Podríamos hacer una lista de todas las
mentiras que este Régimen nos ha dicho en los últimos 14 años y no nos
alcanzaría este espacio para culminarla. La mentira se ha convertido bajo este
Gobierno en una costumbre oficial, llegando a alcanzar incluso la categoría de
Política de Estado.
Esto es propio de los regímenes autocráticos y
totalitarios, según explica el periodista y analista político Manuel Felipe
Sierra, quien en reciente foro organizado por Alianza Bravo Pueblo, se paseó
por una gran cantidad de ejemplos de censura, tergiversación, manipulación u
ocultamiento de la información con fines políticos, que van desde la Alemania
nazi, pasando por la URSS y Cuba, y por supuesto aterrizando en la Venezuela de
hoy.
Dentro de esa larga lista de mentiras, vale
la pena mencionar las más recientes, que son las más frescas en la memoria de
los venezolanos y en las cuales está involucrado Nicolás, el principal vocero
de las mentiras oficiales. Así tenemos, por ejemplo, la truncada oferta de
diálogo respecto a los presos políticos a fines de 2012, la cual generó mucha
expectativa en cuanto a su posible liberación para navidad, pero luego de un
viaje a Cuba el Vicepresidente regresó con una actitud radical y dejó a
mediadores, familiares y detenidos como novias de pueblo. De igual forma,
recordemos cómo iniciándose el mes de febrero se aseguró que no habría
devaluación, y apenas horas después se anuncia una nueva tasa de cambio oficial
con un ajuste de 46,5%, lo cual ha disparado la inflación y aumentado la
escasez en casi todos los productos. Y por último, está el caso del tratamiento
oficial a la información sobre la enfermedad y fallecimiento del presidente
Chávez, a lo cual le dedicaremos el resto de esta columna.
Antes de comenzar a abordar en profundidad
este tema, deseamos dejar claro dos cosas: primero, que todas las dudas
surgidas son producto del manejo informativo del gobierno, el cual aplicó el
secretismo, cayó en evidentes contradicciones, y privilegió lo político por
encima de lo científico, ofreciendo puros partes gubernamentales sin voceros
médicos; y segundo: que el Gobierno pretende convertir cualquier comentario o
duda planteada en una supuesta ofensa inaceptable a la familia del difunto
presidente, cuando en realidad, haciendo buena aquella frase que al presidente
Chávez le encantaba citar: "con la verdad ni ofendo ni temo", querer
saber la verdad no es algo que ofenda a nadie, ni nos debe hacer temer.
Dicho esto, no caeremos en polémicas respecto
a la interrogante que expresó nuestro candidato sobre la fecha de la muerte del
Presidente, la cual da vueltas en la mente de muchos venezolanos. Asumamos como
cierto que fue el 05 de marzo. No obstante, quedan en el aire muchas dudas
razonables, que lejos de generar respuestas airadas del Gobierno, dándoselas
del ofendido y acusándonos de irrespetar la memoria del difunto, deberían más
bien preocuparse por dar explicaciones serias y ciertas, no a nosotros –que
igual las merecemos aunque poco le importamos–, sino a los cientos de miles de
seguidores del Presidente que genuinamente hoy lo lloran, pero se hacen las
mismas preguntas.
Así tenemos, por ejemplo, las siguientes
interrogantes válidas y legítimas, que formulamos con respeto a su familia,
pero también con respeto al derecho de los venezolanos a saber la verdad: ¿Por
qué no se informó al país que el presidente sufrió un "derrame" en la
operación, tal y como lo aseguró hace días su hermano Argenis? ¿Por qué un día
de enero en la mañana Nicolás dijo que el presidente lo había llamado por
teléfono y estaba haciendo ejercicios, y horas más tarde Villegas ofrecía un
parte donde hablaba de su "delicado" estado de salud? ¿Por qué si de
verdad hacía ejercicios y lucía con el buen semblante con que aparecía en la
foto mostrada el 15 de febrero, no fue mostrado a los medios en esos días? ¿Por
qué Nicolás dijo en su discurso de inscripción de la candidatura que el
Presidente "al igual que el Libertador, había muerto en tierras
lejanas"? ¿Cómo es posible que a un paciente con una "severa
infección respiratoria", se le aplique al mismo tiempo un fuerte
tratamiento de quimioterapia, tal y como lo informó el Ministro Villegas,
cuando es sabido que dicho tratamiento debilita las defensas y es inaplicable
en un paciente que padece una infección grave? Y por último ¿Por qué hubo dos
urnas en las actividades fúnebres, una para la procesión, y una para el
velorio? ¿Iban realmente los restos del Presidente en la urna de la procesión
del 06 de marzo que fue desde el Hospital Militar hasta la Academia?
Nicolás, en vez de ponerte bravo, dártelas
del ofendido y reaccionar como un infante ante cada duda o comentario que
hacemos, mejor responde públicamente y de manera clara a todas estas preguntas
para que empieces a ganarte la credibilidad de la gente. Respeta para que te
respeten, reza otro dicho popular.
Diputado al Consejo Legislativo de Miranda y
Sub Sec Gral de ABP
cipriano.heredia@gmail.com
@CiprianoHeredia
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