“La gloria no es mandar sino ejercitar grandes virtudes”. Simón Bolívar
Hijo
de un histórico matrimonio de maestros del pueblo, Isabelita y Alberto,
obviamente, Alberto de Jesús Itanare, nació en El Tigre, el 6 de septiembre de
1952. Inició sus estudios en el kínder del colegio San Antonio, los primeros 3
años de la primaria, los hizo en el Grupo Escolar Estado Trujillo y de esa
etapa recuerda con especial cariño a la maestra Cecilia Salinas. El resto de la
primaria la realizó en el Instituto Simón Bolívar, cuyos propietarios eran los
maestros, Félix y Paquita, cuando la sede estaba ubicada, frente a la primera
plaza Bolívar (Simón Rodríguez), en el Casco Viejo. En el año 1964, ingresó al
recién creado liceo José Rafael Revenga, el cual inició actividades académicas,
en la tercera carrera norte, bajo la dirección del Prof. Luís Villarroel y la
sub-dirección del Prof. Silvino López, dónde concluyó los 3 primeros años del
bachillerato, para la época, el ciclo básico común. Era otro pensum de
estudio.
CNEL. EJ. ALBERTO DE JESÚS ITANARE GARCÍA |
En el
liceo Gral. Pedro Briceño Méndez, que dirigía para la época el Prof. José
Antonio Arias Reyes, concluyó el bachillerato – mención humanidades – y durante
ese tiempo, sus amigos, que habían ingresado a la Escuela Militar, Efrén Díaz,
Manuel Guevara y Orlando Luna, lo entusiasmaron, para que se alistara en las
Fuerzas Armadas. En lo que estaba por concluir el bachillerato, un fin de
semana, inventó una excusa a sus padres, para viajar a Caracas y, sin su
conocimiento, presentar las pruebas de admisión en la Escuela Militar. El lunes
se presentó en la prevención de Conejo Blanco – Fuerte Tiuna – haciendo pareja
con otro joven, que él, imaginó, andaba en el mismo plan. El soldado de guardia
preguntó que querían y ellos respondieron “Venimos a presentar la prueba para
aspirar a Cadete” ¡Sorpresa! Habían finalizado el viernes. El que no sabe es
como el que no ve.
En
ese momento, llegaba un oficial, que presenció la conversación y les preguntó
de dónde provenían. Alberto respondió de El Tigre y el otro de San Cristóbal.
El recién llegado, era nada más y nada menos, que el Coronel Vincencio
Colmenares Peraza, Sub director de Escuela militar, quien dijo en voz alta
“Estos jóvenes vienen de muy lejos, no deben perder el viaje, hay que darle la
oportunidad y ordenó al Sargento Ventura Dumond, quien los atendía, para que
procediera inmediatamente, a tramitar lo conducente y aplicarle los exámenes
por vía extraordinaria. Fueron 4 días de pruebas: Examen médico, sicotécnico,
físico, conocimientos y el viernes la entrevista final, dónde les dijeron. En
agosto, les avisamos o se enteran por la lista de los aspirantes a Cadete, que
saldrá en el diario El Nacional. El padre de Alberto, compraba El Nacional,
todos los días y en lo que arrancó agosto, Alberto Jr. Le metía el ojo cuando
el padre lo leía y un día vio su nombre entre los aprobados ¡Bingo! A nadie le
falta Dios.
El
joven le contó al padre (Alberto) la audacia y este llamó a la mamá (Isabelita)
para enterarla y entonces, preguntaron ¿Quieres ir a la Escuela Militar? Y
respondió afirmativamente, pues entonces prepárese. El otro día llegó vía
AEROCAV el formato con la dotación requerida y el papeleo necesario, dónde
exigían una declaración notariada de apoliticismo – Las Fuerzas Armadas eran
apolíticas y no deliberantes – y un tutor que viviera en Caracas, que resultó
Alfredo Ledezma, un tío de Aragua de Barcelona, que había emigrado a la
capital. El 6 de septiembre de 1970, se presentó con todo lo requerido e inicio
sus estudios. En febrero del año 1971, en el marco del Plan Andrés Bello, la
Escuela pasó a llamarse Academia Militar y, lo que más le sorprendió en las
aulas, fue ver clases con los profesores, autores de los libros con los cuales
había estudiado en bachillerato. Ej. Alejandro Irazábal, autor del libro de
Química, Boris Bossio Vivas, autor de los libros de Matemática y física, José
Aguana Figuera Y el Padre Montaner. En
el lenguaje coloquial unas caja de machete.
