1.- Una vez, siendo Winston Churchill primer
ministro, estaba hablando en el Parlamento Inglés y de repente una diputada,
Lady Astor, lo interrumpe y le dice:
-“¡Sr
Ministro, si usted fuera mi marido, le pondría veneno en el café!”
A lo que Churchill, quitándose los lentes,
con mucha calma y en medio de aquel silencio sepulcral en el que todos estaban
esperando la respuesta, le contestó:
“Señora diputada, si yo fuera su esposo, me
lo tomaría”.
2.- Una vez, al terminar Churchill un
discurso en la Cámara de los Comunes, recibió el aplauso cerrado de sus
oponentes y ante esa reacción, abrumado se lamentó y reflexionó diciendo:
“Dios: ¿qué habré hecho para que me aplauda
la canalla?”
3.- Otra vez, el muy famoso escritor Bernard
Shaw le mandó dos entradas para el estreno de una de sus grandes obras de
teatro llamada “Pigmalión”, con la siguiente nota anexa:
“Aquí le mando dos entradas para que vaya al
estreno de mi obra de teatro: una para usted y otra para que vaya con un amigo,
si es que algún amigo le queda”.
En consecuencia, Churchill le dijo al
mensajero: “espérese por favor un momento, que le voy a escribir una nota de
agradecimiento al Señor Bernard Shaw”. La nota decía:
“Agradezco al ilustre escritor la honrosa
invitación. Infelizmente no podré concurrir a la primera presentación. Iré a la
segunda, si es que hay una segunda”.
4.- Cuando Sir Winston Churchill cumplió 80
años, un periodista menor de 30 años, fue a fotografiarlo y le dijo:
“Sir Winston, espero fotografiarlo nuevamente
cuando usted cumpla 90 años”.
Churchill le contestó:
“¿Por qué no? ¡Ud. parece bastante
saludable!”
5.- Hemos puesto las cuatro anécdotas
anteriores, como una muestra que de alguna manera reflejara quién era Sir
Winston Churchill. Fue Primer Ministro Inglés, premio Nobel de Literatura en
1955, fue además pintor. Hay algo que poca gente conoce:
Inicialmente, Churchill sufrió de un gran
problema de tartamudez. Clementina, su esposa, fue una palanca formidable en la
superación de este problema. Fue muy comprensiva y lo solía acompañar en sus
discursos, lo hacía para darle estímulo y fuerza para que hablara fluidamente.
La muy exitosa película, ganadora de varios
premios “Oscar”, titulada “The king’s speech” (“El discurso del rey”), es sobre
la vida de Jorge VI, padre de la actual reina de Inglaterra. Jorge VI también
sufrió un problema de tartamudez. Cuando a Jorge VI le toca dar el discurso en
relación con la entrada de Inglaterra en la Segunda Guerra Mundial, previamente
Churchill le dice que él también había sido tartamudo.
A pesar de su previa tartamudez anterior a la
guerra, Churchill fue el mejor orador que tuvo la Segunda Guerra Mundial. Su
oratoria fue decisiva para que los aliados ganaran la guerra. Churchill emuló a
Demóstenes. Dio grandes y decisivas filípicas contra Hitler, que a su vez
dieron ánimo y fortaleza, frente a, por ejemplo, los bombardeos de Hitler
contra Inglaterra.
Churchill dormía todos los días siesta.
Muchos de sus discursos los redactó en la bañera y recostado en un sofá (para
tomar sus dictados, su secretario particular muchas veces lo acompañó en dichos
momentos). Churchill decía que relajado se podía pensar y trabajar mejor. Casi
siempre tenía un tabaco en la boca, le gustaba mucho el brandy.
6.- La Primera Guerra Mundial la pierde
Alemania. Luego de esta derrota, mediante “el tratado de Versalles”, la
terminaron de asfixiar económicamente y de alguna manera la humillaron, en vez
de haber ayudado en su reconstrucción y recuperación. Tratado que fue muy
diferente a lo que posteriormente hicieron “los aliados” en la post Segunda
Guerra Mundial con el llamado “plan Marshall”, en el que auxiliaron a la
reconstrucción de Alemania y demás países que habían estado previamente en
conflicto.
Luego de la Primera Guerra Mundial, la
mayoría del pueblo alemán quedó sumergida en una híper inflación, desempleo,
escasez, hambre, etc.
Aquello produjo un caldo de cultivo para que
un hombre como Hitler llegara al poder. El ascenso de Hitler al poder comienza
en 1933. Hitler llegó al poder de manera democrática, mediante elecciones.
Por otra parte, contó con el apoyo de unos
ingenuos. Gente de buena fe pero en la que se dio aquel dicho que dice que “el
camino al infierno está empedrado de buenas intenciones”. Gente que a la larga
o la corta, termina diciendo lo siguiente:
“Fuimos sorprendidos en nuestra buena fe”.
