*EL UNIVERSAL 10/10/2008 EXPEDIENTE INJERENCIA EN LOS PUEBLOS HUGO CHÁVEZ HA DEDICADO IMPORTANTES RECURSOS A EXPORTAR LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA. LA ALIANZA YA LA INTEGRAN SEIS PAÍSES DEL ALBA Y MÁS DE 50 ORGANIZACIONES RADICALES DEL CONTINENTE.
Dos amenazas de intervención militar en Bolivia ha realizado el presidente Hugo Chávez en el último año. En la primera se produjo un pronunciamiento de rechazo del Senado boliviano y en la segunda fue el comandante de las FAB
Plan geoestratégico
Durante su primera visita a la Venezuela de Hugo Chávez, Fidel Castro expresó que para que sobreviva la revolución cubana debe vivir la revolución bolivariana. Tal idea se convertiría en una alianza política y económica sostenida por el petróleo venezolano, la cual se extendería al resto del continente, en una injerencia directa orientada a producir cambios revolucionarios en los países de la región.
Cuando Hugo Chávez llegó al poder sólo contaba con Cuba para consolidar su revolución. Las misiones sociales se recuerdan como uno de los aportes más importantes de Fidel, para evitar la derrota de Chávez en el referendo revocatorio, al lograr a través de ellas remontar la intención de voto que un año antes le era adversa.
Desde entonces, la presencia cubana en las más importantes instancias del poder político venezolano ha sido clave para el avance del proceso. En ello el Presidente ha sido muy claro: "Me asesora Fidel, mi padre político", dijo recientemente al referirse a la crisis financiera.
Exportar la revolución
Una vez logrado el triunfo en el año 2004, la vieja idea de Castro de exportar la revolución al continente se convirtió en la tarea central de la revolución bolivariana. De allí que a finales de 2004, sostenido por el crecimiento económico mundial y el ascenso de los precios del petróleo, Chávez pone en marcha el proyecto geopolítico. Para esa tarea, a finales de ese año se creó la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), que hoy cuenta con seis países, y otros mecanismos paralelos a los gobiernos como el Congreso Bolivariano de los Pueblos o el Foro Social Mundial. Justamente el Congreso Bolivariano, el 9 de diciembre de ese año, acordó declarar el año 2005 como "el año de la ofensiva y avance de la unidad de los pueblos de América Latina".
Allí se establece el compromiso de combatir la política económica y militarista de la administración de Bush en el continente expresada en el ALCA, el Plan Colombia y las bases militares en territorios latinoamericanos.
En esos eventos han participado unas 50 organizaciones de base de varios países latinoamericanos y figuras políticas como Evo Morales (Bolivia), Cuauhtémoc Cárdenas (México), Frente Farabundo Martí (El Salvador), los Piqueteros (Argentina) Movimiento de los Sin Tierra (Brasil) y Pachacutik (Ecuador), teniendo como anfitriones a Hugo Chávez y Carlos Lage, vicepresidente del Consejo de Estado de Cuba.
Hay que destacar que desde que se inició este proceso, numerosos líderes de izquierda de la región, que fueron apoyados con recursos y asesoría por parte del Gobierno venezolano, lograron acceder al poder en sus respectivos países. Allí están los casos de los tres aliados ideológicos cuyos procesos han seguido los mismos pasos de Hugo Chávez: Evo Morales en Bolivia, Daniel Ortega en Nicaragua y Rafael Correa en Ecuador. En cada uno de esos países hubo denuncias de la injerencia venezolana en los respectivos procesos electorales.
Argentina, Uruguay y Brasil, si bien han tomado un camino orientado hacia el socialismo democrático, sus gobiernos han convenido en beneficiarse de los negocios que les ha abierto Venezuela, especialmente en la exportación de alimentos y en convenios industriales que han favorecido a empresas brasileñas y argentinas.
Cabe destacar la injerencia en la campaña electoral de Argentina que se puso al descubierto en el caso del maletín con 800 mil dólares. Paralelamente en estos países existe una vinculación directa con grupos radicales como los Sin Tierra de Brasil y los Piqueteros de Argentina, quienes son los que llevan el mensaje de la revolución, frente a una postura moderada de sus gobiernos respecto a EEUU.
Otros gobiernos como el de Manuel Zelaya (Honduras) y el de Fernando Lugo (Paraguay) han pactado acuerdos importantes con Venezuela. Si bien Zelaya preside un gobierno democrático liberal, ingresó al ALBA alegando los beneficios económicos que reportaría. Igual ocurre con Paraguay, cuya vinculación con Venezuela ha generado problemas internos al gobierno de Fernando Lugo.
