Cuando en América Latina parecía que se
consolidaba un modelo de avanzada de progreso social y popular con las
propuestas del "socialismo del Siglo XXI" que se expandió desde
Venezuela con el apoyo de Cuba a través de la ALBANIZACION del Continente, los
analistas creian que en alguna forma ese modelo parecía irreversible al
multiplicarse en varios países con propuestas similares como los que intentaron
presentar en Nicaragua, Bolivia, Honduras, Paraguay, El Salvador, Argentina,
Uruguay y otros.
Sin lugar a dudas, el más importante fue el
triunfo alcanzado en el Brasil, en el que el Presidente Lula con su Partido de
los Trabajadores, parecía proyectar el peso de ese país. Se trataba de una
realidad exitosa gracias al impulso dado por las reformas que hizo Fernando
Henrique Cardoso, que permitió que la bonanza de sus logros beneficiara al
Gobierno de Lula especialmente dirigido a los sectores más pobres, y afincando
se en una exitosa productividad
empresarial y económica que atrajo las miradas de todos los Continentes
Han pasado 12 años desde que el PT está en el
Poder, y de repente la estrella roja se convirtió en una luz roja en la que
millones de indignados brasileños rechazan de manera contundente los efectos de
una corrupción que golpea las esperanzas especialmente de los sectores más
empobrecidos al producirse una elite de beneficiados políticos y sus aliados
del sector privado que se han enriquecido de la manera más grosera, a lo que se
suma una ineficacia que hace que los grandes logros alcanzados por el gigante
de América del Sur fracasara en su ambición de imponer la hegemonía política,
informativa y cultural. Se trata de un Brasil sacudido por la opinión pública
en el que el poder actual se desinfla, mientras sus dirigentes más destacados
están o en las cárceles, o en juicios o tratando de presentarse como víctimas y
no como responsables de la corrupción y de la tentación autoritaria.
Las encuestas en las últimas semanas han
mostrado como se ha venido debilitando y desintegrando el papel rector de un
Gobierno regido por los postulados del Foro de Sao Paulo, mientras que las
grandes empresas del Estado como PETROBRAS, Embraer, Vale, o las grandes
empresas siderúrgicas y de telecomunicaciones, a las que se suma un amplio
sector de empresas privadas que se sumaron a la piñata de los privilegios,
muestran la inviabilidad del modelo del "socialismo" del PT. Muy
pocos observadores de la realidad latinoamericana podían imaginarse que el
Modelo-Lula se desinflaría tan rápidamente.
Ello no se da sólo en Brasil. En los otros
países que asumieron posiciones similares, se repite la misma realidad
brasileña, y en algunos de ellos se agravan por una tentación totalitaria,
represiva y militarizada enfrentada por partidos de oposición que han entendido
que es necesario lograr una transición en cuya formulación cobran un papel
destacado las redes sociales en las que los jóvenes, en búsqueda de
alternativas democráticas y transparentes que se centren en el tema de la
justicia social, pero sin aplastar las reglas éticas ni los principio de la
democracia y los derechos humanos se ve en la perspectiva futura. Ese es el
gran reto del futuro. El péndulo se mueve.
Milos Alcalay
milosalcalay@yahoo.com
@milosalcalay
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Estimado Milos, me ha gustado mucho tu artículo. La América Latina está harta del populismo bananero y
ResponderEliminarcaudillista que se instaló con Hugo Chávez y el Foro de San Paolo. Con la caída del muro de Berlin y del Imperio sovíético, los partidos comunistas de occidente encabezados por Fidel Castro se sintieron huérfanos y empezaron la arremetida para seguir extendiendo la revolución cubana subsiada por los petrodólares de Venezuela. Olga Lavieri de Brumat