Una de estas muchas ingenuidades, estuvo en
por ejemplo el hecho que Hitler escribió un libro llamado “Mi Lucha”: “Mein
Kampf”, libro en el que se perfilaban muy claramente las atrocidades y “el
holocausto” antisemita, que posteriormente haría Hitler contra los judíos. En
vez de haberse tomado aquel libro en serio, lo tomaron como “un decir”, “una
forma de hablar”, “un estilo un poco fuerte y más nada”, “él no hará nunca eso”
y demás ingenuas monsergas.
Frente a las ingenuidades de los buenos, está
la astucia de los malos, que logran muchos de sus cometidos, debido a la
ingenuidad de los buenos, que en el caso del malo de Hitler, se consiguió con
el bueno del primer ministro inglés Neville Chamberlain, cuya ingenuidad, cual
tonto útil, como veremos más adelante, le despejó el camino a Hitler para
invadir Polonia, como en efecto lo hizo el día primero de septiembre de 1939,
desatando con esta acción la Segunda Guerra Mundial.
En esto de la ingenuidad, hay que tomar en
cuenta lo siguiente:
Cuando Hitler gana las elecciones, había en
Alemania un sistema parlamentario. Pues bien, necesita alianzas parlamentarias.
Es el caso que el partido con el que Hitler hizo mayoría parlamentaria para ser
electo canciller, fue el llamado “Partido Católico Alemán”. Frente a esto hay que decir que una cosa es
la Iglesia Católica como institución divina fundada por Jesucristo y otra son
los bautizados que formamos parte de dicha Iglesia (somos pecadores).
Los papas, obispos y sacerdotes son la
jerarquía de la Iglesia Católica pero no son los únicos que forman parte de la
Iglesia Católica. De la Iglesia, como institución, formamos parte todos los
bautizados, desde el papa Francisco hasta el bebé recién bautizado. Es decir,
desde el papa hasta los laicos.
El símil de “la barca de Pedro” es muy bueno.
El papa es el capitán del barco, los obispos y sacerdotes son los oficiales,
que en comunión con el “papa capitán”, conducen la barca; pero también forman
parte del barco los marineros, tales como los maquinistas, salvavidas y demás obreros
del barco.
La inmensa mayoría de los periodistas, cuando
hablan de papas, obispos y sacerdotes, hablan de “la Iglesia”, como que si
ellos fueran los únicos miembros de la Iglesia, tácitamente excluyendo a los
marineros (laicos).Lo mejor sería que cuando los periodistas se refieran a los
papas, obispos y sacerdotes, lo hicieran como “la jerarquía de la Iglesia” y no
como “la Iglesia”.
Veamos lo que dice la Sagrada Biblia:
“Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro y
sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no
prevalecerán contra ella” (Mateo 16, 18).
La Iglesia Católica tiene 2000 años, existe y
existirá para siempre. Como se ve arriba, fue fundada por Jesucristo.
La Iglesia como institución es la esposa de
Cristo. En su carta a los Efesios escribe san Pablo:
“Maridos, amen a sus mujeres como Cristo amó
a su Iglesia. Él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla,
purificándola con el baño del agua y la palabra, y para colocarla ante sí
gloriosa, la Iglesia, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e
inmaculada. Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como cuerpos
suyos que son” (Carta del apóstol San Pablo a los efesios: 5,25-28).
Hay quien ha dicho que fue “la Iglesia
Católica”, la que hizo la alianza parlamentaria con Hitler. Como se ve, quienes
afirman esto están equivocados. Los miembros de dicho partido fueron unos
ingenuos, que hicieron la alianza parlamentaria con Hitler antes dicha, para
que éste llegara al poder. El que dichos ingenuos hayan sido católicos es otra
cosa, no imputable a la Iglesia Católica como institución.
Como su nombre lo indica, el “Partido
Católico Alemán”, fue un partido político, no la Iglesia Católica y ni siquiera
una institución de la Iglesia Católica. Es más, en dicho partido pudieron
militar no católicos, tal cual no cristianos pueden militar en partidos
políticos auto denominados “demócrata cristianos”. El “Partido Católico Alemán”
ya no existe.
La astucia de los malos, recuerda la parábola
del administrador infiel, narrada por nuestro Señor Jesucristo, recogida en el
Evangelio de San Lucas:
“Los hijos de este mundo son más astutos en
sus asuntos que los hijos de la luz”. Lucas, 16,8.
En este caso, Hitler fue más astuto que los
militantes de lo que se llamó “el Partido Católico Alemán”, que lo ayudaron a
llegar a canciller.
