Dictadores, autócratas, títeres, demócratas,
militares, civiles, autodidactas y estadistas han comandado las riendas de
Venezuela. Gracias a ellos hemos tenido gobiernos malos, regulares y buenos,
pero nada como el régimen de ahora, ¡lo peor de lo peor!
El oscuro periodo que
vivimos se inició con un iluminado, que rápidamente transformó lo que parecía
osadía en una “gigantesca” traición a la patria. El problema era su ignorancia
sobre la función de estado y su condición de títere, que cumplía el plan trazado
desde el Foro de Sao Paolo… el que prometió una nueva independencia,
rápidamente se entregó en manos del sátrapa que admiraba.
Su gestión se
convirtió en un circo barato, reducida a discursos, desplantes, desprecio al
disidente, promesas, chantajes, limosnas, insultos, expropiaciones y
agresiones. Un coctel que condujo inexorablemente a la catástrofe que hoy
padecemos.
El desolador
espectáculo contó con un buen reparto, el payaso tenía dotes histriónicas y se
rodeó de enanos. Fue aplaudido por los países que se beneficiaban del petróleo
y por todos aquellos que vieron en él la oportunidad de vengarse de quienes
suponían responsables de su pobreza: el Imperio o la iniciativa privada…
olvidando que éramos uno de los países latinoamericanos con mayor estabilidad y
permeabilidad social.
Mientras se
retransmitía el interminable show, los enchufados, los narco-soles, los que
promocionan el terrorismo islámico y los corruptos, se apresuraban a adelantar
sus fichas y a tomar su “tajada”. Con un pase de mago de pueblo, lograron
desaparecer la mayor fortuna que haya ingresado en toda la historia de
Venezuela, que por arte de magia, se encontró depositada en las cuentas
extranjeras de funcionarios, amigos y parientes.
Los ineptos fueron
promovidos para ocupar cargos públicos. Ministros, gobernadores jueces,
fiscales, directores y presidentes de empresas del Estado, responsables de
divisas, aduanas, fronteras y un largo etcétera con Maduro a la cabeza, son los
responsables de la insensatez lograda: ruina, inseguridad y escasez.
Personifican lo
expresado por el escritor francés Víctor Hugo: “Es extraña la ligereza con que
los malvados creen que todo les saldrá bien”.
Recordemos la
afirmación de Jesse Chacón: “Si en 100 días no logramos los objetivos
planteados, pongo mi renuncia”, o a Iris Valera prometiendo renovar en tres
años la planta física penitenciaria. A la “mini canciller” dirigiendo la
diplomacia venezolana por Twitter, un puesto donde la insensatez no basta para
ocupar eficazmente una función.
Nos debemos olvidar
la “gran labor” de Ramírez a la cabeza de Pdvsa, con sus desastrosos resultados
para la industria, sin hablar de la corrupción, de los containers de comida
podrida y de las cuentas millonarias en el extranjero.
Pero no bastó con
seleccionar incapaces, tuvieron encima que rodearse de lacras, de narcos,
guerrilleros y terroristas, de gente mala y sin escrúpulos, habitada por el
odio, la venganza. Me aconsejaron no publicar nombres ¿Pero no hacerlo de que
serviría?
¿Tiene razón o no
Leamsy Salazar, quien era el jefe de seguridad de Cabello, cuando señala al
Presidente de la Asamblea Nacional, como el capo del cartel de los Soles o
cuando implica a Tareck el Aissami, gobernador del estado Aragua y relacionado
con redes islámicas, o a José David Cabello, superintendente del Seniat,
ministro de Industria y hermanito de Diosdado? Salazar señala también, como
instancia para el lavado de dinero, a la petrolera nacional.
