Estos
años transcurridos bajo la estela roja del chavismo cuya mayor fortaleza ha
sido la bonanza fiscal que a lo largo de estos años los ciudadanos hemos podido
percibir. Sin embargo lo que hoy se vive en Venezuela o lo que padecemos para
así describirlo mejor es la destrucción sistemática de las formas básicas de
vida de un pueblo que no logra salir del asombro en la pobreza y la crisis
general que vive y sufre como el deterioro de Estado en todos sus ámbitos.
Hemos
llegado a una situación de crisis tal que el Estado y el ciudadano común
conviven entre tapar las goteras de la miseria y la comida del día.
Tal
diagnostico que se evidencia en la “gran enfermedad” que padece la Nación, ya
no logra ser oculta por un gobierno forajido y por otro, las necesidades
básicas de la familia y las comunidades en materia de servicios,
desabastecimiento general, inseguridad, salud y hospitales precarios en
suministros y calidad profesional, entre miles de cosas más que no se
justifican a la luz de los ingresos ya mencionados.
Imposibilidades
de cambio por parte del Estado, a nuestra consideración es imposible o difícil
sea por el modelo inviable de gestión política o por la orientación de su
dirigencia cívico militar este ultimo mostrando el más patético militarismo
patriotero, corrupto e inmoral y por el otro la orientación sectaria y
dogmatico como atrasado y con marcada orientación hegemónica, ineficiente y
corrupto. Pretendiendo imponer con un populismo intransigente una precaria
forma de vida en un país de grandes bonanzas.
Por
el otro lado nos encontramos la patética realidad donde se cumple literalmente
lo que Albert Einstein mencionó como práctica personal “No pretendas que las
mismas formas que ocasionaron el problema ahora logren la solución”.
Coadyuvando el desastre y estableciéndose sin políticas y sin estrategias
logran plegarse casi perfecta a la polarización como forma de sobrevivencia.
Montado en el tinglado de esta polarización se convierten en ineficientes,
arbitrarios, excluyentes logrando entre ellos que los grupos logran su
hegemonía en ese 15 por ciento que representan. Aun más mantienen una postura
de espalda a los intereses del pueblo.
Esto
acompañado por las encuestas demuestra ser “la peor oposición de nuestra
historia” Donde cada vez las evidencias de complicidad “colaboracionista”
asociadas también a grandes negocios y la connivencia tacita demuestran que
estamos en malos y equivocados derroteros. Más de un 70% de los venezolanos
están descontentos con este parapeto llamado MUD, donde claramente los definió
Mujica como un “Saco de Gatos” al igual que el Psuv.
Claramente
y apenas días de encuentros electorales se evidencian y se desarrollan con mas
ahincó todo lo manifestado en este escrito. Las opciones son el encuentro con
la gente, la unidad con los ciudadanos las familias y las comunidades que al
final son las victimas de uno y otro polo de la actualidad venezolana. Rostros
con aval democrático mensajes con sabor a políticas de Nación y que realmente
no estén comprometidos con algo que no sea la libertad, la democracia y la
igualdad.
“Venezuela
es de Todos”
Jose
Ernesto Pons B
joseponschene@hotmail.com
@joseponsb
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