Los presidentes latinoamericanos deberían
prestar atención a las últimas estadísticas mundiales de innovación
tecnológica: revelan que, pese al progreso realizado por varios países de la
región, la brecha entre los países asiáticos y los latinoamericanos sigue
ensanchándose.
Las nuevas cifras de la Oficina de Patentes y
Marcas de Estados Unidos muestran que los países asiáticos aumentaron el número
de patentes registradas en un 73% en los últimos 10 años, mientras que los
países latinoamericanos lo hicieron tan sólo en un 34 por ciento. En números
totales, el abismo es escalofriante: en 2011, los países asiáticos registraron
un total de 76.000 patentes de nuevos productos en los Estados Unidos, mientras
que todos los países latinoamericanos juntos registraron solamente 500.
Corea del Sur, un país que hace cinco décadas
era más pobre que prácticamente todos los países latinoamericanos, registró
13.000 patentes el año pasado, comparado con sólo 230 de Brasil, 115 de México
y 50 de la Argentina, según la Oficina de Patentes y Marcas. Estados Unidos
encabezó la lista, con más de 120.000 patentes.
Estas cifras son consideradas un indicador
clave, porque suelen coincidir con las tendencias de patentes extranjeras en
Europa, Japón y los demás mercados más grandes del mundo. "Las diferencias
son abismales", me dijo Gustavo Crespi, un especialista en tecnología e
innovación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). "América latina
está avanzando, pero los países asiáticos se están moviendo mucho más rápido
que nosotros."
Afortunadamente, algunos países
latinoamericanos se están poniendo las pilas. Brasil, la Argentina y Chile
aumentaron recientemente sus inversiones en investigación y desarrollo, y están
ofreciendo cada vez más apoyo público a sus científicos.
Los expertos afirman que hay cinco razones
principales por las que los países asiáticos están avanzando más rápido, lo que
hace que sus economías crezcan más y sus tasas de pobreza se reduzcan con mayor
celeridad. Primero, los países asiáticos invierten más en investigación y
desarrollo de nuevos productos. Mientras que Japón y Corea del Sur gastan
alrededor del 3,5% de su producto bruto interno (PBI) en investigación y
desarrollo, Brasil gasta el 1,2%; la Argentina, el 0,6%; México, el 0,4%, y la
mayoría de los demás países de la región menos, según el BID.
En segundo lugar, en Asia la mayor parte de la
investigación y el desarrollo está en manos de empresas privadas, mientras que
en América latina gran parte de esa actividad está a cargo del Estado. Mientras
que el 75% de la investigación y el desarrollo en China procede de las empresas
privadas, en Brasil sólo lo hace el 45 por ciento. Eso es importante, porque
las empresas privadas están más cerca del mercado e inventan productos más
comercializables.
En tercer lugar, las universidades asiáticas
están produciendo más ingenieros y científicos, mientras que las universidades
latinoamericanas producen mayormente graduados en ciencias sociales y
humanidades. La última vez que hice la cuenta, la gigantesca Universidad de Buenos
Aires tenía el triple de estudiantes de psicología que de ingeniería. Corea del
Sur tiene unos 10 investigadores científicos por cada 1000 trabajadores,
mientras que la Argentina tiene un promedio de 2,2 investigadores por cada 1000
trabajadores, Chile tiene 2 y Brasil tiene 1,1, según el BID.
En cuarto término, los países asiáticos ofrecen
más incentivos para que las empresas inviertan en investigación y desarrollo, y
más recompensas para los investigadores que patentan invenciones.
"Necesitamos un sistema que recompense a los investigadores no sólo cuando
publican algo, sino también cuando registran una patente", dice Mario
Cimoli, director de la división tecnología de la Comisión Económica para
Latinoamérica y el Caribe de las Naciones Unidas.
En quinto lugar, las universidades asiáticas
están más internacionalizadas que las latinoamericanas. Países como China y
Corea del Sur tienen más programas de titulación binacionales, más profesores
visitantes y más graduados en las mejores universidades del Primer Mundo.
Mi opinión: la razón de fondo por la que los
países asiáticos están avanzando más rápido es que sus sociedades tienen una
obsesión con la educación (Comentario: Cuando aiáticos van al exterior a
aprender inglés, mayoritariamente ya lo leen y hablan. Su meta es perfeccionar
y hablarlo como un occidental) que
todavía no es palpable en la mayoría de los países latinoamericanos. Los
estudiantes asiáticos pasan más tiempo en la escuela -el año escolar de Japón
tiene 243 días, mientras que en muchos países latinoamericanos no llega a los
160 días-, los gobiernos asiáticos están más obsesionados con producir
científicos e ingenieros, y los padres asiáticos son más exigentes con las
tareas de sus hijos en matemática y ciencias.
Algunos países latinoamericanos, como Brasil,
se están empezando a mover en la dirección correcta. Pero las cifras de la
Oficina de Patentes de Estados Unidos revelan que hay que avanzar más rápido,
porque la brecha con los países desarrollados y con las naciones emergentes de
Asia sigue creciendo.
© La
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