló Presidente” y últimamente por Twitter. Así se defienden nuestros intereses, de esa manera se nos considera, así vienen los comerciantes e industriales de otros países a enriquecerse con nuestra pobreza productiva y con la pobreza intelectual y el poco patriotismo de nuestros gobernantes.
Ellos tiene la garantía que a la revolución bolivariana no le interesa nuestro progreso, sino su permanencia en el gobierno, quizás por ello más que la eficiencia o la calidad de los que nos vendan, en lo que más insisten es en el apoyo internacional que brindaran.
De esa manera se ha vendido petróleo a futuro, nos encontramos endeudados con China por las próximas décadas, se llevaron nuestras reservas en dólares e hipotecaron el futuro de las nuevas generaciones de venezolanos.
Es vox populi que la escases de productos que se vive en el país es producto de las medidas del gobierno. El control de precios, el control de cambio y el retraso en la entrega de divisas para importar, el desestimulo a la inversión con las expropiaciones y la inseguridad jurídica, la persecución a los productores y al comerciante, nos han arrastrado a la catastrófica situación económica que vivimos.
Conocemos que las políticas públicas buscaban centralizar el sus manos la producción y la distribución de alimentos y productos, una manera de controlarnos. Como consecuencia de esa actitud intervencionista, floreció el racionamiento, el mercado negro de divisas y el contrabando.
La población perdió la confianza, cunde el miedo frente a la escasez de los productos de primera necesidad y las medicinas. Aspira un cambio de rumbo que no llega, mira hacia otros horizontes en búsqueda de una paz laboral, de crecimiento económico, de seguridad jurídica y convivencia social.
No olvidemos que la expresión latina “Vox populi” proviene de la citación “Vox populi, vox Dei”, que significa “La voz del pueblo es la voz de Dios” lo que expresa la importancia que tiene el sentir popular dentro de un régimen democrático.
En Venezuela se escucha la voz del pueblo, la paciencia tiene un límite, lo que comenzó como un rumor se ha vuelto un clamor. El pueblo está exigiendo el cambio y lo quiere ¡ya! ¡Que así sea!
Presidente de Venezuela-Futura, Francia
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