Si
los venezolanos fueran un poco más desconfiados y asertivos en algunos momentos
decisivos, seguramente no nos habría pasado lo que ocurrió el año 1998 al salir
a votar por un militar, comunista y autoritario. Para mi fortuna, como hija de
abogados que fui, y además estuve al interior del PCV y de la ultraizquierda
universitaria (¡qué vergüenza y qué desastre lo que hice!, sólo me disculpa la
juventud) conocí al monstruo, "porque viví en sus entrañas", tal como
decía José Martí del Imperio. Soy desconfiada a la hora de votar y recuerdo
claramente los defectos que acarrea el caudillismo y el personalismo, a lo
largo de nuestra historia, bastante analizado en múltiples clases teóricas. De
allí que resultara muy difícil que me engañaran, como a tanta gente que conozco
y que no sólo se arrepiente ahora, sino que sufre con desesperación por este
terrible calvario al que nos han sometido, además de pretender acabar con
nuestra estupenda democracia, que tantos sufrimientos, dolores y penurias nos
ha costado.
Las
mentiras de los comunistas son inmensas y vienen desde llamar a la terrible
dictadura de la Unión Soviética "la patria del hombre" (¿?), a Stalin
-a quien se le calculan más de 40 millones de muertos por sus persecuciones y
horrores- "el padrecito Stalin" y a Mao Tse Tung "el gran
timonel", quien tiene en su haber aproximadamente 60 millones de chinos
muertos desde que dio inicio a su terrible revolución.
Los
comunistas basan sus teorías en el resentimiento y la amargura que muchas
personas padecen por su historia, o su "pequeña biografía". Culpar a
los otros les viene como anillo al dedo, al encontrar a alguien o algo a quien
echarle la culpa de su drama o dramas. Decía mi extraordinario profesor, doctor
Luis Castro Leyva, muerto prematuramente, que "es muy sabroso tener a
quién echarle la propia basura"; lo difícil, señalaba, "es asumir la
responsabilidad por los hechos y la vida". Si mis contradictorios lectores
se dan cuenta, los comunistas siempre les echan la culpa de lo que pasa a
otros. No podemos dejar de darnos cuenta de cómo en estas circunstancias
dramáticas, después de 12 años, la naturaleza arremete contra nosotros, pero no
ha habido, después de Vargas, prevención, precaución y por encima de todo
solución de los múltiples problemas. Volveré sobre el tema.
Periodista/Prof.
universitaria
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Apreciada Profesora Gloria Cuenca,
ResponderEliminarGracias por ser usted una hermosa luz en este camino tortuoso que lleva la República desde su génesis hace 201 años ¡una locura de país!¿es esteban la causa de nuestros males o el efecto de nuestros males? la respuesta se inicia con el descubrimiento ¡tuvimos una conquista y un coloniaje autoritario de 300años!luego, en 201 años, más autoritarismo militar, con 141 años sometidos por estos milicos, más unos 12 años de gobiernos defacto controlados por este estamento, es decir, unos 153 años de caudillismo; así que hemos disfrutado de solo unos 48 años (24%) de democracia en 201 años de república...ahhhh, y para rematar de 52 presidencias, 34(65.4%) la han ocupado militares...¿Quienes se hicieron propietarios de las grandes tierras? los nuevos amos de la patria que pasaron completica sus facturas por los servicios desinteresados prestado a la República ¡los nuevos oligacas!...pregunto ¿quienes administaron las pocas rentas de la naciente república hasta el 1er tercio del sigllo xx?...¿quienes dejaron perder el 30% del territorio sin hacer nada?
Visto lo anterior se conformó un pueblo enfermo, el cual no podía resultar,sino en lo que tenemos y lo que vendrá. Nos podra llegar cualquier riqueza; que si no hay trabajo, esfuerzo, sacrificio, creación, ahorro y dedicación del humano vanezolano, no seremos nada.
Profesora,no nos han dado tiempo para que se desarrolle el "civilismo human, democrático y progresivo"...bueno, este el el país en que nos tocó desarrollar nuestra experiencia de vida ¡men que me quieren deciros mal que no es eterna!
D-OS LA BENDIGA,
SUAREZBOCHI@YAHOO.ES