Tres
datos de encuestas: los ciudadanos están dispuestos a votar masivamente; lo
harán por los candidatos de opositores (a pesar de las reservas, no les
importan demasiado los nombres); y quieren que Nicolás Maduro se vaya pronto
(es decir, antes de 2019).
La
mayoría rechaza a Maduro. Quiere votar; pero, en general no para llevar a
fulano o mengano a la Asamblea, ni para aprobar ésta o aquella ley. No. Quiere
votar para que el régimen ahueque el ala. Los ciudadanos no parecen querer
colaboración o convivencia sobre la base de la continuidad del régimen actual:
quieren su reemplazo. Esta visión no implica el aplastamiento del chavismo o la
idea de reproducir la exclusión que éste ejecuta; lo que se plantea es que bajo
la prevalencia de valores y liderazgo democráticos, se construya un acuerdo
nacional para la transición en marcha.
Se
exige de la ruta electoral que responda dos preguntas: ¿hasta cuándo? ¿Cómo
salimos de esto? Tal parece que la mayoría de los electores no ha comprado la
tesis de deleitarse viendo cómo una potencial mayoría opositora legisla e
integra comisiones parlamentarias. Más bien el ánimo del electorado es
aprovechar cualquier resquicio, sea la protesta en la calle, el abucheo, las
colas en los automercados o en las mesas electorales para eyectar a los que
mandan.
En la
Encuesta de IVAD (Agosto 2015) sobre los mecanismos constitucionales para
resolver la situación actual, el 41.3% está porque “Nicolás Maduro renuncie de
inmediato y se convoquen a nuevas elecciones”, el 26.8% está por “Esperar
elecciones parlamentarias del 6 de diciembre para provocar los cambios desde la
Asamblea Nacional”, mientras que sólo el 19.6% está de acuerdo con “Esperar
hasta el 2019 y que Nicolás Maduro concluya su mandato presidencial”. En cuanto
a la preferencia de voto para el 6-D, la oposición tiene el 57.9% y el gobierno
apenas el 19.3%. Es bastante obvia la correlación entre votar por la oposición
y querer que el régimen se vaya cuanto antes. Para el 68.3% “El Gobierno no es
democrático y se está convirtiendo en una dictadura”, mientras que sólo para el
28.1% “El Gobierno si es democrático”.
En
2014 “la salida” planteó la tesis, hoy mayoritaria, del régimen como dictadura
y la necesidad de la renuncia de Maduro. Esas tesis hoy gobiernan la ruta
electoral. El 6-D puede ser el punto de inflexión, incluso mediante acuerdos
con sectores del chavismo.
Es
posible que ni el fraude en marcha ni la suspensión de las elecciones eviten lo
que está inscrito en la voluntad nacional: la salida constitucional del
régimen.
Carlos
Blanco G.
@carlosblancog
.
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