Mientras Chávez y el régimen bolivariano fustigan a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por su Informe sobre el crítico estado de las libertades en Venezuela y el Informe del Departamento de Estado que aunque no tiene un valor vinculante, recoge la realidad del país, los hermanos Castro rechazan la condena expresada por los demócratas del mundo, por la muerte del disidente Zapata y el estado de salud del periodista Fariñas y los numerosos presos que llenan las cárceles políticas de la Isla.
Se unen a la crítica por el “intervencionsimo” extranjero, el boliviano Evo Morales quien califica la justificada condena de “escandalo internacional”; y, el ecuatoriano Correa, ante la displicencia lamentable de Lula y la insistencia del débil Zapatero, influenciado por el errado Moratinos, de modificar la política europea hacia Cuba, para facilitar, según su errada percepción, la transición en el país, sometido por la dictadura castrista desde hace mas de 50.
No se trata de calificar, como lo han hecho irresponsablemente todos los referidos, especialmente Morales, de delincuentes comunes a Orlando Zapata, a Guillermo Fariñas y a todos los que se pudren en las cárceles cubanas. Los derechos humanos de toda persona, independientemente de su condición y sin ninguna discriminación, deben ser respetados absolutamente. La posición de los referidos dirigentes, aberrante y síntoma de un peligroso retroceso, sólo justifica ls represión de los Castros.
Los demócratas de España, de Europa y del mundo deben procuparse por la situación de los derechos humanos en todas partes. Sabemos que no hay barreras de ningún tipo, ni siquiera el argumento de la soberania nacional, para impedir que la comunidad internacional vigile la situación de los derechos humanos y de las libertades fundamentales y promueva su respeto.
España, en la presidencia de la Unión Europea, debería propiciar el cambio en Cuba y la democratización en Venezuela, desprendiéndoese de sus intereses materiales que privan sobre todos los valores y principios, como el mismo errado Moratinos lo ha dicho pública y reiteradamente.
Los españoles, la Unión Europea y los demócratas del mundo deben preocuparse por las declaraciones de Hugo Chávez y por las acciones y las omisiones del régimen bolivariano, en todo lo que respecta a los derechos humanos, a la persecución política, a la libertad de expresión, sometida por el régimen ante la complicidad de la Defensora del Pueblo, funcionaria eficaz del régimen que sólo protege sus intereses desconociendo las responsabilidades que le impone la Constitución y las les leyes de la República.
Más preocupante para ellos deberían ser las relaciones claras y evidentes del régimen bolivariano con la ETA y las FARC, grupos terroristas que crean inestabilidad política aqui y allá. Moratinos debería impedir que su influenciado y débil presidente Zapatero termine de hundir al partido socialista y de paso, como en efecto será, al Partido Popular, al parecer más sensato en política exterior, al menos en lo que respecta a los derechos humanos y las libertades fundamentales.
Los bolivarianos y asociados tergiversan el concepto de democracia y lo ajustan a sus apetencias políticas, lo que debe ser objeto de reflexion por los demócratas del mundo. No podemos aceptar que aventureros farsantes y tramoyeros desvirtúen los valores y principios fundamentales que garantizan al hombre, al ser humano, su libertad y su dignidad, en nombre de una revolución sin sentido, a la que defenderian adentro hasta con los recien llegados aviones chinos, como lo expresara el mismo Hugo Chávez en dias pasados.
El resultado electoral de setiembre de este año, aunque la oposición cometa algunos errores en el camino, significará una dura derrota para el chavismo y el bolivarianismo, más aun para el exapansionismo del decimonónico proyecto comunista del siglo XXI. Ante ello el chavismo, orientado por los invasores cubanos, planean otro “fariazo” con la creación de organismos comunales paralelos, absolutamente inconstitucionales, para cerrarle el paso a la nueva Asamblea, mayoritariamente demócrata, que liderará los cambios hacia la restauración del orden democrático y de las instituciones. Esto debería preocupar a los Zapateros, Lulas y Moratinos del mundo, interesados y complacientes, para evitar que en el país se instaure otra dictadura, como en Cuba.
