El otro gran consenso de la mano entre el chavismo “hard” de Maduro y el chavismo “light” hasta ahora expresado públicamente por Capriles, aunque pudiera ser un consenso en grupos operativos de la oposición. La coincidencia y acercamiento a Maduro no es juego de carritos, es compartir un país para que de alguna manera viva una transición política hacia un acuerdo tipo rentista -que esta vez no tendrá petróleo como sazón como antes, por la descapitalización de la industria petrolera- sin tener que ejecutar reformas que desvíen el país del régimen de rentismo absoluto que Chávez impuso.
LOS
INCENTIVOS RENTISTAS ENTRE EL GOBIERNO Y OPOSICIÓN
El
del Presidente, un régimen que encontró
aliento en la renuncia de grupos que operan
en la oposición, a la protesta de calle, un sitio natural para la acción
política en condiciones como las nuestras, pero que en Venezuela no forma parte
de la agenda política de la oposición; quizás cansados de tantas derrotas y
fracasos, generados al fallar en la
creación de una corporación política unida con objetivos comunes y una visión
moderna de la economía, alejada del rentismo que ambos chorros ideológicos
conforman. La idea original creada con la revolución de 1945 de toda la renta
del petróleo al fisco, y que ocurrió en 1975, cuando comenzó el proceso de
regresión petrolera hacia un determinado punto, un ocaso, como el que hoy
vivimos.
El
nuevo punto de encuentro lo ubicamos en un plano económico-institucional creado
para mantener el control de cambio, un territorio aparentemente neutro en
visión de lo económico tanto por el gobierno como en sectores de la
oposición, así como en los grupos de
interés, financieros y grupos mercantilistas alrededor de la importación de
alimentos e insumos para la agroindustria, quienes entre sí que no guardan
muchas diferencias con el gobierno al respecto. Como no queremos por ahora
analizar el mercado político bajo ese instrumental teórico económico de
selección pública y economía institucional, como economista me radicare
básicamente en lo económico.
La
integración rentista que resguarda los intereses de grupos, políticos,
financieros y mercantiles, se expresa con fuerza en el control de cambio, el
cual, entre otros, da vida al mercado del dólar off shore, servido por
instituciones ad hoc del sector financiero y grupos políticos mercantiles que se
benefician de las distorsiones cambiarias que alimentaron la dinámica –oferta-
de las operaciones off shore para todos lo que desean cambiar sus miles de
bolívares de papel sin valor impresos por el BCV para monetizar el colosal
déficit fiscal.
QUE
ES EL CONTROL DE CAMBIO: EL PETRÓLEO
Comencemos
por definir el control de cambio, de precios, para ser precisos, controles
ejercidos en un entorno económico petrolero, en el cual gobierno y oposición
comparten a grosso modo la dinámica rentista en diferentes estilos y formas,
aunque variantes del mismo rentismo, pese a que hoy, bajo condición es más
astringentes dada la caída de la renta del petróleo, tanto por caída de
producción como de precios. Cuyo reflejo rentista podemos observar más
directamente en la caída en la renta petrolera per cápita en 60 años, que pasó de 175 barriles per cápita
anual en 1960, a 30 barriles pe cápita en 2015. Expreso esa relación en sus
volúmenes para evitar ciertas distorsiones en los precios, y que nos proyectan
una enorme incertidumbre, dado que hoy hemos perdido socios con bolsillo
profundo y tecnología para quedarnos con otros con un fundamento en capital
y tecnología muy distintos, El
nacionalismo petróleo nos ha empobrecido, consecuencias no intencionadas,
bajo un proceso que arranca con la
revolución de 1945 y culmina con la revolución bolivariana del 2000, pese a la
corerccion histórica en los noventa, nos atrevimos a una apertura al capital
privado que prometia otra historia, pero para la cual habían grandes incentivos
fiscales, como efectivamente ocurrio. La política cobro sus bonos fiscales y a
los pocos anos, volvió por el petroleo.
Así
nos encontramos en un momento curioso bajo los términos de las economías de
esos hidrocarburos, dado que las reformas constitucionales de 1999 y leyes
establecieron unas curiosas y extrañas reglas de juego con derechos de
propiedad mutilados, en el funcionamiento de las empresas mixtas con
participación de capital petrolero internacional. Estas sociedades –en las
cuales PDVSA convierte capital en deuda por no cumplir con su participación de
capital, mantuvo la definición original en términos de derechos de promediad,
también conformarían el entorno de descapitalización causado por la
reconversión de la renta del petróleo –predominantemente- en renta fiscal,
dólares y bolívares. Habría que agregar así mismo aquellos esquemas
redistributivos de la renta petrolera, misiones y otros esquemas de reparto, junto a la
importación y distribución de alimentos e insumos que administrados desde PDVSA,
también configuraron, para tales efectos, puntos de encuentro entre ambos
karmas ideológicos. Hay muchos otros puntos de consenso que juegan más al nexo
político de la renta del petróleo que a una agenda de crecimiento económico.