7.- Una vez instalado en el poder, Hitler
tuvo un discurso cuya prédica se basó en el odio, controló todos los poderes de
manera absoluta y sin control: tuvo todas las instituciones totalmente
arrodilladas y sometidas, eliminó la libertad de expresión, la prensa estuvo
totalmente amordazada, etc. Para ello, entre otros crímenes y abusos, Hitler
ordenó la masacre de la llamada “noche de los cuchillos largos”. También el
incendio del parlamento (“Reichstag”), que si bien no pudo ser probado que lo
había ordenado Hitler, muy probablemente haya sido así, lo cual fue la perfecta
excusa para, a partir de ese momento, adquirir poderes plenamente dictatoriales
(“Tercer Reich”).
Todas las dictaduras de todas partes del
mundo, tienen policías secretas, aparatos de persecución, represión, espionaje,
delación (sapeo: ser “sapo” es algo asqueroso. Los “sapos” son traidores e
hipócritas). Por lo general, estos organismos tienen licencia para torturar,
matar sin límites. Tienen sus sedes en sitios clandestinos, por lo general, en
sótanos, en varios pisos bajo la tierra. En dichas sedes clandestinas tratan a
los detenidos bajo condiciones de tortura infrahumanas. Muchos de los que
llegan a esos sitios, no salen y si salen, salen dañados, tanto física, como
mentalmente. En el “Tercer Reich” ese organismo se llamó la Gestapo
(lamentablemente, todavía hoy existen “gestapos” en algunos países y no solo en
dictaduras claramente reconocidas sino también en dictaduras disfrazadas de
democracia).
Hitler basó su política en la mentira, el
fraude y el engaño. Goebbels lo definió muy bien:
“Una mentira dicha mil veces se transforma en
una verdad”.
Goebbels era el ministro de propaganda.
La frase de Goebbels, está muy lejos de lo
que nos enseñó Jesucristo:
“La verdad os hará libres”. Juan 8:32.
“Yo soy el camino, la verdad, y la vida“(Juan
14:6).
De donde se desprende que la mentira se opone
a la libertad (los tres derechos fundamentales del ser humano son la vida, la
propiedad y la libertad; y Hitler estuvo contra los tres derechos antes
mencionados).
La frase de Goebbels no solamente fue
practicada por los nazis sino por todo tipo de dictaduras, llámense nazismo,
fascismo, comunismo o cualquier otro “ismo”.
En Hitler y en el resto de los dictadores que
han existido y todavía existen, se aplica lo que aconsejó nuestro Señor
Jesucristo y que a la vez está recopilado en los santos evangelios y es que no
deben ejercer el poder de la manera abusiva, tiránica y despótica. En efecto:
«Sabéis que los jefes de las naciones las
tiranizan y que los grandes las oprimen con su poderío. Entre vosotros no debe ser así… » (Mt. 20, 25-26).
Más bien, deberían tener el concepto del
poder como un servicio, que es el sentido cristiano del mismo. El poder es para
servir y no para servirse.
Jesucristo lo dijo:
“No he venido a ser servido sino a servir”
(Mateo, 20,28).
“Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el
manto, se lo puso otra vez y les dijo:
-« ¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros?
Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien, porque lo soy.
Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros
debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he
hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis» (Juan 13, 1-15).
8.- Ahora bien, ¿qué sucedió en Alemania, que
siendo el régimen de Hitler un verdadero desastre, logró tener inicialmente
éxito político y haber llegado a ser, en un momento dado, una suerte de
emperador, no solo en Alemania sino en buena parte de Europa?
Hay dos respuestas:
Por una parte, Hitler fue una suerte de
“encantador de serpientes”, carismático, prometedor, populista de verbo
encendido y facilidad de palabra. Hitler lograba electrizar auditorios; pero
por la otra, Hitler logró sacar a Alemania de la crisis económica que le dejó
la primera guerra mundial y que la empeoró “el tratado de Versalles”, que
comentamos anteriormente.
Es más, este éxito que tuvo Hitler en
relación con la economía alemana fue tan impactante que hasta el mismo
Churchill se impresionó y hasta llegó a decir una frase ingenua e infeliz. La
frase fue que Inglaterra necesitaba un Hitler que la sacara de la crisis
económica. Nadie es perfecto. Todos nos equivocamos y Churchill, en haber dicho
esto, también se equivocó. Y no tanto porque haya reconocido el éxito que en la
economía y finanzas de Alemania que obvia e indiscutiblemente tuvo Hitler, sino
porque en un momento dado, hasta el mismo Churchill se cegó frente a Hitler;
pero, como veremos más adelante, fue también en un momento posterior el único
líder político que se dio exacta cuenta de quién era Hitler.
9.- Veamos la situación internacional que
había en torno a Alemania, previo el inicio de la segunda guerra mundial:
Hay algo que pasa inadvertido y es el hecho
de que Stalin y Hitler habían firmado un pacto de “no agresión mutua”.
Franklin Delano Roosevelt (FDR) había sido
electo por 2 períodos: 1932, 1936. Para ese momento, en Los Estados Unidos de
América había la reelección indefinida (posteriormente fue reelecto en 1940 y
en 1944). En dos palabras: Roosevelt ganaba prometiendo en las respectivas
campañas electorales que no se metería en la guerra.
