Indistintamente de
cualquier pacto entre precandidatos presidenciales, la lucha política no debe
relegarse. Mucho menos, tergiversarse. Más cuando el adversario se torna
violento y utiliza el terror para reducir.
El acecho en
política sigue el mismo propósito que la naturaleza social le imprime a toda
estratagema que se da ante cualquier potencial conflicto. Es la vulgarización
de todo engaño oculto o disimulado con la intención de perjudicar a alguien.
Así sucede en
política. Pero sobre todo cuando frente a alguna situación de difícil realidad,
se apostan aquellos que buscan aprovecharse de las debilidades o problemas de
los demás para beneficio propio y para lo cual emplea recursos asociados con la
intriga y la alevosía. Es decir, los carroñeros de la política cuyo modo de
vida supera en rapacidad al de los animales por cuanto estos se alimentan de
carroña. Nunca cazan una presa viva. En cambio los primeros asedian
premeditadamente mediante emboscadas o engaños para luego atacar a quien han
tildado de enemigo, o para impedir que sean superadas las adversidades.
También, siguen tácticas para provocar molestias repetidas e insistentes.
Ante la proximidad
de la elecciones primarias y considerando los reacomodos naturales que la
dinámica política determina a instancia de necesidades o urgencias, o
simplemente circunstancias, han venido escuchándose corrillos que sólo buscan
desvirtuar la intención de un acuerdo firmado como principio de moralidad
política entre quienes aportan sus nombres a la escogencia democrática a
alcanzarse el venidero 12 de Febrero. Indistintamente de cualquier pacto entre
precandidatos presidenciales, la lucha política no debe relegarse. Mucho menos,
tergiversarse. Más cuando el adversario se torna violento y utiliza el terror
para reducir. Además de la insolencia que abusivamente asoma a través de la
enorme estructura comunicacional financiada por el Ejecutivo Nacional.
Vale recordar que
la historia está llena de episodios que cuentan arreglos a conveniencia o para
escamotear posiciones alcanzadas. Sin embargo, los resultados dejan ver que si
bien las mezquindades pululan cualquier pretensión, igualmente los esfuerzos
por evitar mayores desarreglos se hacen notar toda vez que finalmente se impone
la justicia por encima del fraude animado por estos carroñeros de la política.
De todos modos, es bien sabido que las hienas y buitres de la política no
dejarán de acechar las realidades que pivotan sobre los estamentos de la
democracia.
Estos carroñeros de la política viven obstinados sabiendo que
sus días están contados. Pero no por ello, persisten en sembrar pánico mediante
mecanismos de violencia política. Su empeño en mantenerse aferrados al poder
los ha hecho pasearse por innumerables procedimientos basados en la insidia
necesaria para operar la administración de un gobierno mediocre pero
confabulado con las pillerías cometidas. Aunque son torpes para comprender la
posibilidad de actuar con alguna discrecionalidad a la hora de cometer sus
exabruptos en materia de política económica y social. El trabajo de los
carroñeros es puntual pues buscan usurpar condiciones democráticas. Por eso
abaten todo intención de ser descubiertos en medio de sus trampas,
malversaciones y sustracciones. A los ojos del mundo, estos funcionarios,
además de obtusos por lo estrecho de su pensamiento político, aunque
aviesamente miserables y descaradamente genuflexos, son tristemente unos
carroñeros de la política.
VENTANA DE PAPEL
¡QUÉ VIDA TAN
DURA!
El marcado afán
del régimen por mantenerse en el poder, luego de trece años de gobierno tiempo
éste en que lejos de avanzar el país ha retrocedido en comparación con
situaciones medidas antes de 1998, es desproporcionado. Tanto, que han creado
otras misiones sólo con el propósito de seguir animando expectativas que
resultan difíciles de mantener más allá de los nueve primeros meses de 2012.
