Lo que algunos teóricos han denominado la tercera escuela de
pensamiento, al explicar el desempeño de las instituciones democráticas, resaltan
los factores socio-culturales. En la República, Platón argumenta que los
gobiernos varían de las disposiciones del conjunto de los ciudadanos. Un poco
más reciente, los científicos sociales se han ocupado de la cultura política en
sus explicaciones de las variaciones de los sistemas públicos a nivel mundial.
El clásico moderno de esta aproximación es el estudio de la cultura cívica, de
Almond y Verba que trata de explicar las diferencias en los gobiernos
democráticos de los Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia, México, y Alemania, a
través del examen de las actitudes políticas y las orientaciones agrupadas bajo
la rúbrica de “cultura cívica”. Probablemente el ejemplo más celebre de la
tradición sociocultural del análisis político sigue siendo la Democracia en
América, de Alexis de Tocqueville. Quien resalta la conexión entre los más de
una sociedad y sus practicas políticas. Las asociaciones cívicas, nos señala:
por ejemplo refuerzan los “hábitos del corazón”, esenciales para las
instituciones democráticas estables y efectivas. Estos presupuestos junto a
otros aquí destacados, deben jugar un rol central en el necesario análisis que
debe promoverse en el debate de participación orgánica ciudadana en el contexto
actual.
En su profunda naturaleza de
no-apología, incluso como una exageración yenos de dramas y sentimientos viscerales
son los que realmente despuntan, que hace que los actores que deberian ser elementos
de la democracia, terminan actuando a
contravia de lo que se obligarían forjar, o lo esencial que los pueblos esperan
que transformen. Esto no es sobre intelectualizar o racionalizar. Es referente a
apreciar, que ente momento parecer haber cierta repugnancia en captar
expresiones elementales de su pretendido amor profundo (incluyendo la pérdida
casi inmediata y el subsiguiente reconocimiento del valor de lo perdido). Sus
escritos “de los teóricos de nuevo cuño”, nos rechinan como balbuceos de una
honda decepción al no entender que en su lógica, que ya los romanos,
establecieron aquello de "Nemo propiam
auditor turpitudinen alegans" (nadie puede alegar en su favor su
propia torpeza).
Una acotación
necesaria…
Quisiera desandar un corto tramo para señalar que después
de la Segunda Guerra Mundial se iniciaron una serie de excavaciones en la
Mesopotamia, también llamado el "creciente fértil" (recordemos lo de
las civilizaciones hidráulicas, ubicadas alrededor de los riveras) y de
ellas se descubrieron unas tablillas que evidenciaron la partida de
nacimiento de la democracia en las ciudades-estado sumerias, contrario a lo que
se nos había venido revelando sobre sus orígenes griegos. Es en esas
ciudades-estados (Herid es el primer asentamiento urbano verificado hacia el
4.500 a. C.; y Uruk será la primera ciudad-estado desarrollada entre el
3.500-3000 a. C.) dónde el pueblo todo y sin excepción se reunía en asamblea
general para discutir lo que hoy llamamos el programa, que en el caso de ellos,
era lo que comprometía cumplirse en el período establecido de una anualidad.
Una vez que se aprobaba, se incorporaba el tema para discutir quién de participantes
reunía las cualidades para dirigirlos a todos y llevar a cabo lo aprobado por
la Asamblea General. Una vez escogido al interlocutor adecuado, se pasaba a un
tercer punto, que era el de otorgarle el título de Ennis, Señor, por el período
de un año. Y eso se hizo así hasta que un genio, alertando sobre las amenazas externas de unos pueblos que
pretendían dominarlos mediante la acción de la guerra, logrando que se le aprobara la extensión del periodo con las mismas facultades
originarias. Y nace allí la vocación muy en boga de aferrarse en la prolongación
del mando y como parte sustancial la discusión del tiempo necesario para
acometer las obras requeridas por el pueblo, tomando en cuenta ya como categoría-concepto
lo que posteriormente se le ha llamado como "tiempo de ejercicio en el
cargo o período". En mis indagaciones he encontrado algunas pistas de eso
en un texto escrito por uno de los más famosos sumerólogos y traductor de las
tablillas de arcilla, dónde narra parte de lo que le intento y reseñar. Así que
en Lagash es una de las ciudades-estado en la que se puede encontrar los rasgos
de su presencia en las incruentas guerras incesantes con su vecina Umma,
conquistada por Eanatum, que la sometió al pago de tributos despojándolo de extensos
territorios (una especie de FMI y de la OTAN actuales), que incluso llegó a
enviar expediciones militares y comerciales al norte de Irán (viene a mi
memoria que toda incursión militar actual va acompañada de la incursión
comercial, y contempla incluso la fragmentación territorial del invadido y
vencido. ¿Fatalidad?