Como dato anecdótico comentaremos que FDR
muere siendo presidente, fue a principios de 1945, poco tiempo antes del
suicidio de Adolfo Hitler que fue el día 30 de abril de 1945 (al poco tiempo
Alemania se rinde). A FDR lo sucede el vice presidente Harry Truman, quien en
1948 le gana las elecciones al republicano Dewey.
A raíz de las 4 presidencias de FDR se
produjo la enmienda número 22, que dice que el presidente de USA solo podrá ser
reelecto por una sola vez. Fue aprobada por el Congreso de Los Estados Unidos
de América, el 21 de marzo de 1947, en época de Harry Truman y fue ratificada
por el número necesario de estados, el día 27 de febrero de 1951, cuando
todavía gobernaba Truman.
En Francia se veía venir el colaboracionismo
del Mariscal Henri Philippe Pétain, como veremos más adelante.
10.- En el ámbito internacional y sobre todo
en Inglaterra, lo antes dicho se puede resumir en pocas palabras y que son las
siguientes:
Había mucho miedo hacia Hitler y también en
repetir una nueva guerra mundial.
Y el miedo no es un buen consejero. Con miedo
no se llega a ninguna parte.
En nuestra opinión, la actitud de Chamberlain
y el resto del gabinete inglés excepto Churchill, era miedo disfrazado de
“prudencia”.
El consejo que nos dio Jesucristo no fue de
miedo. En efecto:
“La dejo la paz, les doy mi paz. La paz que yo les doy no es como la que da el
mundo. Que no haya en ustedes angustia
ni miedo.” (Juan, 14,27)
San Josemaría Escrivá de Balaguer dijo lo
siguiente:
“Rechaza esos escrúpulos que te quitan la
paz. -No es de Dios lo que roba la paz
del alma. Cuando Dios te visite sentirás
la verdad de aquellos saludos: la paz os doy…, la paz os dejo…, la paz sea con
vosotros…, y esto, en medio de la tribulación” (Camino, Punto 258).
El miedo roba la paz del alma. El miedo no es
de Dios.
“No tengáis miedo”, fueron las palabras que
años después, en octubre de 1978, repitiera Karol Wojtyla, cuando fue electo
papa, tomando el nombre de Juan Pablo II; hoy “San Juan Pablo II”.
Churchill era miembro del gabinete de Neville
Chamberlain. Era “Primer Lord del Almirantazgo”, lo que equivaldría a “ministro
de la marina”.
11.- Chamberlain quería negociar con Hitler
pero quería negociar lo innegociable, tal cual era permitirle a Hitler que se
armara impunemente a cambio de que Hitler diera su palabra y prometiera que no
invadiría Inglaterra. Chamberlain y el resto del gabinete inglés, excepto
Churchill, tenían una visión demasiado ingenua sobre Hitler. Churchill alertaba
que con Hitler no había nada que negociar, que si se le permitía impunemente a
Hitler a que siguiera armándose desaforadamente como lo estaba haciendo, era
inevitable una próxima segunda guerra mundial, porque próximamente Hitler
invadiría otros países; pero Chamberlain y el resto del gabinete inglés
insistían que había que negociar con Hitler, que la paz estaba por encima de
todo, que a toda costa había que evitar enfrentamientos entre pueblos hermanos
que tenían inexorables vínculos históricos por formar parte del mismo
continente europeo, etc.
En nuestra opinión, la actitud frente a
Hitler, de Chamberlain y el resto del gabinete excepto Churchill, era de tal
ingenuidad, que casi hubiera rayado en aquellas frases que tiempo después
hubieran repetido los llamados “hippies” y que hubieran sido las siguientes:
“Hitler es paz y amor”.
“Frente a Hitler: paz, amor y mariguana”.
Chamberlain parecía un fanático pacifista.
Ser pacíficos es otra cosa. Jesucristo bendice a los pacíficos en el llamado
“Sermón del Monte”, en las llamadas “Bienaventuranzas”:
“Bienaventurados los pacíficos, porque ellos
serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5,9).
El hoy beato Pablo VI, dijo lo siguiente:
“La paz que se basa en el miedo, no es paz”.
En nuestra opinión, Chamberlain, más que amor
a la paz, lo que tenía era miedo a la guerra.
12.- Chamberlain, se reúne con su gabinete,
para notificarle que va a ir a Berlín para firmar un acuerdo de paz con Hitler,
que no era otra cosa que un acuerdo de “no agresión mutua”. El único que se
opuso fue Churchill.
Chamberlain va a Berlín. Chamberlain y Hitler
firmaron dicho acuerdo que tenía una parte pública, como lo era “un tratado de
no agresión mutua entre Alemania e Inglaterra”, pero también había un acuerdo
secreto que acordó que Chamberlain se haría el loco frente al armamentismo de
Hitler.
