Vientos encontrados y hábiles marinos sortean
las dificultades. El coraje y la intrepidez desafían los malos tiempos. Y el
mal tiempo se disipa y la navegación sigue el rumbo para llegar al destino de
la encomienda. Gallarda la embarcación avanza al punto franco de la lucha con
la tripulación de la libertad, la convivencia y la paz de nuestra Venezuela de
la libertad continental.
Todos a salvo y cumplido el cometido. Los
marinos saben capear las tempestades y en unión superar los malos momentos
porque tienen la templanza del espíritu de la reciedumbre. Son avezados los
marinos, más cuando en la navegación el cielo anuncia tormenta. Vamos con fe
-dicen al unísono- toda la tripulación y el pasaje de la libertad. La libertad
es unidad nacional en la calle. El puerto espera y la multitud avanza con el
espíritu unitario que privilegia las inquietudes que no cesan en las calles
donde el tricolor nacional siete estrellas es la insignia de la gloria. Las
calles de Venezuela convocan las marchas de la democracia que vibra en la
conciencia de la historia republicana. En las calles decidimos.
En todas latitudes la decisión está tomada.
Libertad y democracia marchan sin desviaciones ni alteraciones de la civilidad.
Hay un pueblo que abrió horizontes de gloria en el tiempo y ahora está en el
mismo camino de su historia aleccionadora. Somos los venezolanos de este tiempo
los que tenemos en nuestras manos el destino de la libertad que nos legaron los
héroes de la independencia.
Qué inmensa es nuestra Venezuela en los momentos
de dificultades. Cómo se agiganta un pueblo que nació para ser libre cuando se
pretende torcer el curso de la historia de su destino republicano. Nadie
destruirá la gran nación de la libertad continental. Se trata nada más y nada
menos que de Venezuela con una juventud que estudia y lucha. Con sus
trabajadores en afanoso empeño de transformación. Y con la fortaleza vibrante
de la mujer venezolana que levanta su tricolor nacional siete estrellas con
espíritu unitario de expresión inequívoca de soberanía.
Entonces, es ahora y no después. Es ahora
cuando el llamado de la patria irrumpe en ventolera que abraza caminos y
veredas a lo largo y ancho de nuestra geografía, lo que no deja lugar a dudas
“Gloria al Bravo Pueblo”. Es en ello el llamado estudiantil que convoca al
pueblo en general con el sentimiento nacional en preservación de la libertad de
Venezuela.
Esta es la actitud soberana que no acepta
desviaciones ni actitudes vacilantes porque se corresponde con el ideario de un
pueblo que lucha y defiende la democracia como sistema de gobierno. La
situación general por la que atraviesa el país demanda el accionar del pueblo en la calle en la vigencia del
sistema de libertades públicas Esa lucha conlleva la decisión de los
venezolanos de un gobierno eminentemente democrático, por lo que la realidad es
inocultable: crece el repudio al régimen totalitario y avanza el sentimiento
general de libertad y democracia. Con la fuerza sin límites del viento el grito
de Venezuela libre retumba en el alma de millones de hombres y mujeres. Son los
venezolanos que deciden con su determinación soberana el destino democrático de
la patria que los vio nacer.
Esta es la nación donde la libertad abrió caminos en el trajinar de la historia en el tiempo. La libertad sin intermediarios, solo en la razón y la voluntad de los venezolanos.
Rafael Bello
bello.rafael@yahoo.es
@unidadylagente
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