El 5
de julio de 1974, en el puesto 18 de 127
graduando, formó parte de la promoción, que llevó el nombre del prócer Ignacio
Pulido, ostentando el grado militar de sub teniente y el título de Licenciado
en Artes y Ciencias Militares. Le tocó trabajar en Trujillo, La Victoria, Coro,
Cumaná y Caracas. Los ascensos hasta el grado de Coronel, fueron puntuales,
hasta que en el año 1984, cuando llegó la fecha del ascenso a General y con el
“inocente” argumento de que no había plaza, le intentaron retardar el merecido
ascenso y exigió su baja. La dignidad y el respeto por sí mismo, valen más que
un grado militar. En el tiempo como militar activo, cursó y aprobó en el IESA,
el Programa de Avanzado de Gerencia y formó parte de la estudiantina de la
Academia Militar, cuyo director era, Domingo Moret Duque, fundador del Grupo
Raíces de Venezuela, dejando una huella indeleble de su pasó por el mundo
militar. Caminante no hay caminos se hace camino al andar.
Regresando
a los tiempos de estudiante de bachillerato en el liceo José Rafael Revenga,
recuerda que, de la mano del Profesor Hernán Gamboa, quien había llegado recién
graduado del Pedagógico y había fundado el programa de radio “La Voz Liceísta”
en La Voz de El Tigre, junto al recordado locutor Pedro Lugo Vílchez, recibió
las primeras luces como cuatrista, pero su verdadero tutor musical fue Esteban Rivera
(Estevita), quien formaba parte de Los Caribbean Boys. En esa época, surgieron
Los Reyes de la Gaita – sector norte – fundado por los hermanos Pablito y Osaril Gutiérrez,
Ramón Villegas, Roberto Rodríguez, Chumeco González, Pedro María Salazar, y los
hermanos Leal, que habían llegado de Maracaibo. Y, luego él, al lado de Alberto
Rodríguez, hijo del dueño de la histórica bodega La Tacita de Plata, Esteban
Rivera, Laureano Campos, Carlos Rodríguez, Marcos Ford y Pedrito Davies, fundó
el grupo de gaitas “Las Estrellas del Sur. Y en esa misma época nacieron Los
Tigres de la Gaita del cual formó parte Amancio Salazar. Eran los serenateros
del pueblo.
El
Cnel. Ej. Alberto Itanare, visitó la ciudad, con motivo del homenaje que se le
rindió a su Majestad el Cuatro, Sir Augusto Ramírez Gamboa, a quien unió
grandes lazos de amistad y el cual en vida, lo había invitado a participar en los actos conmemorativos de
los 60 años del liceo Pedro Briceño Méndez, dónde ejecutó como cuatrista
solista, un merengue, escrito por el Dr. Andrés Baena “Añoranza Guanipense”
y una parranda de su autoría “La Cuerda
Serenatera”. En la actualidad se desempeña como instructor musical en una
escuela de San Antonio de los Altos y forma parte de varias agrupaciones
musicales en la capital. Militar ®, educador y músico. No es importante, es
útil.
Esta
apretada síntesis de la virtuosa carrera de este hijo de El Tigre, la hacemos,
seguros de que, en ella se recoge una pequeña parte de la historia de la ciudad
y que puede servir como referencia, a los eximios cronistas, historiadores e
investigadores de nuestro rico pasado histórico, cuando decidan escribir la
verdadera y autentica historia de esta pequeña urbe, que nació al calor de la
industria petrolera, el 23 de febrero de 1933 y aspirando que, junto a
instituciones, personas y agrupaciones, que mencionamos, puedan ser
incorporados, al disco duro de nuestra memoria histórica ¡Vale la pena!
José “Cheo” Salazar
sjose307@gmail.com
@Cheotigre
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