REFLEXIONES SOBRE EL REFERENDUM DEL 2 DE DICIEMBRE
POR: DR. ALVARO F. ALBORNOZ P.
Este 2 de diciembre de 2007 se llevó a cabo en Venezuela un hecho contra natura e imposible de tramitar en un verdadero Estado de Derecho. Los venezolanos fuimos sometidos al dilema de escoger entre votar o no votar en un referéndum para aprobar una supuesta Reforma de la Constitución que violaba los derechos humanos, que vulneraba los elementos básicos de la democracia y que alteraba totalmente los principios fundamentales de la actual Constitución. Se trataba de una reforma que fue calificada de "moralmente inaceptable" por la Iglesia Católica, y de "herejía" por la Iglesia Evangélica; y que desde el punto de vista jurídico constituía un adefesio normativo o un bodrio constitucional. Por lo que nunca se debió dar curso a este proceso de reforma ya que era claramente violatorio de la actual Constitución y violatorio de la dignidad humana. Sin embargo, por la ausencia de Estado de Derecho en Venezuela y por la inexistencia del principio de separación de poderes, se le dio curso a este atropello impulsado por las cabezas de todos los poderes públicos sin ningún tipo de consideraciones éticas ni mucho menos jurídicas, al punto de declarar "improponibles" legítimos Recursos de Inconstitucionalidad que se habían interpuesto ante la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia. Es así, como con un Consejo Nacional Electoral absolutamente parcializado y sesgado por la posición del gobierno, se convocó a este Referéndum Inconstitucional, con un ventajismo oficial abusivo y amparado por la inactividad de los otros poderes que incumplían con sus obligaciones constitucionales y legales.
Ante este panorama, los venezolanos se debatían entre ir a participar en un proceso viciado e irrito o abstenerse de hacerlo bajo el argumento de no convalidar o no darle legitimidad a una reforma violadora de la propia Constitución y bajo la certeza del fraude electoral. Las dos posiciones absolutamente legítimas y democráticas tenían un común denominador: su RECHAZO a la mal llamada reforma.
El día decisivo prácticamente la mitad del electorado acudió a votar y la otra mitad se abstuvo de hacerlo. Es así, como a pesar del ventajismo oficial y a pesar de que el CNE funciona como una oficina electoral del gobierno, se impuso la opción del "NO", es decir, del rechazo a la reforma, que es el sentimiento mayoritario de la población venezolana.
En este referéndum, tomando en consideración las cifras oficiales y dando por ciertos los resultados de elecciones pasadas, se puede deducir que la abstención provino principalmente de los votantes del chavismo, ya que la oposición obtuvo más o menos la misma votación que le ha venido atribuyendo el CNE en todas las elecciones y en cambio a el gobierno le faltaron tres millones de votos que no concurrieron al acto de votación. Y es ahí, donde no se pudo consolidar el fraude y la trampa electoral, ya que al no contar con su gente triple cedulada no pudieron concretar la vulneración de la voluntad popular.
En definitiva, y no obstante de todas las graves irregularidades propiciadas por el ente electoral, se obtuvo un triunfo para Venezuela, para la democracia, a pesar de la evidente molestia de la rectora Tibisay Lucena, quien ya no podrá ser Vicepresidenta de la República.
Fue una DERROTA para el odio, para la división, para el comunismo, para Fidel Castro, para el atropello, para el abuso de poder, para la corrupción desmedida, para la mentira, para el cinismo y para este proyecto hegemónico antidemocrático.
El resultado electoral fue un TRIUNFO de la Venezuela decente, de la Venezuela progresista y libertaria, de los que queremos un futuro promisorio para nuestros hijos, de los que amamos la libertad y creemos en la democracia como mejor sistema de vida.
Todo lo sucedido debe darnos ánimo para seguir luchando y no desmayar en la búsqueda del reestablecimiento del Estado de Derecho.
Los ciudadanos nos sentimos reconfortados y felices de este gran logro propiciado e impulsado por nuestros heroicos ESTUDIANTES quienes se merecen nuestra admiración y sonoros aplausos por su gesta en beneficio de todos.
De ahora en adelante, nos debemos preparar para los eventos venideros y consolidar la UNIDAD de los sectores democráticos para poder alcanzar la paz total y la felicidad de nuestro pueblo a través de la implantación de una verdadera justicia social, que incluya a todos en un proyecto común de bienestar general.
No es hora de más divisiones, no es hora de reproches, no es hora de buscar culpables, es hora de la reconciliación, es hora de la unidad.
Sigamos adelante con la mirada fija en ese horizonte de democracia verdadera y saquemos a Venezuela del caos y la desesperanza. Nuestra Patria se lo merece!.
Dr. Alvaro F. Albornoz P.
Doctor en Derecho Constitucional
Profesor Universitario
dr.alvaroalbornoz@gmail.com
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