Los 16 años de política exterior de los
gobierno chavistas han comprometido importantes intereses vitales de Venezuela.
En mi anterior artículo me referí al caso del Esequibo, y como Chávez y Maduro
cometieron intencionalmente graves errores, buscando congraciarse con el
Caricom, para lograr su apoyo en la defensa de la supuesta revolución en los
organismos internacionales. De manera irresponsable, no les importó arriesgar,
en varias oportunidades, la creación de
la figura de un Stoppel, pensando más en
el supuesto prestigio de Chávez como líder del Tercer Mundo que en la defensa
de los objetivos nacionales de Venezuela. Una política diferente ha sido la
diseñada y ejecutada con Colombia, pero lamentablemente igual de errática,
inconstante y entreguista. Un buen ejemplo fue la creación de las Zonas
Operativas de Defensa Integral, mediante el decreto presidencial 1787 del 26 de
mayo de 2015. Esa acción era imprescindible como respuesta a Guyana ante su
intransigente posición pero nunca debió aplicarse en el caso Colombia.
Haber tenido que rectificar el decreto
1787, ante los innumerables errores cometidos, es una ligereza injustificable.
Nicolás Maduro mantuvo en su alocución en la Asamblea Nacional que el decreto
número 1859 fija “todos los elementos constitucionales, legales y doctrinarios
para crear las Zonas Operativas de Defensa Integral”. No comparto esa posición.
En realidad considero que haber establecido unilateralmente unas coordenadas
que ratificaban el derecho de Venezuela a patrullar en una zona marítima determinada
para después, ante la protesta de Colombia y de Guyana, eliminarlas en un nuevo
decreto es un grave error que crea una expectativa de derechos en esos países sobre áreas en las
cuales Venezuela ha ejercido históricamente posesión. Justamente, un error
similar, aunque más grave, fue el cometido por el presidente Barco al enviar la
corbeta Caldas a patrullar aguas interiores venezolanas para después tener que
retirarla ante el ultimátum militar de
Venezuela, reconociendo de esa forma que eran aguas bajo nuestra plena
soberanía.
Esta forma
irresponsable de conducir nuestra política exterior ha sido una de las
características del régimen chavista. Tratemos de recordar algunos hechos para
darnos cuenta de la equivocada orientación de esta política. Apenas se inició
el gobierno de Chávez, en lugar de mantener la misma posición establecida por
Venezuela desde el inicio de la discusión sobre la delimitación de las áreas
marinas y submarinas en 1964, se dedicó a generar delicadas tensiones
diplomáticas con imprudentes e innecesarias declaraciones: “Venezuela es
neutral en el conflicto entre el gobierno de Colombia y las FARC”. Esa
inaceptable posición produjo un firme rechazo en toda la dirigencia democrática
colombiana. De manera inexplicable, en el año 2009, modificó esta actitud de
intransigencia ante Colombia al sostener que: "desde mi época de militar
activo tengo un criterio sobre ese tema alejado de posiciones extremistas. La
delimitación sobre el golfo de Venezuela hay que solucionarla, en su momento,
como tiene que resolverse un problema entre hermanos.
Decidido a
encontrarle una solución al diferendo, designó equivocadamente, en el año 2009, a nuestro embajador en
Colombia señor Pábel Rondón, como presidente de la Comisión Presidencial
Negociadora. De una manera sorprendente, se logró con gran rapidez el Acuerdo
Gómez-Rondón, el cual fue presentado ante los dos gobiernos. Esa posible
solución produjo la inmediata renuncia de dicha comisión del doctor Francisco
Nieves Croes, asesor de la Armada venezolana, quien criticó con firmeza el
acuerdo en los siguientes puntos: "se le han asignado a Colombia áreas
para las cuales carece de título jurídico, mientras que Venezuela los posee en
cantidad y calidad suficientes; se empleó para el trazado de la línea propuesta
un método denominado de la equidistancia
y línea media, que desde 1968 ha sido rechazado por Venezuela; se abandonó la
posición venezolana de la prolongación de la dirección general de la frontera
terrestre; y en conclusión, este acuerdo es aún más desfavorable para Venezuela
que la Hipótesis de Caraballeda “…
La firme y
patriótica posición de Francisco Nieves Croes le hizo ver a Hugo Chávez que la
firma de ese acuerdo generaría una
crisis interna de consecuencias
impredecibles. Su decisión fue superar dicho acuerdo designando una nueva
comisión constituida por Francisco Arias Cárrdenas, Orlando Maniglia y Gregorio
Flores. Esa comisión no se ha reunido ni siquiera en una oportunidad con su
homóloga colombiana. De allí que la canciller Holguin haya recordado en sus
declaraciones que: “la Comisión Presidencial Negociadora es la instancia
competente para negociar la delimitación de las áreas marinas y submarinas”.
Por eso pienso que esa nueva y única comisión con rango presidencial para
conducir los asuntos limítrofes no podrá intervenir de manera directa en los
casos de Guyana y Colombia, los cuales
se rigen por los acuerdos de Ginebra y San Pedro Alejandrino. En
definitiva, ni las filípicas patrioteras
de Maduro ni las injustas inhabilitaciones de líderes de la oposición, como
María Corina Machado y Enzo Scarano, incidirán en el resultado de las
elecciones parlamentarias. La derrota del chavismo es una realidad…
Fernando Ochoa Antich
fochoaantich@gmail.com
@FOchoaAntich
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