En
el orden, convenios petroleros, China, Alba, Petrocaribe y otros, sumando la
liquidación de activos de PDVSA, con succión absoluta de la renta del petróleo
por el gobierno durante estos 16 años para agigantar el tamaño del Estado y
descapitalizar al sector privado nacional, para llevarlo a los actuales
volúmenes de una pesada y mórbida obesidad que se traga en chatarra cerca del
35% del PIB. A ello hay que restarle una industria petrolera convertida a una
participación del 8% del PIB (viniendo de 23% hace 16 años), para ejecutar un
conjunto de actividades económicas realizadas via gasto público por una serie
de fondos públicos, con flujo en divisas que han llevado, entre todos,
prácticamente a un estado de bancarrota petrolera que mencionamos arriba.
Aunque parezca incongruente, este esquema de agigantamiento del Estado, subyace
al consenso mencionado a todo lo largo del espectro político, y económico de
grupos de intereses mercantilistas. Son allí más los que comparten esa agenda
que otros grupos que lo rechazan,
Para
graficar en un solo número la calidad de lo que nos ocurre que pudiéramos con
razón denominar bancarrota, observemos como hoy, cada barril de exportación de
petróleo realizado a precios – muchas veces viles- dado descuentos, corrupción,
prestamos, regalos -Cuba y Petrocaribe-, un costoso pasivo comercial y
financiero con proveedores, contratistas y socios, en deuda financiera bancaria
-y documentada en bonos- de PDVSA y soberana. Es decir, una economía estatal, a
todo evento, en bancarrota, desde la infraestructura de la industria hidrocarburos y una inmensa parte de ese
capital destruido en empresas expropiadas, nacionalizadas, estatificadas,
confiscadas que hace 16 años, combinadas generaban un 29% del PIB, hoy reducidas
a un 4% que hoy comparten, excluyendo la industria de hidrocarburos.
EL
FINACIAMIENTO DE LA POLÍTICA: ECONOMÍA
Y CONTROL DE CAMBIO
Esos
boquetes han sido asistidos financieramente por al BCV apoyados en sus dos
últimas reformas que lo convirtieron en ‘banco de segundo piso’ para financiar
el gasto en bolívares de PDVSA, dado que no vende dólares al BCV, la cual
sobrepasa el millón de millones de
bolívares prestados por el BCV a PDVSA para tales efectos. En neto ello
significa que ese (1) barril al ser exportado estaría ya gravado en 1 1/3
barriles de petróleo que hay que producir para honrar deudas de todo tipo, de
PDVSA y el gobierno en divisas; es decir, finanzas atrapadas en una crisis
financiera. Ahora podrá conocer amigo lector porque el dólar paralelo no tiene
como detenerse, al menos que se eliminen los controles y se dé marcha a las
grandes reformas que nos conviertan en una economía normalmente capitalista.
Mientras tanto ese dólar paralelo es servido por el otro pilar del acuerdo
rentista entre políticos, financieros y mercaderes amparados en la escasez de
petrodólares.
Después
de este larga introducción, uno se pregunta si el control de cambio es control
para racionar “el cambio” –divisas- en un entorno de agotamiento de
petrodólares - 98% de reservas
internacionales- o tiene otros propósitos, dado que no tiene realmente sentido
como control de cambio, porque simplemente, no hay cambio –divisas- que
administrar ni racionar. ¿O sea si no hay divisas que “justifiquen” mantener el
control de cambio porque se permite su funcionamiento? Quienes temen un mercado libre con un bolívar plenamente
convertible? Quienes se interesan en levantar el fantasma del peligro cuando
mencionamos en eliminar los controles, si no hay dólares que compren los bolívares
que circulan en la banca privada y pública? Uno atina a extraer una curiosa
realidad donde como decíamos arriba, encontramos, sectores públicos y privados
financieros, políticos que distribuyen los dólares en el escaso mercado
cambiario e importadores que se reparten los escasos 8600 millones de dólares
resguardados por el gobierno para ser vendidos a 6.3 a esos grupos.
La
torta rentista es el subyacente del acuerdo político que vemos entre gobierno y
oposición, y grupos de intereses, independiente de los altercados estatutarios
que participan de las reglas de juego mencionadas. El control de cambio opera
como control político para el hombre de a pie, para emprendedores, para
aquellos que venden su propiedad inmobiliaria y otros activos reales para poder
escapar su ahorro para sus hijos, la revolcada clase media que no participa del
festín rentista que ha empobrecido a esta nación a un ritmo inédito con peligro cierto de conducirla a situaciones
críticas de ayuda humanitaria.
¿Y
EL CONTROL DE CAMBIO QUÉ?
Tiene
entonces racionalidad económica y monetaria el control de cambio? Ninguna, no
se controla lo que no hay y tampoco deja entrar lo que no podrá salir, así de
simple. Y si lo quiere ver en vivo y en directo, allí el dólar paralelo se
encarga de señalarlo, ningún dólar
mafioso, como erróneamente algunos señalan porque no cubren sus expectativas
que el paralelo caiga de precio, nada de eso, el dólar paralelo tiene subiendo
sin detenerse desde que Venezuela entró en crisis fiscal y de balanza de pagos
hacia finales del 2011.
