Un disfraz puede ser sinónimo de uniforme, es
una vestimenta diseñada con el propósito de distraer o llamar la atención con
fines artísticos, de diversión, promocionales o de otro género.
Una persona puede disfrazarse para
representar un personaje real o ficticio, generalmente se viste así para no ser
reconocido.
Pero también pueden disfrazarse las ideas,
las instituciones y las situaciones, la sabiduría popular venezolana lo expresa
de varias maneras: “de noche todos los gatos son pardos” o con una de las
expresiones más crueles nuestras: “aunque la mona se vista de seda, mona se
queda”.
El ingenio venezolano denuncia de esta manera
que la realidad no es la que nos están presentado bajo ese disfraz.
De eso se trata el 16 de diciembre, de
decirle NO al comunismo que nos están presentando disfrazado de Estado Comunal.
La democracia venezolana está en peligro, el dedo del presidente ha plantado
caprichosamente sus hombres como candidatos en las elecciones regionales. Estos
como Caballos de Troya dentro de un disfraz de madera pretender tomar el poder
en la gobernaciones.
Su objetivo no es hacerlas fuertes y
contribuir en la grandeza de la regiones o solucionar los problemas del pueblo,
lo que se busca es ponerlas a los pies del proyecto que pretende transformarnos
en comunas, el proyecto comunista en el que desaparecerán los espacios
democráticos y la elección secreta y directa. Lo que se pretende es implantar
el modelo en donde nos convertiremos en esclavos del omnipresente poder rojito
El Gobierno del Presidente ausente busca
presentarnos un país disfrazado de pleno desarrollo económico, cuando en
realidad y a pesar de unos ingresos petroleros tan altos, Venezuela está
endeudada a niveles jamás visto, la improvisación, el despilfarro, la
corrupción que caracterizan nuestra realidad están a punto de producir un
colapso económico.
El país perdió su capacidad de productor y
ahora todo lo importa, nos meten en un organismo internacional como el
Mercosur, dizque para aprovecha un mercado internacional y no tenemos nada que
venderles, siendo en consecuencia los otros países, los únicos beneficiados.
Al final con un vestido de “papelillo” y
mediante malabarismos estadísticos pretenden excusar la economía bolivariana
que se encuentran a las puertas de un paquete económico, en el que tendrán que
aumentar los servicios, los insumos, la gasolina, los precios de los alimentos
y medicinas, ante la probable escases de la divisa necesaria a las
importaciones.
La salud del Presidente Chávez también ha
sido objeto de afirmaciones y contra-afirmaciones, asegurando su curación y lo
contrario, justo antes del proceso electoral en el que resultó reelegido. O es
una cosa o es la otra y no es un irrespeto exigir la verdad.
Al contrario es una obligación informar al
pueblo venezolano la situación real. Los venezolanos estamos viviendo un
proceso en el que se define todo nuestro porvenir como país, estas decisiones
no pueden tomarse bajo el engaño, de una realidad disimulada bajo otra forma.
A los venezolanos se nos quiere presentar el
fracaso como si fuera un éxito, están destruidas las empresas de Guayana:
Sidor, Venalum, Alcasa, Bauxiven, Carbonorca, Ferrominera y Sidetur, todas
funcionan a menos del 40% de su capacidad y no alcanzan a producir ni la mitad
de lo que rendían en la 4ta República. En Venezuela no tenemos cemento ni
cabillas desde que el estado expropió. Nos falta el agua y la electricidad y la
comunidad sufre de los constantes cortes de esos vitales servicios.
La Papelera en Valencia, La Textilera en
Tinaquillo, La Marqueseña en Barinas, Agropatria en Portuguesa, el Central
Azucarero en San Carlos, todo por el suelo. Los puertos colapsados, los
aeropuertos en tan mal estado que hasta se va la luz. Y no hablemos de las
calles, carreteras y puentes.
Producimos cada vez menos comida y dependemos
cada vez más de lo que se le compra a los países amigos del presidente, a
precios en dólares. Veamos la infraestructura, intente pensar en alguna obra
importante que haya construido este gobierno y no encontrará nada, ahora piense
en el estado en que se encuentran las que fueron construidas en el pasado y con
seguridad sentirá tristeza y rabia por el abandono.
Esa es la caricatura de gestión que pretenden
mostrarnos maquillada, como escenografía de teatro.
Pero lo peor es la farsa democrática a la que
están sometiendo los venezolanos, tienen confiscadas las instituciones, hoy en
día no responden a los intereses del estado sino a los de un partido. Cuando
esto sucede ya no podemos hablar de Democracia, esta implica la igualdad de
todos los ciudadanos y ¿qué es lo que vemos?
Un presidente que dicta sentencia a la juez
Afiuni por televisión, porque contradijo su intención de mantener un ciudadano
en prisión sin cumplir con los procedimientos procesales.
Un jefe de estado que despide a 22.000
venezolanos en directo, por que ejercieron el derecho constitucional de hacer
huelga.
Una lista Tascón con la cual se margina a la
mitad de la Nación, creando venezolanos de segunda categoría.
Unos organismos del estado al servicio de una
ideología, ministros de la defensa alineándose a un proyecto ideológico
partidista, en flagrante violación de la Carta Magna. Unos procesos electorales
convertidos en un manual de manipulaciones, engaños, abusos, atropellos,
triquiñuelas e imposiciones.
En este país se está irrespetando la decisión
del soberano, quien negó la reelección indefinida y rechazó la reforma
constitucional del 2 de diciembre de 2007, su posterior desconocimiento, de
manera contraria a lo establecido en la Constitución Nacional, en realidad
convierte en ilegitimo todo lo decidido a posteriori.
Y no porque una Corte al servicio del
Mandamás tome una decisión arbitraria, se legitima la violación del texto
constitucional.
Vestir con el traje de la Democracia nuestra
realidad, seria de nuestra parte aceptar un proceso anti histórico, el caudillo
megalómano que pretende ser el salvador de la humanidad, parece desear recorrer
otros momentos históricos que ya fracasaron, con un largo tributo para la
humanidad, como diría Jacinto Benavente: “Una cosa es continuar la historia y
otra repetirla”.
La oposición democrática, profesionalmente
preparada, preocupada por mantener un país unido, ha logrado desenmascarar este
régimen. La sociedad civil es la única garantía que tenemos para conservar una
sociedad moderna, libre y democrática, es la alternativa para quitarle el
disfraz de ópera bufa a este proyecto, dicho con una expresión popular no nos
vayan a “meter gato por liebre”.
nelsoncastellano@hotmail.com
Ex Cónsul de Venezuela en Paris
Presidente de Venezuela-Futura, Francia
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