A cambio de esto, Hitler secretamente se
comprometió a que solo invadiría una parte de lo que era Checoslovaquia, hoy
República Checa, que Hitler reclamaba que históricamente pertenecía a Alemania;
y que luego esto, supuestamente Hitler se iba a quedar quieto y tranquilo.
Chamberlain vuelve a Londres y en la estación
de tren les enseña el fulano acuerdo de supuesta paz y les dice a los ingleses:
“Aquí les traje la paz”.
Pero… ¿para que sirvió el tal acuerdo de
“paz”?
Pues para facilitarle la guerra a Hitler y
hacérsela más traumática y dolorosa a sus enemigos…
¿Por qué?
Porque le despejó el camino a Hitler para
invadir muy cómodamente a Polonia, como en efecto lo hizo el día primero de
septiembre de 1939, desatando con esta acción la segunda guerra Mundial.
Chamberlain olvidó aquel famoso dicho que
dice:
“Si quieres la paz, prepara la guerra”.
Hitler
no quería comenzar la guerra pretendiendo invadir Inglaterra ya que era una
isla y además había demostrado, que junto con los fenicios, era uno de los dos
potencias marítimas más grandiosas, eficientes y eficaces de todos los tiempos,
ya que ni el mismo Felipe II con su “Armada Invencible” pudo doblegarlos; por
eso, Hitler necesitaba neutralizar a Chamberlain, como en efecto hizo.
Chamberlain terminó siendo lo que llaman un “tonto útil”, habiendo servido, aun
sin quererlo, a los inconfesables propósitos de Adolfo Hitler.
Bien lo dice el refrán popular: “el camino al
infierno está empedrado de buenas intenciones”.
13.- Lo que son las ironías de la vida y en
este caso de la guerra:
Es al propio Chamberlain, al que le toca
declararle la guerra a Hitler. Luego de esto, a Chamberlain no le toca sino
apartarse y dejarle paso a Churchill para que este sea nombrado nuevo primer
ministro. Por existir en Inglaterra un sistema de gobierno parlamentario, a
Churchill no lo eligen mediante elecciones sino mediante un acuerdo
parlamentario (tampoco la guerra hubiera permitido elecciones). Además, se dio
el caso de que al poco tiempo de la forzada renuncia de Chamberlain, este muere
de cáncer.
14.- Churchill se queda solo. Para el
principio de la guerra, no contaba ni con Stalin, ni con Roosevelt, ni con el
nuevo gobierno colaboracionista francés, excepto con Charles De Gaulle, que se
fue para Inglaterra, para dirigir desde allí la llamada “Resistencia”. Al
principio de la guerra, De Gaulle fue el único aliado que tuvo Churchill.
Este último punto nos da pie para explicar
brevemente lo que fue “el colaboracionismo”. Para ello, traeremos un extracto
de un artículo del brillante historiador Raúl Yepes Pereira, titulado “El
colaboracionismo”:
“Se llama “colaboracionismo” a la relación
que se establece entre determinados grupos o individuos de un país con las
fuerzas que detentan el poder, hecho que las lleva a colaborar con ellas, aun
no estando de acuerdo en un principio con sus planteamientos, para terminar
participando de sus ideas y comportamientos.
Así mismo se define como “colaboracionista” a
toda persona que presta su colaboración a un régimen político que la mayoría de
los ciudadanos considera írrito”.
El más claro ejemplo de este comportamiento
se dio durante la II Guerra Mundial en territorio francés, cuando en el año
1940, las tropas alemanas nazis, como se sabe, comandadas por el dictador
Adolfo Hitler, ocupan gran parte de Europa.
Es allí cuando en la Francia ocupada se funda
un gobierno liderado por el Mariscal Henri Philippe Pétain, héroe de la I
Guerra Mundial y que establece en una gran parte del territorio francés un
gobierno colaboracionista con los ocupantes, que fue llamado “La Francia de
Vichy”, por la ciudad que le servía de sede.
En un principio, este gobierno quiso
conservar tradiciones tales como las religiosas, familiares, patrióticas y
otras, pero posteriormente se fueron plegando en forma paulatina a los
ordenamientos nazis, lo que se continuó con un tortuoso camino de colaborar con
los alemanes en sus políticas fascistas y antisemitas, sumándose a la
persecución de judíos en territorio francés.
A la liberación de Francia por las tropas
aliadas, todos los colaboracionistas sufrieron persecución, tanto legal, como
popular, siendo Pétain condenado a muerte, lográndose cambiar esta pena por la
de prisión perpetua debido a sus antecedentes heroicos.
No corrieron igual suerte otros
colaboracionistas, algunos de los cuales fueron condenados a diversas penas,
entre ellas, la ejecución y la cárcel y otros condenados por la justicia
popular en las calles” (fin de la cita).