Recordemos algunos
amigos y secuaces: Eladio Aponte, ex jefe de la Sala Penal del Tribunal Supremo,
quien huyó a Estados Unidos como testigo protegido, a su gran amigo Makled
alias “El Turco”, empresario venezolano hoy en día preso por narco. Dueño de la
aerolínea Aeropostal, de Transgar, empresa aduanera y de transporte así como la
concesión del puerto de Puerto Cabello, la cual reconoció haberla obtenido
gracias a sobornos a altos funcionarios del gobierno, entre ellos Acosta
Carlez, para la época gobernador del Estado Carabobo.
El régimen cuenta con
“joyitas” como Hugo Carvajal, durante mucho tiempo jefe de la Dirección de
Inteligencia Militar, con Freddy Bernal, la primera comandante o Jaua, quienes
poseen un prontuario como currículo.
Un pensamiento para
los francotiradores del puente Llaguno, autores de una masacre oficial o para
el portugués João de Gouveia responsable por el asesinato de varios
manifestantes opositores reunidos en la plaza Altamira, héroes bolivarianos del
siglo XXI.
Posee también su
inefable cuota de cínicos, quienes salen en coro defendiendo los desaguisados
jurídicos del régimen, por aquello de “miente que algo queda”, Aristóbulo,
Saab, Arreaza, Rodríguez y Padrino, entre muchos otros, se igualan a su mejor
representante Mario Silva.
Una lista tan larga
imposible de resumir. Mención especial merecen un grupo de mujeres con mucho
“talento” según la opinión del partido rojo. La tarifada Eva Golinger o las que
se llevan la palma del servilismo Tibisay, las Luisas, Iris Valera y la recién
llegada al Panteón de la Vergüenza Nacional, la juez Susana Barreiros.
Personifican los más
bajo de un ser humano. Como diría el retórico romano Juvenal, “Nadie se hizo
perverso súbitamente”. Un mal gobierno es igual a una mala causa, será
defendida por medios oscuros y por gente mala.
Asqueado por el
comportamiento de esta escoria, buscaba comprensión en la lectura,
encontrándome con el personaje bíblico de Jezabel, a quien el rey israelita
eligió como esposa, a causa de ella la nación se sumió en la idolatría, la
brujería y la inmoralidad.
“La verdad ninguno
fue como Acab, que se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová; porque
Jezabel su mujer lo incitaba.” (1 Reyes 21:25). Al final se cumplió la
profecía, ella fue arrojada desde el palacio, pisoteada por caballos y su
cuerpo despedazado por los perros. Este final recuerda que los que siembran
maldad, serán alcanzados por el juicio de sus acciones.
Alterar la base
poblacional de algunos municipios para obtener más diputados en circuitos
despoblados que controla el gobierno. Acudir a sentencias sumisas para
inhabilitar demócratas, violar normas constitucionales porque la Corte Suprema
es una oficina del Ejecutivo, son algunas medidas de los rojos para usurpar el
poder.
La presencia
castrista en las estructuras de seguridad nacional, la palabra oficial
utilizada como arma para amenazar, insultar y calumniar. La impunidad de que
gozan los corruptos del gobierno, la destrucción de la producción nacional y de
puestos de empleo, la desaparición de poderes independientes, base de la vida
democrática, son los mecanismos que utiliza el sistema autocrático instalado en
Venezuela.
El Salmo 36, “Dios
Habla Hoy” debería ser una advertencia. David, servidor del Señor, alerta sobre
la maldad que habita en lo íntimo del corazón, que impide el temor de Dios.
Previene al que se cree tan digno de alabanzas, que no encuentra odiosa su
maldad y al que aferrado al mal camino no renuncia a él.
En Venezuela peligran la libertad y el futuro de todos. En los años 1700, el irlandés Edmund Burke afirmó, “Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada”.
Tomar partido o
permanecer indiferente es una decisión personal, pero no sin consecuencias, una
posición nos humaniza, la otra nos acerca a la bestia.
Nelson Castellano-Hernandez
nelsoncastellano@hotmail.com
@nelcasher
Venezuela-Futura, Francia
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