No en balde en la incursión en el pasado reciente a Irak,
las fuerzas militares allanaron, saquearon y robaron bajo la egida del Departamento
de Estado, los tesoros arqueológicos iraqueses). Pero estallan entonces los
conflictos internos, que esta vez van a escenificarse en los
enfrentamientos entre el Palacio-poder
político-militar y el Templo–poder de los sacerdotes, por la hegemonía
económica internamente de la ciudad, y prolongarán las guerras contra Umma lo que
les provocará una erosión y degradación frente el aumento de la presión social
de las clases privilegiadas sobre las humildes, incitando un interminable
conflicto al punto que se hizo insostenible, que llegó el momento en el que un
príncipe-gobernante, Urukagina, se vio forzado a realizar una serie de reformas
que tranquilizaron económicamente a la población menos favorecida, implantando
una serie de leyes que les protegían de los abusos. Así Urukagina origina desde
el poder la llamada primera revolución, ya que los principios sobre las cuales
basó su misión fueron los mismos de la ulterior europea: libertad, igualdad y
fraternidad. En este clima las poblaciones de origen semita que habitaban por
miles de años el norte de Sumeria, fueron absorbidas culturalmente en un
proceso de lento mestizaje, en una de sus ciudades, Kish, asomará un hombre de
origen humilde llamado Sargón que se hizo del poder en la ciudad sobre el año
2.300 a. C., ante la debilidad de los sumerios por sus guerras internas (se especula
que producto de esas conflagraciones, el sacerdote sumerio de la ciudad de ur.,
Abram, llamado luego Abraham, partirá en busca de la tierra prometida,
conservando la tradición religiosa y llevando en su adarga el concepto sagrado
de los sumerios de ser "primer pueblo elegido", esta vez, en sus
manos, como precepto de allí en adelante se le atribuyó y denominó al pueblo
hebreo). Sargón se instalará en Akkad pasando a conquistar toda la Mesopotamia,
creando un imperio desde el Mar Arábico hasta las costas del mediterráneo, atravesando
por Siria y Asia menor, una extensión jamás arrebatada anteriormente y por lo que pasó a ser
considerado Emperador, el primero de la historia, proclamándose de hecho como
"Rey de las Cuatro Zonas", o de todo el mundo conocido hasta
entonces, al cual partió en provincias regidas por gobernadores que el designaba,
creando un servicio de correos para una mejor administración y control de esas
provincias, sostenidas por su ejército regular y aplicando de nuevas tácticas
militares, que utilizó para sus campañas con claros objetivos económicos y militares. Hasta que en el 2.150
el imperio sucumbe, por razones externas como fue la presión de una nueva
oleada de pueblos nómadas procedentes del Kurdistán, los Gutis; pero también
por motivaciones internas expresadas en intentos
de emancipación de las ciudades sumerias del sur, cuyo derrumbe finalmente les
permite a las localidades sumerias aprovechar el momento prontamente y vuelven
a ser ciudades-estado (federación), alrededor 2.100 el Rey de Uruk, Urnamú, se subleva y
termina conquistando toda Mesopotamia, proclamándose rey de Summer y Akkad,
dividiendo también el territorio en provincias, con un estado central que
superó al imperio acadio concediéndoles una amplia autonomía a las
ciudades-estado sumerias. Por vez primera la administración se dividió en poder
civil encabezado por el Ensi y el poder militar por el Shagin, el cual se hacía
con el mando supremo en épocas de guerra.
Precisamente será Urnamú el creador del primer "código de leyes" que reproducirán posteriormente muchos gobernantes del que se conservan fragmentos. Será con esta dinastía cuando la cultura sumeria vivirá un florecimiento extraordinario que superó ampliamente a épocas anteriores, al punto de que la diplomacia y la habilidad política que le caracterizaron, le permitirá a su hijo, Shulgi, alcanzar una gran estabilidad y paz próspera que se tradujo en gran cantidad de obras públicas, sobre todo canales, y un magnífico aparato burocrático, al que profesionalizó tanto que los cargos llegaron a ser hereditarios, y por fuerza del influjo institucional y la adhesión en un poder concentrado promovió como resultante el llegar a ser divinizado.
Esta civilización produjo sus héroes nacidos de las
letras escritas por los escribas, destacándose las épicas que nos depararon el
"Poema de Gilgamesh", auténtico precedente del prototipo de héroe. En
el 2.100 el apremio económico sobre los agricultores creó un grave malestar en
la población, que aunado a la independencia de algunas ciudades de la
periferia, permiten que el reino vecino de Elam, se valiera de esta debilidad, y
conquista la ciudad de Ur, hasta que una nueva incursión es vez de los semitas, los amorreos,
fueron apoderándose de las tierras de Mesopotamia, salvo Isín y Larsa que lograron
defenderse hasta que un rey amorita de Babilonia, llamado Hammurabi los despojó
hacia el año 1.750 a. C., que será famoso por su código de leyes y hacer esfumarse
para siempre el mundo de los sumerios.