15.- La manera de Churchill de combatir a
Hitler se puede resumir en algunas frases, por ejemplo:
“Combatiremos en los mares y los océanos,
combatiremos cada vez con mayor confianza y fuerza en el aire; defenderemos
nuestra isla a cualquier precio; combatiremos en las playas, en los lugares de
desembarco, en los campos y en las calles; combatiremos en las montañas; no nos
rendiremos jamás”.
“No tengo nada que ofrecerles sino solamente
pedirles sangre, fatiga, lágrimas y sudor…” (popularmente hablando, a este
discurso de Churchill se le dice: “sangre, sudor y lágrimas”).
Somos de la opinión, que luego de la invasión
a Polonia por parte de Alemania, de haber seguido Chamberlain al frente del
gobierno de Inglaterra, muy probablemente la segunda guerra mundial la hubiera
podido haber ganado Hitler.
16.- Winston Churchill le supo reconocer los
logros a sus gobernados. En efecto, en relación con la Batalla de Inglaterra
que constituyó la primera derrota importante de la Alemania nazi y que frustró
el intento de Adolf Hitler de invadir Gran Bretaña, Churchill declararía:
“Nunca antes en el campo de los conflictos
humanos, tantos debieron tanto a tan pocos”.
Esta frase la dijo en referencia a los
miembros de la R.A.F, es decir, la “Real Fuerza Área”.
17.- Como dijimos antes, había una presión
muy fuerte para que Los Estados Unidos no se metieran en la segunda guerra
Mundial. Una de las razones era que no querían volver a una nueva guerra
Mundial. Sin embargo, el bombardeo por parte de Japón sobre la flota
norteamericana en Pearl Harbor, el día 7 de diciembre de 1941, hace que los
norteamericanos se vieran obligados a meterse en dicha guerra (Franklin Delano
Roosevelt llamó ese día como “el día de la infamia”).
Sin embargo, luego del apoyo del Congreso,
Roosevelt le declara la guerra a Japón. Y aquí viene un craso error estratégico
de Hitler, ya que le declara la guerra a los Estados Unidos. Esto hace que
inicialmente Roosevelt concentró la guerra en Europa y haya pospuesto para el
final, la guerra del Pacifico, que en 1945 le tocó al también general de cinco
estrellas, Douglas MacArthur.
Este error de Hitler lo precipitó a perder la
guerra.
Luego de la entrada en la guerra, Franklin
Delano Roosevelt tuvo una frase muy exitosa:
“The only fear we have to fear is fear
itself”: “a lo único que hay que tenerle miedo es al miedo”.
18.- Hitler cometió el mismo error de
Napoleón Bonaparte que fue invadir Rusia, de manera de llegar allí en pleno el
invierno.
Napoleón invade a Rusia en el año 1812, un
momento en que Napoleón está relativamente fuerte. Como consecuencia, los rusos
empiezan a retroceder pero a la vez le van quemando tanto el ganado como los
árboles para que no tuvieran facilidades para alimentarse, fue lo que los rusos
llamaron “operación tierra quemada”. A la vez fue avanzando el frío y esto fue
complicando cada vez más la invasión de Napoleón; en consecuencia, los
invasores franceses tuvieron cada vez obstáculos que aumentaban conforme el
hambre y el frío aumentaban en las tropas francesas.
Como dirían hoy en día, los rusos esperaron a
Napoleón y a los franceses “en la bajadita”. Al final, Napoleón tuvo que volver
humillado a París habiendo perdido “la campaña de Rusia”, que le costó a
Napoleón casi quinientos mil franceses.
Pues bien, Hitler invade a Rusia en el
invierno de 1941. En consecuencia, los rusos que ya tenían experiencia con
Napoleón, le hacen a Hitler lo mismo que en 1812 le hicieron a Napoleón.
Dicha invasión terminó con la famosa y muy
sangrienta Batalla de Stalingrado (hoy Volgogrado). Fue entre junio de 1942 y
febrero de 1943. Hitler perdió aproximadamente doscientos cincuenta mil
alemanes. Similar a los franceses, los alemanes tuvieron que volver humillados
a Alemania.
Como detalle anecdótico hay que anotar que
Hitler era un gran admirador de Napoleón y que pretendía imitarlo. Tanto era
esto así, que cuando Hitler visita París y visita la tumba de Napoleón en “Los
Inválidos”, Hitler pide que lo dejen solo, como en efecto lo dejaron.
Hitler conocía muy bien la vida de Napoleón.
Además, a Hitler le advirtieron que no debía cometer el mismo error de
Napoleón, pero Hitler era supersticioso y dijo que las valquirias lo protegían
y que lo iban a ayudar, y que por lo tanto, el invierno iba a ser suave y no
permitirían, que al igual que Napoleón, fuera derrotado.