El
dólar paralelo es el único dólar que tiene oferta libre, la que quien demanda
quiere y puede comprar, el dólar que todo el mundo quiere comprar, porque el
incendio de la hiperinflación vuelve
añicos el bolívar que no existe ni como depósito de valor ni como medio de
pago, porque el gobierno y el BCV lo envilecieron como lo hizo Lenin en Rusia
entre 10=920 y 1921 y como se desprende de sus indicadores e instrumentos de
análisis monetarios.
Y
para lo cual, partimos de las sencilla e intuitiva natural ecuación de cambio
que dice que la masa de dinero circulante tiene una relación estable con
precios y producción y que esa estabilidad la muestra su velocidad de
circulación, pues nada de eso está ocurriendo, la hiperinflación asemeja el
tren que viaja por la montaña a rusa donde uno no sabe si sube o baja o gira,
es simplemente vértigo (híper) inflacionario. Allí quedan muchas interrogantes
que hay que aclararle a la gente de a pie y muchos que van en limosinas.
PLAN
ECONÓMICO “CAPRILES” Y PORQUE MANTENER EL DÓLAR PARALELO
Importante
subyacente en "política cambiaria" del Plan presentado por uno de los
operadores de la oposición subyace otra devaluación al unificar el cambio, pero
sin eliminar el mayor costo, el control de cambio, algo así como no gratificar
con la zanahoria al burro después del garrotazo para que arree.
Explico
Al
devaluar -unificación cambiaria en Plan Capriles- se transfiere riqueza de
sectores industriales agropecuarios y hogares al sector que se beneficia del
control de cambio, el sector financiero, y los buscadores de renta asociados con el gobierno, toda una red de intereses que
domina la transición de una economía sin dólares al precio en el mercado
abierto, dólar paralelo. Esas transferencias de riqueza de gente/empresas al
sector financiero ira por cuenta del $ paralelo" q se mantiene al no
eliminarse el control e impedir la libre convertibilidad del bolívar, es claro
quienes se oponen y quienes favorecen la eternidad del control de cambio,
Así
el Plan Económico presentado por uno de los principales operadores de la
oposición lo lleva, quizás como consecuencia no intencionada, al de Maduro,
pero con una pequeña diferencia, la
unificación, la cual por cierto es un subterfugio a devaluación, porque la
unificación que tanto desean los que manejas esas finanzas, requieren su
zanahoria después del garrote. Pero curiosamente su plan afirma mantener a todo
costo el control de cambio, con lo cual, al parecer, no se pasearon por la mera
idea que la llegada a la Presidencia de alguien distinto a Maduro, los
fundamentos que subyacen a la escasez de divisas y las distorsiones en los
precios, escasez, inflación y el empobrecimiento y que comentamos arriba, no desaparecerán por arte de magia. No es un
corto plazo, sino algo que llego para
quedarse hasta cuando los políticos que vengan los más jóvenes vengan los
reformistas que Venezuela hoy grita.
¿COMO
OPERA EL CONTROL DE CAMBIO EN ESA JUNGLA DE INTERESES?
Hay
otras verdades que los operadores políticos no discuten con sus votantes. El
control de cambio es similar las puertas batientes de un bar, si se cierran
para salir, quedaran cerradas para
entrar es decir, si los dolaré no podrán salir, pues no entraran, sencillo,
pues.
¿Si
el control de cambio confina y limita la demanda por divisas únicamente a la
oferta de petrodólares –como esta expreso en los decretos que regulan el
control de cambio- y si estos –petrodólares- se agotan, como realmente ocurrió
por endeudamiento, descapitalización de
industria petrolera, irresponsabilidad fiscal y explosión de un déficit fiscal
causante hoy de la hiperinflación, incumplimiento y default de PDVSA a sus
pasivos con contratistas, proveedores, socios, qué sentido tiene entonces el
control de cambio, convertido en un torniquete
que asfixia la economía privada y las libertades económicas ? ¿Para control político sobre individuos y
empresas, como cien veces lo expreso Chávez y practica Maduro con la fuerza de
la represión? ¿Corrupción? ¿O como una
monstruosa restricción sobre las libertades economías y precarización de la
moneda y el crecimiento económico? ¿Para licuar los ahorros y el capital de la
gente y sus empresas como mecanismos para expansión inflacionaria fiscal?
¿Fundir el precio de los activos de la clase media, viviendas y empobrecerla?
Salgan a vender sus inmuebles y verán como el ahorro de década ha sido vuelto
añicos. ¿Porque la gente adquiere dólares en el mercado paralelo? ¿Es difícil en tender que la demanda por
dólares en el paralelo obedece a que el bolívar está destruido como depósito de
valor y hasta como medio de cambio? ¿Entonces cuál es la razón para prometer
continuar el control de cambio? ¿Acaso es ignorancia o interés particular?
Alexander
Guerrero
alexguerreroe@hotmail.com
@AlexGuerreroE
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