Contribuyeron con la escritura, el comercio, la contabilidad, la rueda, las construcciones hidráulicas, la democracia directa, mucho antes que Curzio Malaparte en su golpe de estado; precedentemente de que lo sistematizara Nicolás Maquiavelo la organización administrativa y el papel del Príncipe; previamente que Grecia y Roma el Ejército disciplinado, las tácticas y las incursiones militares para respaldar el comercio y la obtención de materias primas; antaño de que se fundaran en la edad media las universidades, ya los sumerios las tenían; y antes de que floreciera el renacimiento medieval ya antes ellos lo habían experimentado; antes que los judíos, cristianos y musulmanes, habían aportado las referencias al Edén, el Diluvio Universal, la Torre de Babel, la confusión de lenguas, los Proverbios y el Eclesiastés, y demás., que fue copiado al carbón por las tres monoteístas. Provocaron una revolución bajo los principios de igualdad, libertad y fraternidad mucho antecediendo a la de Francia similares. Fueron la primera civilización, nunca un imperio. Los griegos copiarán de los sumerios la democracia, pero con viveza y astucia no la transplantarán sino que la forjarán al modo aristocrático, lo que la hace impropia, así hasta que Solón orientó una reforma que constituyó el tránsito de la aristocracia de nacimiento a la democracia del dinero. Señala Carrillo Batalla no precisamente un autor marxista, ni anarquista, ni trotskista, ni jauresista, sino un hombre de la derecha inteligente "La división de clases señalada por Solón, se hace en función del sitio que corresponde en la escala económica, a cada uno de los atenienses. Es en razón de la producción anual de determinado número de medidas de grano que se puede ascender a las más altas, a las medianas o más modestas posiciones del Estado. Tal como puede apreciarse, esa organización no era democrática, sino aristocrática. Sin embargo, entre las innovaciones de Solón, hubo algunas expresiones que abrieron más francamente el cause hacia la todavía anhelada democracia.
Ejemplo el derecho que dio a los Tetes, a quienes ganaban menos de 200 medidas al año, de formar parte de la Eclesial, de la Asamblea, y de los Tribunales, dónde el voto mayoritario era el que decidía. Los Tetes eran la mayoría. Teóricamente, al menos, se consagró esa norma de orientación democrática.
Cístenes se apoya en una elaboración matemática, para
tratar de eliminar las disensiones partidistas de Diacrios, Pedíos y Paralios;
intentó insuflar cierto aire laico al clima eminentemente religioso del estado
antiguo y crea instituciones como la Estrategia, la cual con el tiempo adquirió
determinante importancia en la conducción de la guerra y en el gobierno de la
ciudad en época de paz.
Después de Clisteles, Efialtes, dio un paso adelante en el proceso de hacer de la democracia un sistema practicante. Hizo votar en la Asamblea una moción en virtud de la cual, limitó el Areópago a sus funciones puramente religiosas y se le cercenaron sus atribuciones de tipo político y judicial. Con ello se puso cese a la invasión de facultades que el Areópago había consumado en detrimento de las otras instituciones, es decir de la Eclesial (¿nos suena a algo de sumeria?), el Senado y la Helia y se abría camino para el libre juego de los supuestos constitucionales de Solón y Clisteles" (Historia Crítica del concepto de la democracia. Colección Simón Bolívar. Caracas. 1983, pp. 7-8) Monte Ávila Editores.
Después vendrá el inclusivo Pericles, que gobernó por más de 15 años, y se tropieza con lo que hoy llamamos el salario mínimo de 200 Dracmas como remuneración para que un matrimonio sin hijos no pase hambre, por lo que promovió el acceso a todos los miembros del cuerpo cívico a las magistraturas y les concedió el derecho a aspirar a ellas; establece los sueldos y los Misthol, las fichas de remuneración por asistencia a la Asamblea, que fue criticado por un intelectual del mas alto calado, Aristóteles, quién afirmó irónicamente que la época de mayor esplendor de la Asamblea, fue cuando se pagaba por la asistencia; también puso en vigencia la designación por sorteo para la mayor parte d los cargos de la administración pública, dejando la elección para cierto número muy restringido de altas posiciones, como los generales del ejército, los titulares de cargos específicos y los técnicos de la hacienda pública. A pesar de lo inclusivo, obtuvo las críticas de Sócrates, quién señaló: "Qué locura, que una bolita decida la elección de los jefes de la República, lo que no se hace siquiera con la selección de un arquitecto o de un tocador de flauta" Y nadie le dijo que tenía atados a todos y bajo su total control, ni le llamó ¡El Tirano! ¡El Dictador! ni le enrostró que ¡Ha atado el poder soberano a los dictados de la hermana República de Esparta, la de los barbudos uniformados, que practican el odio y lo han traído a nosotros!
“Nos lamentamos como nietos del Jeremías bíblico porque sea accidentada nuestra evolución histórica. De cada fracaso del ideal democrático, extraeremos una lección para aprovecharla” (Rómulo Betancourt, conferencia pronunciada en, 1930 en su primer exilio en Barranquilla, (Colombia), al conmemorarse el centenario del Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre. “
Pedro R. Garcia M.
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