La
lucha por la libertad de prensa, de periódicos y periodistas ha sido titánica
en Venezuela. De la Monarquía en tiempos de la colonia al régimen actual que
podemos llamar El Nicolato, mucha agua ha corrido debajo de los puentes.
Los
Reyes Católicos lucen con la distancia histórica mucho más democráticos que el
gobierno de Nicolás Maduro. El 14 de agosto de 1509 una Real Cédula disponía
que ningún oficial prohibiera a nadie enviar cartas al Rey sobre información de
las Indias. En 1510 los Reyes Fernando e Isabel le escribieron al hermano de
Colón diciéndole que “no se ponga embarazo a personas que quieran escribir
libros, cartas u otras escrituras”.
Lamentablemente
esa buena actitud cambiará con Felipe II y la inquisición. Comienza la época de
impedir papeles revolucionarios. Miranda trajo la primera imprenta a Venezuela
en 1806, que entró por Coro. Posteriormente Valencia, Ciudad Bolívar y Maracaibo
tendrán imprentas. En 1809 nació la tenebrosa figura del censor que se le
impuso a la Gaceta de Caracas, que a partir de 1810 se convertirá en la voz de
la independencia.
En
Miguel José Sanz, José Domingo Díaz, Vicente Salias, Francisco Isnardy, Juan Baillio
y Antonio Muñoz Tébar, están los primeros periodistas que se enfrentan al poder
establecido y fundan los periódicos clandestinos. La Constitución de 1811
garantizó la libertad de prensa. Pero desde entonces arrastramos la tara de no
haber preparado lo suficiente al pueblo para defender la libertad de
información, que Diosdado Cabello quiere ahora acabar.
Bolívar
desde “El Correo del Orinoco” que circuló de 1818 a 1822 llegó a decir “la
prensa es la artillería del pensamiento”. Desde entonces a pesar de que varias
leyes y Constituciones han garantizado la libertad de prensa, varios
periodistas han pagado con exilios, cárceles, juicios y muerte, el
enfrentamiento a la ira de los dictadores. Basta recordar los nombres de
Arévalo González, primer periodista preso, hasta los del pasado Pedro Beroes,
Leonardo Ruíz Pineda, Fabricio Ojeda,
Germán Carias, Carlos Capriles, Tomás Villasana, Monseñor Jesús María
Pellín, y los del presente Gustavo Azocar, Patricia Poleo, el Capitán
Ballestero, Leocenis García, Nelson Belford y Nitú Pérez Osuna.
Esta
breve memoria la escribimos en defensa de los Diarios El Nacional y Tal Cual y
de sus Directores Miguel Henrique Otero y Teodoro Petkoff, perseguidos por
Diosdado Cabello que la medida de su estatura es la misma de Mario Silva el
locutor de La Hojilla. Sin dejar de apuntar que a los Diarios El Impulso de
Barquisimeto y El Carabobeño de Valencia se les ha tendido un cerco. Pero los
periódicos caraqueños han dicho que seguirán dando la pelea y continuarán
hablando claro y raspao. Porque como dice Francisco Zarco “La prensa no solo es
el arma más poderosa contra la tiranía y el despotismo, sino el instrumento más
eficaz de progreso y civilización”.
Julio
Portillo
julioportillof@gmail.com
@julioportillof
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