Solidarizándome con La Polar y sus empleados,
y a un día del Día del Trabajador, comparto este artículo que escribí hace
años…
Ya casi nada asombra, sin embargo, esta
persecución contra Polar es tan, pero tan injusta e incomprensible, que sólo se
podría entender si uno lograra ponerse en el lugar del que inventa la maldad.
Como siempre digo y seguiré repitiendo, este
no es momento para la complacencia, el miedo ni el guabineo. Hay que escribir y
hablar clarísimo, sin eufemismos ni palabras raras que confundan a la gente. Lo
que está ocurriendo a la Polar nos va a pasar a todos los venezolanos,
inclusive a quienes creen que por estar “portándose bien”, se van a salvar de
las garras destructoras que nos acosan.
Fíjense la saña y falta de respeto con que
han tratado, tratan y seguirán tratando a los antiguos aliados, que ahora,
tarde, abren los ojos a pesar de haber sido advertidos de lo que les iba a
ocurrir. Igualito hacía Stalin con los que lo apoyaban. No voy a nombrar a
nadie porque no hace falta… pero qué rabia y qué tristeza deben sentir estos
antiguos aliados.
Partido Comunista de Venezuela ¡Prepárese!, a
mi parecer, ya está en la mira de nuestro querido líder. Pronto los veremos
acusados de oligarcas, traidores y etc, porque recuerden la consigna: no es que
te arrastres, hazlo como yo te digo.
Lo que nos está pasando no es nuevo. Ha
ocurrido siempre en la historia de la humanidad, cuando se le da el poder a un
maluco egocentrista. Los venezolanos de estas últimas cuatro generaciones no
estábamos acostumbrados a que la verdadera maldad ocurriera en nuestro país. No
es que los gobiernos adecos y copeyanos se portaran como angelitos. No. Pero
comparado con lo que tenemos hoy, ellos son Heidi y su abuelito.
¡Qué destrucción! Qué inmoral destrucción de un país vemos día a día. Es increíble lo eficientes que son estos fascistas comunistas millonarios destruyendo lo que existe. Tienen la envidia malévola del incapaz que se siente desnudo ante la imposibilidad de crear o construir, aunque tengan todos los miles de millones de dólares que han tenido y poseen. Se calcula la astronómica cifra de 900.000.000.000 de dólares invertidos en odio, atraso y maldad.
A la mente retorcida e irracional del
envidioso, le da rabia que un señor humilde tenga una carnicería y saboree el
éxito, mientras él, que robó todas las reces a sus legítimos dueños, tiene que
importar carne de Brasil y Argentina. Por eso la rabia, el saboteo, el robo y
el odio contra Polar, sus dueños y sus trabajadores.
Amigos de la Polar, estamos resteados en esta
lucha desigual. No se amilanen aunque, por ahora, no ganen. Ya ustedes ganaron.
Polar es más que una marca. Polar es más que harina. Polar es más que cerveza.
Polar es el músculo y la sangre de Venezuela.
Nadie, ni ellos, los que ahora por miedo
callan y aplauden, están de acuerdo con lo que está pasando. Paciencia y
temple, que ese oso es inmortal. Ese oso ya es familia nuestra.
Tengo un gran amigo que vive en el campo,
trabajador y humilde. El otro día me sorprendió con un comentario.
-Mire, señor Claudio, la verdad es que sería
bien bueno que el gobierno se apoderara de Polar.
-¿Y por qué?, a mi no me parece – dije
sorprendido y un poco molesto.
Él me miró con la picardía que ponen los
campesinos al hacer una broma y me dijo:
-Bueno, porque si el gobierno se apodera de
las empresas Polar, en tres meses ya no habrá Harina Pan ni cerveza y, ¿usted
se imagina lo que va a pasar en Venezuela con diez millones de mujeres sin
arepas y veinte millones de borrachos arrechos…? ¡Eso no lo aguanta ningún
gobierno!
@claudionazoa
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Este gobierno incapaz se ha didicado a la tarea de destruit todo lo que toca. Polar es su proxima y quiza ultima victima.
ResponderEliminar@gbensimon1