19.- Como antes dijimos, al igual que
Roosevelt, Stalin tampoco quería entrar en la guerra. También dijimos, que al
igual que Chamberlain, Stalin había hecho con Hitler un acuerdo de “no agresión
mutua”. Y así como Roosevelt no hubiera entrado en la guerra de no haber sido
por la invasión de Pearl Harbor; de la misma manera, de no haber sido por la
invasión de Rusia, tampoco Stalin hubiera entrado en la guerra.
Al entrar Stalin en la guerra, se dio
aquello, que una vez le escuché decir a mi padre, quien me dijo:
“En política nada es imposible. Y cuando digo
“nada”, literalmente quiero decir “nada”.
Pues bien, se dio la alianza entre Churchill
y Stalin, por aquello que dice que “el enemigo de mi enemigo, es mi amigo”.
Algo que hasta hacía poco tiempo, parecía imposible.
Para explicar dicho pacto, Churchill tuvo que
comparecer ante la Cámara de los Comunes. Churchill lo explicó con otra de sus
ocurrencias:
“Si el mismísimo diablo está contra Hitler,
voy al mismísimo infierno y hago un pacto con el diablo con tal de derrotar a
Hitler”.
20.- Con la compañía de Stalin y Roosevelt,
ya todo cambiaba para Churchill. De no haber sido porque Stalin y Roosevelt se
sumaron a Churchill, muy probablemente la guerra la hubiera ganado Hitler.
Ya
sabemos lo que pasó después. La guerra la ganaron los aliados. Sin embargo, el
ganar la guerra costó lo que después se llamó “la guerra fría”, que sería un
tema aparte. Churchill llamó “la cortina de Hierro”, a lo que luego de la
guerra se llamó “la Unión Soviética”, lo cual también sería un tema aparte.
21.- No queremos finalizar el tema de la
segunda guerra mundial sin antes describir un hecho que si bien pasa
históricamente inadvertido, lo creemos sumamente importante:
Las tropas norteamericanas llegaron a Italia,
de las primeras cosas que hicieron fue liberar a Sicilia de las tropas nazis.
George Patton era uno de los cinco generales de los aliados de “cinco
estrellas”. Al general George Patton, le sucedió el llamado “incidente de
Sicilia”:
El general Patton ha sido uno de los más
grandes estrategas militares de la historia, pero a su vez, era un individuo
que carecía de sentido de la diplomacia, de tacto. En ese sentido, no era que
tenía una mano izquierda y una derecha, sino que tenía dos manos derechas.
Patton visita un hospital. Se dedica a condecorar
a heridos, a darles ánimo, reconocimiento y apoyo. De repente se topa con uno
al que no se le ve ninguna herida y que físicamente se ve bien pero que se ve
muy nervioso. Pregunta qué le pasaba y le contestan que tenía una “crisis de
nervios”. Luego, Patton pierde la paciencia y lo insulta, le grita, lo veja, lo
llame cobarde, lo golpea y hasta dice “usted está profanando este santuario de
héroes y valientes, usted no es digno de estar aquí, saquen de mi vista a esta
cobarde antes que lo mate…”.
Ahora bien, para mala suerte de Patton, el
abuso, el maltrato y el exceso hacia el soldado, fue captado y reportado por un
periodista del “New York Times”. A Patton como que se le olvidó el poder de la
prensa, que es muy fuerte y poderoso, en una democracia como lo eran los
Estados Unidos de América. Como
consecuencia, se formó un escándalo y buena parte de la opinión pública tildó a
Patton de déspota, abusador, despiadado, injusto, que le daba maltratos a los
soldados, etc. Aquella matriz de opinión empezó a crecer en la opinión pública
norteamericana como una bola de nieve. Una de las caricaturas ponía a Patton
vestido de oficial de la Gestapo y a la vez poniéndole la bota sobre la cabeza
de un soldado norteamericano. Muy
pronto, buena parte de la opinión pública norteamericana, empezó a ponerse en
contra del “general-nazi- Patton”.
Fue tal el lío que se formó contra Patton,
que estaba expuesto a un juicio militar, con la consiguiente destitución de su
cargo al frente del comando de las tropas en combate y la vuelta inmediata a
USA.
A Patton, no le quedó salida que bajar la
cabeza y pedir perdón.
En efecto, le escribió una carta a la familia
del soldado, pidiéndoles perdón al soldado y a su familia, y además personal y
públicamente le pidió perdón al soldado maltratado. A tal efecto, se reunió con
los heridos, incluyendo al soldado que había maltratado y también con los
médicos, enfermeras y demás personal del hospital.
En esto hay que resaltar dos cosas:
A) Patton pide perdón. Como antes dijimos, no
tenía otra salida. Esto es algo que muchos políticos y gobernantes, no
entienden. Muchos creen que es una humillación el pedir perdón y pretenden
negar y desviar los errores, fallas y pecados cometidos.