Otros países donde fueron elegidos gobiernos no alineados al proyecto populista radical de Chávez no escapan a la injerencia venezolana. En México se produjo una polémica que culminó con la expulsión del embajador venezolano, Vladimir Villegas, por intervenir y participar en un evento político del derrotado candidato "pro chavista" López Obrador, pero allí los grupos bolivarianos siguen operando y apoyando los sectores de la izquierda radical. Lo mismo ocurrió en Perú cuando fue denunciado el apoyo venezolano a la candidatura de Ollanta Humala.
En Colombia el caso de las computadoras de Raúl Reyes reveló la vinculación del Gobierno venezolano con las FARC y el financiamiento de la senadora Piedad Córdoba para apuntalar el liderazgo de Hugo Chávez.
La misma senadora admitió haber recibido dinero de la empresa Monómeros, filial de Pdvsa en Colombia, pero aclaró que dicho dinero estaba destinado a objetivos "humanitarios", especialmente las actividades desplegadas por Córdoba en relación con el canje humanitario con las FARC. La senadora colombiana nunca reveló el monto que recibió de Venezuela, pero en esa oportunidad se denunció que los viajes por Europa, EEUU y Latinoamérica fueron financiados desde Venezuela. Según la senadora, el dinero que le giró Monómeros "tenía la estricta finalidad de respaldar la realización de eventos culturales y de opinión pública en solidaridad con el acuerdo humanitario, pues el Gobierno colombiano no ofreció ningún apoyo efectivo para ese costoso y complejo proceso".
Los reclamos
Las acusaciones por injerencia del gobierno de Chávez en política interna han recorrido todo el continente. El presidente del Congreso peruano, Javier Velásquez, denunció que en su país existe una intromisión del "chavismo" a favor de corrientes radicales de izquierda. "En mi país (el chavismo) tiene operadores que están socavando la democracia a través de movimientos disfrazados, como las casas del ALBA, que están teniendo injerencia en el ámbito político", afirmó Javier Velásquez en declaraciones que publicó el diario El Mercurio. El presidente peruano, Alan García, en varias ocasiones había denunciado al gobierno de Hugo Chávez de financiar a grupos radicales peruanos. En particular ha señalado que las Casas del ALBA "son lugares de reunión para grupos de izquierda radical y cocaleros que en muchos casos tienen vínculos con grupos violentos, aunque teóricamente las Casas del ALBA trabajan en programas de acción social y humanitaria".
El informe anual que hace para el Senado el Gobierno de EEUU, dedica gran atención al caso de Venezuela. El informe indica que: "Inspirados y apoyados por Venezuela y Cuba, los líderes de Bolivia, Nicaragua y, de forma más vacilante, Ecuador, están persiguiendo agendas que cortan los límites al poder presidencial, buscan prolongar mandatos presidenciales, debilitan los medios de comunicación y libertades civiles y ponen el énfasis en el nacionalismo económico a expensas de la economía de mercado".
Afirma el informe que el presidente venezolano, Hugo Chávez, "seguirá buscando unir Latinoamérica bajo su liderazgo, en una agenda radical de izquierda y antiestadounidense y a contemplar a Cuba como aliado ideológico clave".
En El Salvador se han producido enfrentamientos diplomáticos debido al apoyo por la vía de suministro de combustible a precios preferenciales a las alcaldías que domina el Frente Farabundo Martí. Asimismo ha sido denunciado el apoyo electoral que ha recibido esa organización política desde Venezuela. Venezuela comenzó a tener problemas con el Gobierno de El Salvador desde 2001, luego de que el Gobierno acusase a tropas venezolanas que asistían a damnificados del terremoto en Comasagua de hacer adoctrinamiento político.
En Bolivia, el Senado, controlado por la oposición, emitió en septiembre de 2007 una resolución para exigir a Morales que protestara por la "injerencia" de Chávez en los asuntos internos del país debido a un discurso pronunciado por Chávez en Cuba donde amenazaba con una intervención militar si Evo Morales era derrocado. La amenaza de intervención militar se repitió en septiembte de 2008. Esta vez, fue el comandante de las Fuerzas Armadas de Bolivia, general Luis Trigo, quien rechazó la injerencia venezolana.
