3.059.024 votos y la
aparición en público de la Banda de los Tascones. Ese fue el balance de las
primarias de la democracia, del 12 de febrero de 2012, en la que el joven
Henrique Capriles Radonsky se convirtió en el candidato de todos los
demócratas, de todos los venezolanos honestos que quieren para Venezuela una
vida mejor. 3.059.024 venezolanos, entre ellos muchísimos que al hacerlo
pusieron en peligro sus empleos, sus ingresos y hasta sus vidas, votaron a
pesar de las amenazas de los deshonestos, los fascistas primitivos que apoyan a
Chávez y a sus hordas.
La reacción de los canallas gobierneros al principio fue
de estupefacción. No entendían lo que les había pasado, no atinaban a
comprender que tanta gente ignorara sus amenazas y se atreviera a desafiarlos
así. Sobre todo porque 3.059.024 votos en unas primarias anuncian no menos de
9.000.000 de votos en las definitivas del 7 de octubre, lo que deja a Chávez y
los suyos con un máximo de 4 ó 5 millones, es decir, ante la dura realidad de
una derrota aplastante.
Y una vez que pierdan el poder no lo van a recuperar
jamás, y tendrán que pagar ante una justicia verdadera los muchos crímenes y
abusos que han cometido. Pasado el primer estupor, reaccionaron con una extraña
combinación de leguleysmo, rabia y frialdad. Se buscaron a un canallita y a
partir de su “reclamo” se inventaron una “sentencia” que busca quebrantar el
secreto del voto, para llenar de miedo a esos 9.000.000 que los van a derrotar
en octubre. Una pandilla de tramposos, entre ellos los “magistrados” que
urdieron la tal “sentencia” y los canallas que los incitaron, se convirtió en
la Banda de los Tascones de febrero del 2012, cuyo resultado fue una
“sentencia” llena de errores materiales, hecha a las carreras, que vulnera lo
jurídico, lo político y lo decente.
Lo realmente lamentable del caso es que la
Banda de los Tascones de febrero del 2012, en su apuro por aterrorizar a los
venezolanos, al parecer asesinó a alguien en Maracay. El venal “denunciante” de
Yaracuy, los “magistrados” y los chavistas en general cargan con la muerte de
ese mártir, que cayó por la acción de los bárbaros fascistas, militaristas que
tanto daño le han hecho a Venezuela en los últimos trece años.
Ahora, con más
razón y más fuerza, hay que apartar a esas bandas, esas hordas, esos canallas,
del poder. Confiamos en Henrique Capriles Radonsky, confiamos en la gente de la
MUD, confiamos en el pueblo venezolano. El 7 de octubre los vamos a apartar
para siempre del horizonte. Chillarán, patalearán, amenazarán, pero no podrán
con la fuerza de un pueblo decidido. Nunca han podido, y menos ahora.
uno@eduardocasanova.com
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