En varias ocasiones Jesús, nos enseña el
poder curativo y correctivo del perdón, por ejemplo:
Cuando nos enseñó el Padre Nuestro:
“Perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden” (Lucas 11, 4)
Cuando dijo en la Cruz:
“Padre, perdónalos que no saben lo que hacen”
(LC. 23, 34).
También nos los enseña San Pablo:
«Perdonándonos mutuamente como nos perdonó
Dios en Cristo» (Efesios, 4: 32).
No creemos que un carácter tan arrogante como
el del general Patton, haya pedido perdón porque de verdad sintiera
arrepentimiento por el abuso y maltrato al soldado, sino porque como el genial
estratega que era, se dio cuenta que era el pedir perdón, lo que
estratégicamente le convenía para salir del aquel atolladero.
B) En este asunto del “incidente de Sicilia”,
tuvo que ver Churchill.
El jefe militar de las fuerzas
norteamericanas en Europa, era el general Dwight Eisenhower, otro general de
“cinco estrellas”. Lo que pasa es que para el momento del “incidente de
Sicilia”, Eisenhower era el jefe de Patton. Anteriormente había sido al revés
pero Eisenhower había podido ascender por arriba de Patton ya que Eisenhower
era más político que militar pero Patton era 100 % militar pero nada político
(tan político fue Eisenhower, que posteriormente, en 1952, fue electo
presidente de los Estados Unidos, y reelecto en 1956). Santo Tomás de Aquino
dice que el poder militar debe estar subordinado al poder civil y no al revés.
Así fue en la guerra también. El jefe de
Eisenhower era Churchill y era este último el que tenía la última palabra sobre
si Patton se quedaba en el frente de batalla o volvía a casa a enfrentar un
juicio militar por abuso de autoridad y maltratos físicos y morales, a un
soldado.
Es cierto que Patton le pidió a Eisenhower, que
interviniera ante Churchill y en efecto, Eisenhower intercede y es obvio que en
la decisión final de Churchill ayudó el que Patton hubiera pedido perdón. Lo
que queramos resaltar en este aparte, es que el genio político de Churchill se
dio cuenta de que por más que Patton tuviera un carácter sumamente fuerte y
arrogante, los aliados no se podían dar el lujo de mandar a regreso a casa a un
genio militar como lo fue George Patton, que lo que había era ganar batallas y
más batallas.
Muy probablemente, el resultado final de la
segunda Guerra Mundial hubiera sido otro, si Churchill hubiera mandado a Patton
de regreso a casa pero demasiado buen político era Churchill para poder haber
cometido semejante torpeza.
23.- Luego de que Churchill, haya sido,
quizás el arquitecto más importante, para que los aliados hayan ganado la
segunda guerra mundial y haya salvado a Inglaterra y al mundo del nazismo,
sucede un hecho insólito e históricamente inexplicable:
Luego de haber ganado la segunda guerra
mundial, el 5 de julio de 1945, Churchill pierde las elecciones. Churchill
busca la reelección y la pierde.
Para analizar este hecho, habría que acudir a
psiquiatras, tales como el Dr. Carl Gustav Jung, que hablaba “del inconsciente
colectivo”, de la psicología de las masas, etc. Esto es un hecho muy complejo y
profundo, que sería para ser analizado en un escrito aparte. Aquí solo
constaremos el hecho, no lo analizaremos, es un tema muy difícil de explicar
con claridad y saber por qué los pueblos a veces hacen este tipo de cosas y
responden a este tipo de conductas.
Sin embargo, en 1951, se vuelve a presentar
en nuevas elecciones y esta vez gana. Se retira en 1955. Muere el 24 de enero
de 1965. La reina Isabel II, le dio un funeral de Estado. Hay quien dice que su
funeral fue igual o más concurrido y solemne que el de John Kennedy, en
noviembre de 1963, en Washington.
La reina permitió que la familia de Churchill
entrara de última. Con esto tributaba le un honor inmenso porque la reina es la
última que entra y luego que ella entra, no puede entrar más nadie.
Churchill ha sido una de las figuras
políticas más importantes e influyentes
de los últimos tiempos; sobre todo porque supo entender muy bien, su
momento y sus circunstancias, sobre todo en el sentido que supo salvar a la
humanidad del monstruo del nazismo.
24.- Finalizamos con dos frases:
A) “El socialismo es la filosofía del
fracaso, el credo de la ignorancia, la prédica de la envidia. Su virtud
inherente es la distribución igualitaria de la miseria”. Sir Winston Churchill.
B) “Fracasaron los nazis, como más tarde o
más temprano, fracasará también cualquier régimen o sistema que atente contra
la libertad del ser humano”. Dr Rafael
Caldera. Discurso como presidente constitucional de la República de Venezuela
ante los Senadores y los Representantes del Congreso de los Estados Unidos de
América. Junio, 1970
Luis Alberto Machado Sanz
machadosanz@yahoo.com
@caballitonoble
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