Las agresiones verbales en contra del gobierno de Álvaro Uribe y la "oligarquía colombiana" han sido una constante en las relaciones bilaterales. Pero a partir del ataque al campamento de las FARC en Ecuador y la reacción venezolana de movilizar tropas a la frontera, llevaron el conflicto al terreno de los hechos. El gobierno de Uribe ha estado recabando pruebas de la vinculación de Hugo Chávez con las FARC a fin de llevar el caso a instancias internacionales; sin embargo, la dependencia económica que existe entre los dos países y los acuerdos logrados en la OEA permitieron distender las acciones colombianas en contra de Venezuela momentáneamente.
folivares@eluniversal.com
Francisco Olivares
Dos amenazas de intervención militar en Bolivia ha realizado el presidente Hugo Chávez en el último año. En la primera se produjo un pronunciamiento de rechazo del Senado boliviano y en la segunda fue el comandante de las FAB
Plan geoestratégico
Durante su primera visita a la Venezuela de Hugo Chávez, Fidel Castro expresó que para que sobreviva la revolución cubana debe vivir la revolución bolivariana. Tal idea se convertiría en una alianza política y económica sostenida por el petróleo venezolano, la cual se extendería al resto del continente, en una injerencia directa orientada a producir cambios revolucionarios en los países de la región.
Cuando Hugo Chávez llegó al poder sólo contaba con Cuba para consolidar su revolución. Las misiones sociales se recuerdan como uno de los aportes más importantes de Fidel, para evitar la derrota de Chávez en el referendo revocatorio, al lograr a través de ellas remontar la intención de voto que un año antes le era adversa.
Desde entonces, la presencia cubana en las más importantes instancias del poder político venezolano ha sido clave para el avance del proceso. En ello el Presidente ha sido muy claro: "Me asesora Fidel, mi padre político", dijo recientemente al referirse a la crisis financiera.
Exportar la revolución
Una vez logrado el triunfo en el año 2004, la vieja idea de Castro de exportar la revolución al continente se convirtió en la tarea central de la revolución bolivariana. De allí que a finales de 2004, sostenido por el crecimiento económico mundial y el ascenso de los precios del petróleo, Chávez pone en marcha el proyecto geopolítico. Para esa tarea, a finales de ese año se creó la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), que hoy cuenta con seis países, y otros mecanismos paralelos a los gobiernos como el Congreso Bolivariano de los Pueblos o el Foro Social Mundial. Justamente el Congreso Bolivariano, el 9 de diciembre de ese año, acordó declarar el año 2005 como "el año de la ofensiva y avance de la unidad de los pueblos de América Latina".
Allí se establece el compromiso de combatir la política económica y militarista de la administración de Bush en el continente expresada en el ALCA, el Plan Colombia y las bases militares en territorios latinoamericanos.
En esos eventos han participado unas 50 organizaciones de base de varios países latinoamericanos y figuras políticas como Evo Morales (Bolivia), Cuauhtémoc Cárdenas (México), Frente Farabundo Martí (El Salvador), los Piqueteros (Argentina) Movimiento de los Sin Tierra (Brasil) y Pachacutik (Ecuador), teniendo como anfitriones a Hugo Chávez y Carlos Lage, vicepresidente del Consejo de Estado de Cuba.
Hay que destacar que desde que se inició este proceso, numerosos líderes de izquierda de la región, que fueron apoyados con recursos y asesoría por parte del Gobierno venezolano, lograron acceder al poder en sus respectivos países. Allí están los casos de los tres aliados ideológicos cuyos procesos han seguido los mismos pasos de Hugo Chávez: Evo Morales en Bolivia, Daniel Ortega en Nicaragua y Rafael Correa en Ecuador. En cada uno de esos países hubo denuncias de la injerencia venezolana en los respectivos procesos electorales.
Argentina, Uruguay y Brasil, si bien han tomado un camino orientado hacia el socialismo democrático, sus gobiernos han convenido en beneficiarse de los negocios que les ha abierto Venezuela, especialmente en la exportación de alimentos y en convenios industriales que han favorecido a empresas brasileñas y argentinas.
Cabe destacar la injerencia en la campaña electoral de Argentina que se puso al descubierto en el caso del maletín con 800 mil dólares. Paralelamente en estos países existe una vinculación directa con grupos radicales como los Sin Tierra de Brasil y los Piqueteros de Argentina, quienes son los que llevan el mensaje de la revolución, frente a una postura moderada de sus gobiernos respecto a EEUU.
Otros gobiernos como el de Manuel Zelaya (Honduras) y el de Fernando Lugo (Paraguay) han pactado acuerdos importantes con Venezuela. Si bien Zelaya preside un gobierno democrático liberal, ingresó al ALBA alegando los beneficios económicos que reportaría. Igual ocurre con Paraguay, cuya vinculación con Venezuela ha generado problemas internos al gobierno de Fernando Lugo.
