Realidad es el capitalismo como forma efectiva de desarrollo de calidad de vida, contrario al comunismo que es “pura” fantasía. Me atrevo a disertar sobre el capitalismo, luego de 45 años de aprendizaje y experiencia. Comienzo por principios simples. Pido disculpas a los expertos. Es la realidad que he aprendido.
Aprendí que el capital no tiene nacionalidad. Se forman las empresas con el único propósito de producir ganancias y sus accionistas deciden libremente re-invertir parte de estas ganancias, incluso en aquellos países que con mejores condiciones les permitan multiplicar su capital.
Las empresas tampoco poseen nacionalidad. Por ejemplo, una empresa que se funda en Venezuela “nace” como venezolana, pero si sus dueños deciden expandirse e invertir en otra nación, digamos Brasil, la “sucursal” jurídicamente “nacerá” y operará como empresa brasileña, pero nunca será venezolana.
Por cierto, el nombre de una empresa es clave para el mercadeo y comercialización de sus productos y servicios, y no debería tener relación con la nacionalidad o país de origen de quien inventó el nombre. Error garrafal comete quien compra una empresa con nombre reconocido a nivel de mercado y procede a cambiarle el nombre para hacerla más “criolla”. Una empresa productiva, eficiente y rentable, en el sistema capitalista, tiene muchos accionistas de diferentes nacionalidades. Incluso sus trabajadores también pueden adquirir acciones.
Es más “sano” para la soberanía de un país contar con la inversión proveniente de muchos accionistas particulares tanto autóctonos como extranjeros de múltiples naciones, que la proveniente de un gobierno de otra nación. Cuando PDVSA invierte en el exterior, es el gobierno de Venezuela que se hace presente en otra nación. Igual sucedería con la presencia del gobierno iraní en Venezuela a través de la inversión que haría su empresa estatal petrolera.
Cuando Shell o Exxon invierten en un país, no son los gobiernos de Holanda o EUA sino sus millones de accionistas quienes realmente están invirtiendo.
Este primer aprendizaje es de altísima importancia para el pueblo, especialmente para sus políticos: EL CAPITAL y LAS EMPRESAS NO POSEEN NACIONALIDAD.
En el próximo artículo me referiré al pleno empleo que genera el capitalismo, y, eventualmente, a las fallas del capitalismo mal implementado, como el caso de Venezuela, o del capitalismo desvirtuado, luego de haber funcionado bien por años, como el caso de EUA.
Víctor Machado.
machquality2@yahoo.com
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ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, MOVIMIENTO REPUBLICANO MR, REPUBLICANO, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO,POLÍTICA, INTERNACIONAL,
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Las empresas tampoco poseen nacionalidad. Por ejemplo, una empresa que se funda en Venezuela “nace” como venezolana, pero si sus dueños deciden expandirse e invertir en otra nación, digamos Brasil, la “sucursal” jurídicamente “nacerá” y operará como empresa brasileña, pero nunca será venezolana.
Por cierto, el nombre de una empresa es clave para el mercadeo y comercialización de sus productos y servicios, y no debería tener relación con la nacionalidad o país de origen de quien inventó el nombre. Error garrafal comete quien compra una empresa con nombre reconocido a nivel de mercado y procede a cambiarle el nombre para hacerla más “criolla”. Una empresa productiva, eficiente y rentable, en el sistema capitalista, tiene muchos accionistas de diferentes nacionalidades. Incluso sus trabajadores también pueden adquirir acciones.
Es más “sano” para la soberanía de un país contar con la inversión proveniente de muchos accionistas particulares tanto autóctonos como extranjeros de múltiples naciones, que la proveniente de un gobierno de otra nación. Cuando PDVSA invierte en el exterior, es el gobierno de Venezuela que se hace presente en otra nación. Igual sucedería con la presencia del gobierno iraní en Venezuela a través de la inversión que haría su empresa estatal petrolera.
Cuando Shell o Exxon invierten en un país, no son los gobiernos de Holanda o EUA sino sus millones de accionistas quienes realmente están invirtiendo.
Este primer aprendizaje es de altísima importancia para el pueblo, especialmente para sus políticos: EL CAPITAL y LAS EMPRESAS NO POSEEN NACIONALIDAD.
En el próximo artículo me referiré al pleno empleo que genera el capitalismo, y, eventualmente, a las fallas del capitalismo mal implementado, como el caso de Venezuela, o del capitalismo desvirtuado, luego de haber funcionado bien por años, como el caso de EUA.
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