Para
contestar a quienes me escriben sobre este posible escenario de no elecciones y
dictadura radical escribo estas reflexiones, sobre lo descabellado que pueda ser,
pero no por eso un escenario imposible. En 1978 Uslar Pietri profetizó que el
futuro de Venezuela y de buena parte de América Latina sería el Eurocomunismo.
¿Por qué? En principio, porque “El populismo va a enterrar la democracia”,
segundo porque el venezolano está siendo “adoctrinado en el marxismo” y en
tercer lugar, porque la Socialdemocracia ha sido asaltada por los comunistas en
buena parte del planeta y por eso en Venezuela: “la Socialdemocracia siempre
fue marxista”.
Por
eso Chávez -quien fue parte de esta misma historia, pero en las FFAA- “nunca
mintió” cuando terminó diciendo clarito que “Soy Marxista” y tampoco mintió
cuando amenazó con el escenario cero, es decir, cuando agotada la vía
electoral, hubiera que proceder a la vía violenta para garantizar la
continuidad de la revolución.
Y
aquí es necesario volver a Uslar Pietri en 1978 como si fuera una visión sobre
nuestro futuro: “es imposible realizar una revolución sin provocar un Estado de
Excepción o de emergencia, sin crear una situación dictatorial”. Agotada la vía
electoral no queda más remedio que “imponer una autoridad incontrastable, una
dictadura férrea que imponga la formula de gobierno por encima y contra todos
los que no estén de acuerdo” porque “es imposible operar un hombre despierto,
hay que dormirlo (..) las revoluciones profundas solo se pueden lograr (..) con
la anestesia profunda de una dictadura de hierro”.
He
aquí lo que muchos me comentan y sospechan hoy aterrorizados. La condena a casi
14 años de Leopoldo López, el encarcelamiento y persecución de los lideres ‘no
alineados’, y peor aún, la conducta de guapo de barrio, frente al repudio
mundial, mientras los últimos grandes medios libres son impulsados al cierre,
son la mayor señal de alerta de que al gobierno le importa muy poco lo que
pueda pasar de cara al futuro.
Cuando
ya el Estado de Excepción está a lo largo y ancho de 2.200 kilómetros de
fronteras en Colombia, la frontera de Guyana esta militarizada y prácticamente
cerrada, mientras el gobierno inspecciona miles de embarcaciones privadas y
sostiene que solo 9% tienen permiso (que se entiende por zarpe) así como hace
lo mismo con los aviones privados mientras crea un esquema de “Cielo Soberano”
que en la practica, significa cierre o control de aeropuertos privados, es para
helarle la sangre al mas pintado. A Venezuela, que apenas tiene uno de los
cuatro asientos de aerolíneas con las que contaba y dolarizados, la están
cerrando por los cuatro costados, ‘a piedra y lodo’ a la vista indiferente de
todos.
En
este escenario de cero elecciones, hipotéticamente el gobierno no puede
terminar de caer ante los ojos del planeta que aun lo considera “mayoría” (ver
carta de Almagro) atacando “minorías” opositoras. El gobierno, de darse el
escenario electoral, quedaría debilitado gravemente cuando con el 60% de los
votos en contra, gane la mayoría simple de los curules. Dejaría de una vez y
para siempre de decir que “actúa en nombre de la mayoría”, quedaría evidenciada
la trampa electoral, le seria imposible debilitar más la Constitución liberal
con leyes habilitantes y para colmo, enfrentaría los inevitables y mayoritarios
referendos revocatorios y abrogatorios, sin dejar de tomar en cuenta que su
mayor problema no es ganar o perder las elecciones, sino sobrevivir a su peor
año económico, que será 2016. De allí que muchos sospechen, con o sin razón,
que están acariciando la idea de la ‘locura final’ y el ‘gran salto adelante’.
En
este escenario de cero elecciones, hipotéticamente los pocos que acarician la
idea trabajan con la premisa de negociar desde una posición de fuerza con
Estados Unidos en alianza con Cuba, buscan la ayuda de China y piensan que
comprando aviones y más aparatos militares a Putin conseguirá su respaldo,
mientras se concreta su ayuda en Europa a través de Grecia, Portugal, España
(Iglesias) y el admirador de Marx en el Reino Unido. ¿Qué tan factible es este
escenario? Los pocos que en su insania mental acarician la idea, aunque sea un
sueño, piensan aún que están a mediados del siglo pasado. Pero las
repercusiones económicas serían sencillamente catastróficas, hablaríamos de que
los acreedores de $180 millardos entrarían en pánico inmediato, los fondos
buitre se adueñarían de los pedazos que queden de todo activo en el exterior,
los barcos con petróleo serian embargados, el acceso crediticio –incluido el
chino- sería cerrado, el bloqueo económico directo conllevaría a una perdida
gigante del PIB, la parálisis industrial sería absoluta y el hambre, una
realidad solo vista en el periodo especial de Cuba.
Desde
el punto de vista internacional, estaríamos ante el mayor golpe a la Política
Exterior de Obama quien logró que el último reducto dictatorial comenzara su
modelo de apertura económica, mientras las FARC avanzan hacia el final de sus
setenta años de violencia, una vergüenza histórica difícil de aceptar para toda
la América. Pero peor ocurriría con sus socios ideológicos, es decir, los
mismos de Allende, quien creyó que la URSS lo apoyaría y salió golpeado: “por
la magnitud de las expectativas abrigadas (..) sobre bases simplistas marcadas
de idealismo” (Bitar 1996). China, que
busca desesperadamente la apertura económica total hacia Estados Unidos (Xi
Jinping Dixit) y que tiene un millón de millones invertidos en ese país, podría
renegar abiertamente de Venezuela y hasta se negaría a seguir financiando como
hizo con Allende, la “Europa soñada” será encabezada por las derechas de
Alemania y Francia, toda vez que Cameron arrasó e Iglesias será un aliado de
poco peso internacional en juego bipartidista español, mientras América Latina
se pronunciara en contra y masivamente con una izquierda desbastada, con
Rousseff destruida, Kirchner en sus cuarteles de invierno y el Caribe apoyando
a Guyana, mientras Putin sabe que meterse en Continente Americano, es darle luz
verde a Estados Unidos de embestir con su sueño de escudo nuclear europeo y
romper para siempre el precario balance de fuerzas que aún sostiene el
vapuleado orgullo nacionalista ruso.
Si
bien Maduro llegó al ‘limite revolucionario’ del que habla Uslar Pietri, en el
cual ya no tendrían más remedio que patear la mesa, el tiempo histórico para
hacerlo pasó. Acometer el escenario cero, en el Continente Americano, fue como
lo expresó el KGB en la época de Allende “una locura” porque “no entendieron la
correlación de fuerzas”. Hacerlo en el siglo XXI, en la era del petróleo barato
es simplemente imbécil. Vistos los resultados, culminaría rápidamente con una
negociación entre las fuerzas militares y llevaría al alto chavismo directo a
la Corte Penal Internacional.
Por
eso, aunque la estrechez mental de los irracionales lo haga factible, es
difícil que se lleve a cabo la tesis que muchos suscriben y que muchos están
temiendo.
Thays Peñalver
thays.penalver@me.com
@thayspenalver
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