Otros países donde fueron elegidos gobiernos no alineados al proyecto populista radical de Chávez no escapan a la injerencia venezolana. En México se produjo una polémica que culminó con la expulsión del embajador venezolano, Vladimir Villegas, por intervenir y participar en un evento político del derrotado candidato "pro chavista" López Obrador, pero allí los grupos bolivarianos siguen operando y apoyando los sectores de la izquierda radical. Lo mismo ocurrió en Perú cuando fue denunciado el apoyo venezolano a la candidatura de Ollanta Humala.
En Colombia el caso de las computadoras de Raúl Reyes reveló la vinculación del Gobierno venezolano con las FARC y el financiamiento de la senadora Piedad Córdoba para apuntalar el liderazgo de Hugo Chávez.
La misma senadora admitió haber recibido dinero de la empresa Monómeros, filial de Pdvsa en Colombia, pero aclaró que dicho dinero estaba destinado a objetivos "humanitarios", especialmente las actividades desplegadas por Córdoba en relación con el canje humanitario con las FARC. La senadora colombiana nunca reveló el monto que recibió de Venezuela, pero en esa oportunidad se denunció que los viajes por Europa, EEUU y Latinoamérica fueron financiados desde Venezuela. Según la senadora, el dinero que le giró Monómeros "tenía la estricta finalidad de respaldar la realización de eventos culturales y de opinión pública en solidaridad con el acuerdo humanitario, pues el Gobierno colombiano no ofreció ningún apoyo efectivo para ese costoso y complejo proceso".
Los reclamos
Las acusaciones por injerencia del gobierno de Chávez en política interna han recorrido todo el continente. El presidente del Congreso peruano, Javier Velásquez, denunció que en su país existe una intromisión del "chavismo" a favor de corrientes radicales de izquierda. "En mi país (el chavismo) tiene operadores que están socavando la democracia a través de movimientos disfrazados, como las casas del ALBA, que están teniendo injerencia en el ámbito político", afirmó Javier Velásquez en declaraciones que publicó el diario El Mercurio. El presidente peruano, Alan García, en varias ocasiones había denunciado al gobierno de Hugo Chávez de financiar a grupos radicales peruanos. En particular ha señalado que las Casas del ALBA "son lugares de reunión para grupos de izquierda radical y cocaleros que en muchos casos tienen vínculos con grupos violentos, aunque teóricamente las Casas del ALBA trabajan en programas de acción social y humanitaria".
El informe anual que hace para el Senado el Gobierno de EEUU, dedica gran atención al caso de Venezuela. El informe indica que: "Inspirados y apoyados por Venezuela y Cuba, los líderes de Bolivia, Nicaragua y, de forma más vacilante, Ecuador, están persiguiendo agendas que cortan los límites al poder presidencial, buscan prolongar mandatos presidenciales, debilitan los medios de comunicación y libertades civiles y ponen el énfasis en el nacionalismo económico a expensas de la economía de mercado".
Afirma el informe que el presidente venezolano, Hugo Chávez, "seguirá buscando unir Latinoamérica bajo su liderazgo, en una agenda radical de izquierda y antiestadounidense y a contemplar a Cuba como aliado ideológico clave".
En El Salvador se han producido enfrentamientos diplomáticos debido al apoyo por la vía de suministro de combustible a precios preferenciales a las alcaldías que domina el Frente Farabundo Martí. Asimismo ha sido denunciado el apoyo electoral que ha recibido esa organización política desde Venezuela. Venezuela comenzó a tener problemas con el Gobierno de El Salvador desde 2001, luego de que el Gobierno acusase a tropas venezolanas que asistían a damnificados del terremoto en Comasagua de hacer adoctrinamiento político.
En Bolivia, el Senado, controlado por la oposición, emitió en septiembre de 2007 una resolución para exigir a Morales que protestara por la "injerencia" de Chávez en los asuntos internos del país debido a un discurso pronunciado por Chávez en Cuba donde amenazaba con una intervención militar si Evo Morales era derrocado. La amenaza de intervención militar se repitió en septiembte de 2008. Esta vez, fue el comandante de las Fuerzas Armadas de Bolivia, general Luis Trigo, quien rechazó la injerencia venezolana.
Las agresiones verbales en contra del gobierno de Álvaro Uribe y la "oligarquía colombiana" han sido una constante en las relaciones bilaterales. Pero a partir del ataque al campamento de las FARC en Ecuador y la reacción venezolana de movilizar tropas a la frontera, llevaron el conflicto al terreno de los hechos. El gobierno de Uribe ha estado recabando pruebas de la vinculación de Hugo Chávez con las FARC a fin de llevar el caso a instancias internacionales; sin embargo, la dependencia económica que existe entre los dos países y los acuerdos logrados en la OEA permitieron distender las acciones colombianas en contra de Venezuela momentáneamente.
folivares@eluniversal.com
Francisco Olivares
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.