Caracas
es la ciudad del caos. Durante todo ese día las balas, los gases lacrimógenos,
las detonaciones, el humo, una autopista vacía, todo el resto del la ciudad
congestionada, heridos, "retenciones" de periodistas, páginas web ¿tumbadas?,
vacío de noticias, black out informativo, vecinos aterrorizados, familiares
reprimidos, mandatario desaparecido, ministros rebasados por los sucesos.
Una
cárcel en pleno centro urbano, unos pranes y sobre todo unos funcionarios
inoperantes han puesto en jaque a la capital. La sensación de desgobierno, de
que esto se lo llevó literalmente quien lo trajo es palpable. Ante la falta de
voceros e informaciones confiables nuevamente el rumor tuvo su reino. Que si
"hay muchos muertos", que si "se escaparon cientos de
presos", que si "mataron a unos familiares" y por allí un sin
número de cuentos imposibles de corroborar. Todas esas historias en plena cola
mientras muy pocos medios se atrevían a mencionar los sucesos, entre otras
cosas porque los cuerpos de seguridad impedían el acceso. Algunos vecinos
sacaron sus cámaras y captaron lo que a los grandes medios les era imposible
transmitir en "vivo y directo" pero las "versiones
oficiales" brillaron por su ausencia. Era como si la situación se les
hubiera ido fuera de control. Otro capítulo oscuro y misterioso de lo que se ha
convertido en un país extraño e insólito.
Ya
entrada la noche de ese largo y raro día de guerras y censuras apareció en
pantallas oficiales (únicos en tener acceso) tres "negociadores" quienes
supuestamente habían logrado un ¿acuerdo? con los "pranes" del penal.
Seguidamente un grupo de reos perfectamente vestidos y acicalados desfilaron
por la pasarela de La Planta. Otro triunfo de la revolución en la que la
"puesta escénica" es lo más importante más que la verdadera
resolución de los problemas. Lo trascendente es que "parezca que" más
que "sea" en realidad.
Amaneció
el viernes, y la cosa tampoco pintaba bien entrada la mañana. Se anunció una
manifestación de motorizados rojo rojitos en los predios del alcalde Ocariz.
No
sé por qué nos viene a la memoria aquella exposición de un alto jerarca
revolucionario quien propuso en un cónclave hacerle la vida imposible a los
mandatarios regionales de la oposición. Esto parece parte de ese guión. Y
entonces en medio de este "extraño" caos que no sabemos a ciencia
cierta de qué va se nos ocurre aquella frase de "sin mí el caos".
¿Vieron lo qué sucede cuando no aparezco? Una semana lleva desaparecido el
líder máximo y más allá de las especulaciones sobre su salud muchos esperan o
¿preparan? un retorno glorioso a las pantallas. Para que vean que aquí sí hay
gobierno y que él es la encarnación de la estabilidad. Poco más o menos lo que
dice Santos ¿no? ¿Piensa mal y acertarás?
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