Con alusiones al amor, a los hijos de la patria, al empleo, al saber y a
cuantas ridiculeces más han podido, estos gobernantes pretenden continuar
engañando a ilusos. Aunque también, a personas que viven la desgracia de la
pobreza y la incultura. Pero asimismo, a quienes viven la holgazanería pues son
el resultado del populismo que desde hace varios decenios viene afectando a una
parte de la sociedad venezolana. De hecho, hay quienes se ufanan de ser pobres
pues equivocadamente saben que el gobierno, en algún momento, sobre todo
electoral, va a dedicarles -si acaso- un ápice de atención. Por ejemplo, una
familia mal acostumbrada a vivir de dádivas, sabrá aprovecharse de las
“halagüeñas” misiones. Así podrá hacerse de un suculento ingreso mensual, sin
tener que trabajar. Por 3 niños, obtendrá 1.500 bolívares. Por una madre de
barrio, 1.700 Bs. Por una anciana, 1.548 Bs. Una hija menor preñada, 450 Bs. Y
por el marido preso, 1.548 bolívares lo que arroja un total de 6.746 Bs. Razón
suficiente para abstenerse de trabajar. Y así, muchos se atreven a decir: ¡qué
vida tan dura!
NO ES PATRIA, ES
“MATRIA”
Decía Miguel Ángel
Burelli Rivas, quien fuera Canciller del gobierno de Rafael Caldera, que
atendiéndose la importancia de la mujer venezolana, el país siempre ha sido un
auténtico matriarcado. Por esta razón manifestaba que se cambiara la palabra
“patria” por “matria” lo cual resulta interesante si se entiende su papel como
soporte moral y material de la familia venezolana. Este exordio vale a
propósito de considerar la postura política de la única mujer que se ha
atrevido a lanzarse al ruedo electoral entre las dificultades sociales y políticas
que vive el país. La figura de María Corina Machado luce relevante al momento
de analizar su apreciación sobre los problemas que afectan a la sociedad
venezolana. Sin duda, su coraje asociado a su inteligencia, constituyen el
tramado de un ideario que bien sabe expresar lo cual es propio de admirar desde
un punto de vista politológico. El mundo político es testigo del arrojo de
mujeres como Margaret Tatcher, Indira Ghandi y Golda Meier, en un primer
momento. Actualmente, la disposición de la alemana Angela Merkel, la brasileña
Vilma Rousseff, la argentina Cristina Fernández y la chilena Michele Bachellet,
son el reflejo del brío y voluntad de la mujer que bien sabe enfrentarse a la
contingencias de la exigente política. Con mujeres del talante y talento de
María Corina Machado, habrá que atender el llamado del Burelli Rivas y cambiar
el nombre de patria por “matria”.
NUEVAS
PERSPECTIVAS
A pesar de la
agresividad de propaganda gubernamental para resaltar la imagen humanitaria del
Presidente, las realidades se tornan más ásperas. Sin embargo, los lineamientos
presentados por la MUD comienzan a despejar muchas dudas alrededor de la
posibilidad de darle nuevos aires a Venezuela. Sobre todo, para un país
sediento de ideas dado el cúmulo de esperanzas que mantiene cuando en el
horizonte se vislumbran nuevas perspectivas. Asimismo, para quienes padecen los
rigores de la demolición institucional que sufre el país. O para quienes lamentan lo poco que se ha
hecho en este país para salir de la pobreza. Por estos días se ventilan nuevos
espacios. Las elecciones primarias, aunque expectantes, incitan el optimismo
por todos lados. Tanto que hay tensión y temor en el alto gobierno ante los
avances de la disidencia democrática. El oficialismo se esconde en los medios y
en una costosa campaña de promesas, por intermedio de los recursos del
presupuesto nacional. Mientras tanto, se acrecienta la dependencia de los más
pobres de las bondades de Miraflores. La maquinaria política de reciclar y hacer más pobres a los ya pobres, resulta
ingeniosa por cuanto el apetito de carroñeros de la política se muestra
insaciable. Los gobierneros y politiqueros de oficio se estremecen al pensar
que el país verá un nuevo amanecer político pues se tienen nuevas expectativas,
nuevas perspectivas.
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