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, MOVIMIENTO REPUBLICANO MR, REPUBLICANO, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES ASAMBLEA NACIONAL, UNIDAD ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA
Se unen a la crítica por el “intervencionsimo” extranjero, el boliviano Evo Morales quien califica la justificada condena de “escandalo internacional”; y, el ecuatoriano Correa, ante la displicencia lamentable de Lula y la insistencia del débil Zapatero, influenciado por el errado Moratinos, de modificar la política europea hacia Cuba, para facilitar, según su errada percepción, la transición en el país, sometido por la dictadura castrista desde hace mas de 50.
No se trata de calificar, como lo han hecho irresponsablemente todos los referidos, especialmente Morales, de delincuentes comunes a Orlando Zapata, a Guillermo Fariñas y a todos los que se pudren en las cárceles cubanas. Los derechos humanos de toda persona, independientemente de su condición y sin ninguna discriminación, deben ser respetados absolutamente. La posición de los referidos dirigentes, aberrante y síntoma de un peligroso retroceso, sólo justifica ls represión de los Castros.
Los demócratas de España, de Europa y del mundo deben procuparse por la situación de los derechos humanos en todas partes. Sabemos que no hay barreras de ningún tipo, ni siquiera el argumento de la soberania nacional, para impedir que la comunidad internacional vigile la situación de los derechos humanos y de las libertades fundamentales y promueva su respeto.
España, en la presidencia de la Unión Europea, debería propiciar el cambio en Cuba y la democratización en Venezuela, desprendiéndoese de sus intereses materiales que privan sobre todos los valores y principios, como el mismo errado Moratinos lo ha dicho pública y reiteradamente.
Los españoles, la Unión Europea y los demócratas del mundo deben preocuparse por las declaraciones de Hugo Chávez y por las acciones y las omisiones del régimen bolivariano, en todo lo que respecta a los derechos humanos, a la persecución política, a la libertad de expresión, sometida por el régimen ante la complicidad de la Defensora del Pueblo, funcionaria eficaz del régimen que sólo protege sus intereses desconociendo las responsabilidades que le impone la Constitución y las les leyes de la República.
Más preocupante para ellos deberían ser las relaciones claras y evidentes del régimen bolivariano con la ETA y las FARC, grupos terroristas que crean inestabilidad política aqui y allá. Moratinos debería impedir que su influenciado y débil presidente Zapatero termine de hundir al partido socialista y de paso, como en efecto será, al Partido Popular, al parecer más sensato en política exterior, al menos en lo que respecta a los derechos humanos y las libertades fundamentales.
Los bolivarianos y asociados tergiversan el concepto de democracia y lo ajustan a sus apetencias políticas, lo que debe ser objeto de reflexion por los demócratas del mundo. No podemos aceptar que aventureros farsantes y tramoyeros desvirtúen los valores y principios fundamentales que garantizan al hombre, al ser humano, su libertad y su dignidad, en nombre de una revolución sin sentido, a la que defenderian adentro hasta con los recien llegados aviones chinos, como lo expresara el mismo Hugo Chávez en dias pasados.
El resultado electoral de setiembre de este año, aunque la oposición cometa algunos errores en el camino, significará una dura derrota para el chavismo y el bolivarianismo, más aun para el exapansionismo del decimonónico proyecto comunista del siglo XXI. Ante ello el chavismo, orientado por los invasores cubanos, planean otro “fariazo” con la creación de organismos comunales paralelos, absolutamente inconstitucionales, para cerrarle el paso a la nueva Asamblea, mayoritariamente demócrata, que liderará los cambios hacia la restauración del orden democrático y de las instituciones. Esto debería preocupar a los Zapateros, Lulas y Moratinos del mundo, interesados y complacientes, para evitar que en el país se instaure otra dictadura, como en Cuba.
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