Miren el país que tenemos y verán que es a esta realidad a la que debe tenérsele miedo
Ha comenzado la campaña
electoral para octubre de este año. No estamos solos en el patio quienes vamos
a participar en nuestras primarias el próximo 12 de febrero para elegir a
nuestros candidatos unitarios a Presidente, gobernadores y alcaldes. La
artillería oficial e incluso el propio presidente-candidato Chávez no cesan de
referirse a nuestros candidatos, a sus propuestas y a nuestro proceso. Ello
señala a las claras que, cuando la Mesa de Unidad Democrática decidió convocar
a este inédito proceso de primarias, tenía completa razón. La oposición ha
puesto todos estos últimos meses la agenda nacional a la que el chavismo ha
tenido que salirle al paso. Se han invertido los papeles lo que de ya por sí
constituye un gran éxito para quienes no militamos en las filas del
seudosocialismo que representa el Gobierno. El Presidente está reactivo ante
cada acción que realiza la oposición.
Una de las acciones
recurrentes que suele utilizar el Presidente cuando entra en campaña consiste
en sembrar pánico, terror, miedo en la población. Suele para ello señalar que
si él no estuviera o dejara de estar en el cargo que ocupa vendría el caos. Se
vende a sí mismo como indispensable para la estabilidad del país. Señala que
cualquier otro acabaría con cualquier esperanza que tenga un ciudadano de
mejorar su vida y además descalifica a cualquier posible candidato a sucederlo,
exponiéndolo como a un ser despreciable, que sólo busca su propio lucro e
interés personal, entreguista a potencias extranjeras y alejado del sentimiento
y las necesidades de los más necesitados.
En diciembre llegó a mi
manos un muy buen libro del reconocido psiquiatra Luis José Uzcátegui titulado
La Miedocracia. En efecto, vivimos en un régimen signado por el miedo y quien
lo lidera se encarga a diario de profundizarlo. El autor señala: "Uno de
los efectos del miedo es la dependencia que genera, algo enfermizo y
paradójico, pues no es fácil entender la fijación que la mente hace con quien
causa daño, pero sucede (... ) Es una sumisión que tiene una aparente faceta de
voluntariedad, pero en el fondo no es más que un estado de servidumbre". No
son pocos los casos en los que las víctimas de hechos violentos, como la
violencia doméstica, sienten que son culpables de lo que les sucede y excusan a
sus victimarios; la razón de esto siempre es el miedo.
Ese círculo vicioso que
produce el miedo, la negación que por autodefensa realiza el ser humano de
estarlo sintiendo y luego la justificación del hecho que le produce ese miedo,
sólo se rompe cuando nos damos cuenta de que el miedo existe y que lo
padecemos.
Desde las famosas listas
excluyentes, con las cuales todos somos medidos en nuestra relación con el
Estado, hasta las amenazas reiteradas de que vendrá el caos si quien nos
gobierna no continúa en ese cargo, han sido formas explícitas de sembrar en
gran parte de los venezolanos miedo a disentir y a expresar su inconformidad
con lo que nos ha tocado vivir durante estos 13 años. Cientos de otros métodos
han sido a diario usados en nuestra patria por este gobierno para infundir
miedo. Es tan real que cuando alguien se rebela y sale a la luz pública
oponiéndose con fuerza a alguna acción gubernamental, de inmediato la
exclamación pública que primero salta es la de "valiente".
Cuando Chávez sea derrotado
el 7 de octubre por nuestro candidato unitario no vendrá el caos, no
desaparecerá el país, no desaparecerán los programas sociales rebautizados como
Misiones, no se rebelará la Fuerza Armada a la decisión del pueblo, no habrá
una guerra civil entre venezolanos. El candidato-presidente ampliará su muy
bien estructurada campaña del miedo para intentar que sus partidarios acudan en
masa a ratificarlo y para que una parte de quienes no lo siguen se inhiban, se
petrifiquen, se abstengan de votar en su contra por temor al caos.
No perdamos el norte ni la
visión real de lo que nos sucede. No vendrá el caos, ya vivimos en él. La vida
hoy de cualquier venezolano vale menos que la de una persona en aquellos países
que han sufrido guerras internas. Los programas sociales que hoy existen pueden
mejorarse y superarse sólo redireccionando los inmensos recursos que se
destinan hoy a otros países. La Fuerza Armada no desacatará el mandato del
pueblo pues sus integrantes y sus familias también son pueblo.
Aquellos que son
prisioneros del miedo que sienten deben entender que llevamos 13 años
bombardeados por mensajes diarios que lo han sembrado. Esos mensajes ya
reaparecieron y se volverán constantes en todos los días de la campaña. Miren a
su alrededor el país que tenemos y a dónde hemos caído. Verán que es a esta
realidad a la que debe tenérsele miedo y para cambiarla hay que votar.
gblyde@gmail.com /
@GerardoBlyde
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