“La
investigación psicológica ha descubierto el círculo vicioso perverso que existe
entre inseguridad, dependencia y poder. Aun en jóvenes universitarios cultos y
modernos que puestos a elegir entre un líder racional democrático y un líder
autoritario populista votan mayoritaria y normalmente por el primero, la
introducción de imágenes de terror y de muerte en el ambiente electoral y el
discurso político voltea el resultado de la elección a favor del segundo.
Pensar en la muerte aumenta la necesidad de protección y estimula el espíritu
gregario. El recuerdo de la finitud de la vida incrementa la dependencia y el
sectarismo. El sentimiento de inseguridad y desamparo nos hace sensibles a
líderes autoritarios carismáticos. Si un gobernante inescrupuloso utiliza imágenes
de muerte o da rienda suelta a la violencia, el rechazo al clima de zozobra se
trasformará en apoyo al personalismo totalitario". Axel Capriles, El
Universal 17 de mayo de 2120
La
fascinación de los malos
No
fue extraño que en el 23 de enero levantaran una estatua a Tiro Fijo y tampoco
son incomprensibles las continuas peregrinaciones que turistas hacen a la tumba
de Escobar Gaviria en Medellín. Millones de gentes adoran a Evita Perón, sin
saber de qué pasta estaba hecha y el famoso asesino Manson recibe en su cuenta
de tuiter millones de mensajes con palabras de admiración. De Escobar Gaviria
se ha escrito miles de libros que leen miles de personas y ahora mismo Caracol
va a reconstruir su vida en una serie que seguramente verán millones de televidentes
así se muestre el horror de sus crímenes. De la noche a la mañana una joven
prostituta de Cartagena se convirtió en personaje deseado por haber convertido
su encuentro sexual con uno de los agentes secretos de Obama en una novela de
Agatha Christie. Todos la buscan, ya tiene manager y medios exclusivos para
contar sus rollos. La perversidad se convierte en seducción y todos caemos en
esa red porque hay algo que nos lleva a hurgar en la vida de estos indeseables
aun cuando sintamos repulsión por ello.
Un
acontecimiento tapa a otro. Las declaraciones de Aponte Aponte y Velásquez
Alvaray fueron cosa de 24 horas , como el vuelo de una mariposa. Ocurrió
después la llegada del Presidente anunciando el fin de su terapia y su
disposición para irse de campaña, pero ahora no ha chistado una palabra. En su
lugar vino una cadena con la actuación de Merentes y Giordani rebosando de
felicidad porque aquí no hay inflación, la sociedad está feliz y el Presidente
ha impuesto con su política de inclusión la construcción de miles y miles de
casas, mientras los refugiados del Hipódromo La Riconada pararon una carrera de
caballos para protestar por las humillantes condiciones en que se encuentran.
Los refugios siguen siendo una lacra del gobierno y el caso de la Torre de David,
digno de una película de terror, está a la vista de todos y nadie es capaz de
investigar qué pasa en ese enorme esqueleto de edificio.
Los
amos de La Planta
En
esas, explotó de nuevo La Planta y hasta hoy, no se sabe si los dos pranes El
Chingo y Pastor hayan aceptado entregar armas y ordenarle a sus subordinados
acatar las órdenes de la Capitana Fosforito que no ha hecho otra cosa que
enredar el papagayo . Fue entonces que apareció Jaua para decir que la culpa de
todo la tiene la 4ª República y por lo tanto La Planta debe desaparecer. La
pregunta es por qué lo piensan hoy y no lo pensaron hace diez años. Lo insólito
es que dos individuos armados y poderosos hayan mantenido a la población en
vilo. Ayer se oían solo disparos y los habitantes de la vecindad se encontraban
encerrados en los baños de sus casas. Lo único que hizo el gobierno fue
entorpecer el trabajo de los periodistas de Goblovisión que ayer fueron
retenidos cordialmente por Policaracas con exceso de cariño , quiere decir sin
que fueran destruidos sus equipos. Hasta la hora de escribir esta nota, nada
nuevo había ocurrido en la Planta.
Y
Pastor fue la chispa
La
polémica con el asunto Pastor, no el Pran, sino el corredor de Fórmula 1, pasó
a buena vida pero enardeció a una enorme cantidad de admiradores que de la
noche a la mañana lo convirtieron en héroe solo porque de 17 carreras fallidas
ganó una, importante sí, pero no tanto como para levantarle una estatua y es
que el asunto a discutir no es en sí la buena pasta de corredor que la tiene
sin duda Maldonado, sino el gasto que Pdvsa hace de los dineros del pueblo para
patrocinar al corredor, solo porque es un apasionado Chavista . La política y
el deporte se unen para que Venezuela tenga nombre en el mundo entero y la
revolución sea el símbolo de un país millonario que se olvida de los pobres y
derrocha dinero en eventos innecesarios como son los de la Fórmula 1. Hoy
Maldonado ha vuelto a coger impulso en su carrera y es posible que sea manjar
para otros patrocinantes que lo quieran en sus escuderías, pero en el ambiente
ha quedado una polémica que nos vuelve a colocar frente a un indeseable
panorama de desunión que algún día ha de terminar porque el odio y la rabia no
pueden seguir alimentando esta polarización que tanto nos enerva .
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